La innovación es una parte medular para mantenerse vigente y relevante en la nueva realidad que trae consigo la pandemia del COVID-19, menciona el presidente de la Fundación Empresarial para la Acción Social (FUNDEMAS), Tomás Regalado.
Para él esto implica cambiar el rumbo del quehacer empresarial que vaya más allá de pago de impuestos y crear empleos, sino más bien, fortalecer el enfoque de impacto social, ambiental y la sostenibilidad de hacer negocios.
Alvaro Guatemala, miembro de la junta directiva de Fundemas, por su parte, mencionó que en medio de la pandemia, muchas empresas se han abierto a la innovación.
“Se confunde mucho la innovación en hacer algo nuevo y no es así, la ecuación de la innovación lleva poner a la persona en el centro y resolver sus necesidades de una forma novedosa”, destacó el ejecutivo.
Agregó que no se trata solo de cambiar una línea de producción para solventar la baja de operaciones y flujo comercial provocado por la pandemia, si no de estructurar nuevos modelos de negocio y de servicios con un valor agregado.
Esto también debe tomar en cuenta que las empresas además de lidiar con el COVID-19, tienen que batallar con la competencia local y global.
“Se debe agregar valor, porque se sabe que hoy en día las personas van a tener menos capital para gastar, por eso la gente preferirá que lo poco que compre le agregue valor”, destacó el directivo.
Se debe dar ecocistemas o redes empresariales que permitan construir un tejido de relaciones comerciales, dijo.
La pregunta principal al momento de pensar en hacer los cambios innovadores debe ser ¿Qué necesita el usuario o cómo puedo darle un valor agregado al usuario? Recomienda el ejecutivo.
También se debe integrar este tipo de estrategias con el impacto de sostenibilidad que se le dará al país y a la sociedad.
Graciela Fongt también de la junta directiva de Fundemas mencionó que sí se está logrando innovar con RSE entre las empresas que tradicionalmente tenían una filosofía de RSE y que no la veían únicamente como altruismo o filantropía.
“Estamos viendo que las empresas se vuelcan a la RSE porque es indispensable para continuar en funcionamiento”, apuntó.
Afirmó que se ha visto innovación en la forma de prestar servicio de cada empresa.
“De la noche a la mañana las empresas hemos tenido la necesidad de cambiar nuestras practicas y nuestros métodos de producción, la forma de dar servicio, las políticas hacia el cliente, pero en un momento récord”, aseveró.
Tampoco se trata de improvisar, se debe hacer un cambio de estrategia y en este aspecto las empresas que ya tenían elaborado un plan de RSE, le resultará más fácil hacer esos cambios, afirmó.
Innovar es la clave para mantenerse vigentes
Estudiar las nuevas formas de operar y comercializar, se vuelven vitales para la continuidad del negocio y en este juega un papel vital la capacitación de los públicos internos en metodologías de desarrollo de focos de innovación que les permita adaptar productos, servicios a los nuevos hábitos y canales de consumo de sus clientes y consumidores.
También deben evaluar, redefinir modelos, desarrollar e implementar nuevos procesos para gestionar el negocio, es importante para minimizar impactos negativos y maximizar impactos positivos.
Como mencionó antes Graciela Fongt no se trata de improvisar, si no de construir una estrategia que permita hacer un giro de timón en el quehacer de su negocio.
Acá entra la cadena de valor y sus innovaciones, así como el análisis y monitoreo de esos cambios o adaptaciones en sus modelos de negocios, es necesario analizar con las Pymes cada uno de los procesos que la misma empresa estará llevando a cabo para tener un impacto mayor.
En medio de la crisis sanitaria que ha derivado en contracción económica y de impacto social, para reactivarse rápidamente, se deberán reorientar las estrategias y priorizar las necesidades más prioritarias para continuar operando y posteriormente comercializando.
Las empresas deben valerse de información confiable y actualizada sobre las necesidades sociales y económicas del entorno de negocio y de acuerdo con la capacidad de la empresa, que establezca un plan de desarrollo y reactivación que podrá ir amarrado con la capacidad operativa y económica.