En 2004, cuando Sonia dejó de amamantar a su hijo de aproximadamente 18 meses comenzó a sentir un malestar en su seno izquierdo, procedió a revisarse y palpó un bulto.
Sin embargo, al acudir a su chequeo ginecológico, para volver a quedar embarazarse nuevamente, el médico identificó el malestar en el pecho y le solicitó que se realizara unos exámenes.
A principios de septiembre Sonia tenía los resultados y aún recuerda el texto impreso en ellos: “se recomienda biopsia, amplia posibilidad de una lesión maligna”. Al enterarse se estremeció. “Desde allí mi corazón se partió en dos, sentía temor y una corazonada”, añadió.
La biopsia se llevó a cabo y el día en el que debía presentarse con su doctor, su esposo se adelantó al consultorio y desde ahí le llamó para darle la noticia. Sonia comentó que el doctor confirmó el cáncer e, inmediatamente, le brindó palabras de apoyo.
Asimilación
“Fue duró, realmente sentí que me desvanecía y comencé a llorar”, expresó Sonia. Ese día se encontraba en su casa junto a sus padres, y por ningún motivo olvidó las palabras que le dio su difunto padre: “no te preocupés, Dios está con vos”. La turbadora noticia fue más fácil de asimilar con el apoyo de sus progenitores y del resto de familiares que llegaron desde San Miguel.
Apoyo
Tras realizarse la intervención quirúrgica para extraer el tumor, a través de una mastectomía radical izquierda, Sonia despertó de la cirugía rodeada de toda su familia.
Su esposo, padres y hermanas estuvieron durante todo el proceso. Sus hermanas la cuidaron y también estuvieron pendientes de su pequeño hijo.
El diagnóstico fue tan estremecedor que una hermana de Sonia que vivía en el extranjero decidió regresar al país y quedarse un tiempo para contribuir a su cuidado.
Según Sonia, una de las cosas más duras de todo el proceso fue no poder cargar a su hijo porque estaba débil. El pequeño se enojaba con su tía cuando la veía salir con su madre rumbo al hospital. En su inocencia pensaba que le hacía algo malo.
Al terminar cada sesión de quimioterapia, Sonia trataba de viajar a su lugar de origen, porque sus hermanas querían tenerla cerca para cuidarla.
Tratamiento
Como no contaba con seguro médico, Sonia y su esposo buscaron un especialista para iniciar el procedimiento. Con mucho pesar, Sonia añora a una amiga, la cual le recomendó un buen médico; con quién iniciaría el tratamiento. Su aliada perdió la batalla.
Fueron seis quimioterapias sobrellevadas a pesar de las complicaciones, ya que en la primera sesión la reacción de su cuerpo fue arriesgada. El doctor cambió la medicación y en la segunda quimioterapia su adaptación al tratamiento fue más estable.
Inesperado
Sonia pasó 11 años con prótesis, hasta que en 2015 una asociación le brindó el apoyo para la realización de una reconstrucción de seno. No obstante, se enteró de una noticia desgarradora; su hermana menor, quién se había venido a vivir con ella con la finalidad de cuidar a su hijo, fue diagnosticada con cáncer de mama.
Cuando Sonia entraba al quirófano para la reconstrucción de su pecho, su hermana, comenzó a librar su propia batalla por la vida.
Ambas vencieron la enfermedad y gracias a la asociación tuvieron el beneficio de la operación para rehacer sus pechos; ahora están sanas y tienen la esperanza de contar su experiencia al mundo con el objetivo de incentivar a las mujeres a cuidarse y realizar los exámenes necesarios.