Sin trabajo a los 40 ¿el mayor miedo de la Generación X?

La edad, no cumplir con los requisitos educativos, una oferta salarial insuficiente y pocas plazas a las que aplica su perfil son las razones que más dificultan su reincorporación al mercado laboral.

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En enero de 2015 entró en vigencia una ley que establece, previo ciertos requisitos, una compensación económica para quien deja su empleo. Foto EDH/Archivo.

Por Vanessa Linares

2019-09-27 11:13:20

Quedarse sin un trabajo estable que garantice una fuente de ingresos seguros cada mes es preocupante para cualquiera, pero más para aquellos que llevan camino recorrido en la etapa productiva y que saben que, aunque tengan la experiencia y capacidad, reincorporarse al mercado laboral será una carrera cuesta arriba, quizá tan difícil como volver a comenzar.

Lilian Campos, de 58 años de edad, explicó que no es que haya querido dejar de trabajar, si no que al desaparecer la unidad donde por una década se desempeñó como técnico catastro, notificadora y gestora de cobro, fue “obligada” a quedar desempleada.

“He buscado trabajo por medio de redes sociales o páginas en las que se pueden enviar currículum en línea, en presencial y a través de amigos. Hasta ahora solamente me han dicho ‘le vamos a llamar’ y aún no me han contratado”, dijo con pesar.

En El Salvador, según la última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), la tasa de desempleo nacional es de 6.3 %, equivalente a 190,724 personas; y representa a la proporción de la población que pese a estar en edad de trabajar y habiendo buscado empleo activamente, en el último año no lo encontraron. Además, otros 154,139 salvadoreños eran cesantes; en otras palabras, desocupados que han trabajado anteriormente, pero ahora buscan colocarse en un trabajo.

1.3 Millones de personas

en El Salvador se estima que tienen entre 40 y 59 años y pueden considerarse de la Generación X.

La encuesta de 2018 reveló que del total de desempleados, un 17.8 %; es decir, unas 34,017 personas, tienen entre 40 y 59 años de edad y pertenecen a la llamada Generación X, aquellos nacidos entre 1960-1979 aproximadamente.

Ellos son por ahora el segundo grupo poblacional en edad productiva más grande de El Salvador, puesto que de las 4.9 millones de personas en edad de trabajar, esta generación abarca a un 28.5 %, que representa a más de 1.3 millones.

Pero buscar trabajo estando en edad media, entre los que recién se gradúan de bachillerato y los que están prontos a jubilar, no es fácil.

Elizabeth Molina, de 49 años, sacó un bachillerato comercial con opción secretariado y desde 1991 trabajó en ventas de accesorios para computadoras facturando, digitando contabilidad, inventarios y actividades varias. Un “trato menos amigable y no comunicativo” que se interpuso en su vida personal, dijo, hizo que finalizara su relación laboral con la empresa en la que se desempeñó por 20 años.

“En estos tiempos una persona de más de 40 años tiene más experiencia, y al estar tanto tiempo en la misma empresa, sí se puede aprender y conocer de otras áreas … pero si es alguien que no ha tenido mayor educación o formación tiene que empezar desde abajo”, dijo a manera de explicar por qué aunque ha compartido su hoja de vida a amigos, en la bolsa de empleo de la alcaldía o seguido recomendaciones de vecinos, siga sin encontrar un empleo formal.

Aunque el 89 % de los que tienen entre 30 y 59 años al menos saben leer y escribir; la baja educación en adultos afecta al 77.5 % de los hogares en El Salvador y es considerada una de las señalas para estar en pobreza multidimensional.

No obstante, ser alfabeta no es suficiente para conseguir empleo, ya que saber usar una computadora, tener formación profesional técnica o universitaria y dominar el inglés, coincidieron los entrevistados, son algunos de los requisitos pedidos a la hora de buscar empleo y que al no tenerlos se convierten en sus mayores limitantes para reincorporarse al mercado laboral.

“Por mi edad no me contratan y ya he aplicado a algunas plazas para las que tengo experiencia, pero por no tener título universitario, tampoco. Los salarios son mal pagados”, lamentó Campos.

“Me ha costado buscar trabajo porque a veces tengo el perfil que buscan per no cumplo con los requisitos; a veces el salario es muy poco y requieren el inglés”, sostuvo por su parte Molina.

Según la EHPM 2018, el 75 % de la Generación X desempleada en El Salvador, tuvo su último trabajo en las ramas de agricultura, ganadería y caza (11,736 personas); en construcción (7,405); comercio, hotelería y restaurantes (3,934) e industria manufacturera (2,582).

Rocío Quintanilla recordó que tenía 19 años de edad cuando su padre le consiguió trabajo en una maquila como ayudante de secretaria. Trabajó como seis meses y lo dejó porque sentía que “la miraban de menos”, por ser joven y sin experiencia.

Hoy, a más de cuatro décadas de vida, la trayectoria de Quintanilla en el mercado laboral se compone de múltiples empleos, algunas plazas en las que se desempeñó por meses y en otros años; algunos proyectos eventuales y otros más de largo plazo; tanto formales como en el sector informal; en los que vendió desde café y lácteos hasta tarjetas de crédito.

Ya sea por despidos o porque las condiciones laborales no les pareciesen y decidieran renunciar, es común que los de este grupo de edad teman a quedar desempleados porque ya cuentan con más obligaciones que los jóvenes y aquellos a punto de jubilar. La mayoría suele estar casado o acompañado y tiene familia, hijos o padres qué cuidar; deben proveer alimento, vestuario y servicios básicos para sus hogares y algunos hasta tienen préstamos por pagar.

“Desde que dejé de trabajar, he sobrevivido con lo poco que pude ahorrar”, dijo Campos.

“Yo he trabajado en estampados, como ama de casa, que nunca lo había hecho; y hoy estoy vendiendo ropa americana en línea”, dijo por su parte Quintanilla.

Sin condiciones de búsqueda

Tener todas las fuerzas para desempeñarse en un trabajo fue la respuesta por excelencia de los consultados a la interrogante de “por qué deberían contratarlo o darle oportunidad laboral a una persona adulta”.

“Todas las personas deberían de darle “chance” (oportunidad) a uno. Hasta para hacer oficios de la casa quieren personas jóvenes pero una de 50 años todavía tiene fuerzas para desempeñarse”, agregó Quintanilla.

Si algo resiente la Generación X es que por ahora la mayoría de los programas de apoyo son para el primer empleo, orientados al segmento de los más jóvenes.

Además de desconocer alguna iniciativa, tanto pública como privada, para facilitar oportunidades laborales para su grupo de edad, los de la Generación X suelen ser inseguros sobre otras maneras de intensificar la búsqueda o de vender su perfil ante una postulación.

Solo a manera de ejemplo, en la última feria de empleo que organizó la Alcaldía de San Salvador en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO), a mediados de agosto, mientras los jóvenes preguntaban al asesor si podían entregar el currículo, los que eran en evidencia de la mediana edad consultaban de entrada “¿hasta qué edad se aplica?” sin incluso debatir cuál era la experiencia requerida.

Mariella Trujillo, encargada de marketing regional de Tecoloco.com, una de las bolsas de empleo virtuales más populares en el país, reconoció que quedarse sin empleo, en cualquier edad, es un reto. Explicó que pese a que en algunas ofertas se especifica la edad requerida del postulante, esta puede deberse al tipo de actividad para el que se busque contratar; por ejemplo, esfuerzo físico u horarios rotativos. No obstante, dijo, también “hay un buen número de trabajos que requieren personal con experiencia amplia Y es aquí donde personas con más de 30 o 40 años de trabajo y de edad pueden aportar su conocimiento a las empresas”.

“Sí hay oportunidades en el mercado laboral para personas mayores pero tenemos que saber expresar y vender nuestro perfil con todas esas experiencias adquiridas al momento de trabajar tanto tiempo en una empresa”, indicó Trujillo.

La ejecutiva informó que, al menos hasta el momento de la entrevista, Tecoloco tenía alrededor de 1,800 vacantes disponibles y en las categorías gerenciales y de directivos, que requieren un perfil de personas con más edad y experiencia, habían unas 150 o 200 ofertas de trabajo.

“Oportunidades existen pero hay un gran reto: saber venderse. Mi recomendación es que estos perfiles se actualicen con las nueva tendencias”, añadió Trujillo.

Vale aclarar que para este reportaje, se solicitó una entrevista e información al Ministerio de Trabajo sobre las iniciativas que ejecuta para facilitar oportunidades laborales a las personas mayores de 40 años. Sin embargo, la unidad de comunicaciones informó que “el proyecto que tiene el ministro para este sector de la población aún se está definiendo y por el momento no se pueden brindar mayores detalles”.

Cinco claves para el “cuarentón” desempleado

1 ACTUALICE SU CURRÍCULO
Mantenga su hoja de vida actualizada. Incluya todas sus experiencias y oportunidades de formación. No olvide que en las bolsas de trabajo, sobre todo virtuales, el sistema prioriza a los que tienen información reciente.

2 APRENDA A VENDER SU PERFIL
Recuerde que la manera en cómo explica sus capacidades y experiencias deben completarse con una actitud de seguridad y de confianza. No mienta ni exagere pero tampoco subestime su currículo.

3 ASEGURE tener RECOMENDACIONES Y CERTIFICACIONES
En toda capacitación o curso que tome, pida una certificación o diploma que lo avale. Si es despedido o cesado, considere solicitar una carta de su jefe inmediato que le sirva de apoyo en el futuro.

4 BUSQUE TRABAJO ACTIVAMENTE
Además de actualizar su hoja de vida y garantizar que tiene el respaldo por escrito, revise continuamente las bolsas de trabajo virtuales, asista a ferias de empleo, o pregunte a sus amigos, familiares o conocidos.

5 NO DESCARTE EMPRENDER
Con la experiencia ganada durante sus años laborales, considere en qué otras áreas puede enfocarse o comenzar su propio negocio. Busque asesoría de expertos o gente que haya pasado por situaciones similares.