“Si no fue algún cliente, fueron los pandilleros quienes la mataron”, dice mujer trans sobre asesinato de Anahy

Anahy se prostituía desde hace una década; cuando tenía unos 18 años, cayó presa por primera vez. “No tuvo una vida fácil”, dice una trans que la conoció.

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Anahy fue sepultada en el cementerio La Bermeja, de San Salvador. Para su sepelio contribuyeron asociaciones proderechos de la comunidad LGBTI así como personas particulares. Foto EDH / archivo

Por Jorge Beltrán Luna

2019-11-27 4:30:47

Anahy Rivas Miranda llevaba varios años dedicándose al trabajo sexual en los alrededores del hospital de niños Benjamín Bloom, la Fuente Luminosa y las Tres Torres, del Ministerio de Hacienda.

La noche del 26 al 27 de octubre fue la última de su vida en ese mundo de trasnoches y clareos para conseguir dinero con el que sobrevivir.

Antes, en la tarde del sábado había andado en Santa Tecla, departiendo en los bares de esa localidad, relata una fuente que pidió el anonimato.

Aparentemente, de Santa Tecla salió hacia la 21 calle Poniente, entre la 25 avenida Norte y el bulevar Los Héroes. Era en ese tramo donde ofrecía sus servicios sexuales.

En las calles aledañas a las cuadras donde Anahy ofrecía trabajo sexual, también se prostituyen más transexuales que pagan entre 10 y 15 dólares por semana, como extorsión a los pandilleros que controlan ese sector de San Salvador.

Ese dinero no es para protección, simplemente es para tener derecho de permanecer en esas calles; si no pagan, se mueren.

De acuerdo con fuentes de este Diario, desde hacía tiempos que la pandilla había elegido a Anahy para que recogiera el dinero de las extorsiones. Ella no pudo negarse.

Pero además de eso, fuentes cercanas a Anahy aseguran que ella esnifaba mucha cocaína lo cual le llevaba a tener apuros económicos que a la vez le hacían no entregar a tiempo el dinero de las extorsiones a la pandilla.

“No, yo no creo que la hayan matado por ser trans y tampoco creo que haya sido un cliente. Un cliente a lo sumo la hubiera golpeado y ella se hubiera defendido. En ese hecho debieron andar por lo menos dos más con el motorista”, afirma una trans que también trabaja en la zona del bulevar de Los Héroes.

La misma trans asegura que Anahy también se metía constantemente en problemas por no ser correcta con los clientes.

“Yo creo que cuando uno es correcta con el cliente, cuando se habla claro de qué es lo que va a hacerles uno y cuánto le van a pagar, no se tiene problemas, pero si una no es correcta los problemas le van a salir. Yo más creería que los bichos la han de haber matado pero no por ser traes; ya tiempos me hubieran matado a mí”, argumenta cuando se pregunta si considera que a Anahy la mataron por ser trans.

Fuentes policiales aseguran que no es cierto que el cadáver haya sido arrastrado por el carro donde andaban los asesinos. Sostienen que el cadáver no tenía indicios de eso, sino la señal de estrangulamiento, golpes en la cabeza y una herida de pecho a espalda, hecha tal vez con arma blanca o cortopunzante.

Pero independientemente de las razones por las que fuera asesinada, a las fuentes les perturba que a casi un mes de haber sido asesinada Anahy, aún no hayan capturado a ningún sospechoso. Además, afirman, hay testigos del momento en que Anahy se subió al vehículo o la subieron.

En el sector hay cámaras de vídeovigilancia que podrían ayudar a resolver el crimen, tal como ocurrió con el caso de Camila Díaz (Nelson Arquímides Díaz Córdova) a quien el 30 de enero de este año, tres policías del Sistema 911 se la llevaron de la 23 calle Poniente, a pocos metros de donde Anahy trabajaba, y luego apareció vapuleada al final del bulevar Constitución, muriendo tres días después. En este caso hay tres policías detenidos.