Sequía afecta sectores agrícola y pesquero en el oriente de El Salvador

La ausencia de lluvias y el aumento de la temperatura han afectado la pesca artesanal y unas 15,000 manzanas de terreno que sembraron con maíz en el oriente, de acuerdo a la Mesa Agropecuaria Rural.

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Agricultores del caserío Candelaria de La Rompisión, cantón Piedras Blancas, de Pasaquina La Unión, en la siembra de maicillo en un terreno seco. Foto EDH/ Insy Mendoza

Por Cecilia Fuentes/ Insy Mendoza

2019-07-10 6:00:31

Los sectores agrícola y pesquero son afectados por la sequía que azotó, principalmente, la zona oriental del país. La Unión es el único sector donde la sequía de débil a moderada se mantiene, de acuerdo con el reporte del Ministerio de Medio ambiente, publicado el pasado 8 de julio.

A finales de mayo, Lucio Gómez, de 70 años, agricultor del cantón El Ciprés, municipio de Conchagua, sembró una hectárea de maíz, gastó 400 dólares para la compra de la semilla, el abono y el resto de fertilizantes, pero a causa de la sequía las plantitas no crecieron y, ahora, se están secando. “Bien pequeñas dieron la flor y no logramos cosechar ni los jilotes para la sopa; todo esto es una pérdida para nosotros los que teníamos esperanza de cosechar un poquito de maíz”, dijo Gómez.

El sector agrícola, hasta la fecha, de 30,000 manzanas de maíz sembradas en el oriente del país, 15,000 manzanas se han perdido por la ausencia de las lluvias, aseguró el presidente de la Mesa Agropecuaria Rural, Mateo Rendón.

La sequía ha generado “mínimo un 50% de pérdidas de la milpa sembrada. Estas ya no se recuperan por esos efectos. Muchas de esas milpas ya no se recuperan aunque haya llovido y otras que están más pequeñas tal vez podrían sembrarse”, aseguró Rendón.

“La causa de la sequía meteorológica está asociada a la presencia del fenómeno de El Niño (presencia de aguas cálidas en el Océano Pacífico), además del aceleramiento de los vientos en el Caribe y el ingreso del polvo del Sahara”, explicó Medio Ambiente.

Óscar Portillo, de la comisión de Protección Civil de San Miguel, manifestó que en la cabecera departamental las temperaturas llegaron hasta los 40 grados, las mayores ocurridas en lo que va del año.

En el municipio la mayoría de los agricultores siembran de postrera, es decir en los primeros quince días de agosto que es la temporada donde empieza a normalizarse las lluvias. “Es muy poca la gente que cultiva para los meses de junio y julio, todos se quedan para sembrar en los últimos meses copiosos que son agosto, septiembre y parte de octubre”, explicó Portillo.

Representantes del sector agrícola dijeron que algunos agricultores se adelantaron en sembrar aún conociendo el pronóstico del clima para este año, lo cual ya se les había advertido.

Uno de los productos frutales que también ha sido impactado es la sandía, “va bajar el 30% de la producción de la sandía por efecto de la sequía y las altas temperaturas y del polvillo de la arena” aseguró el representante de la Mesa.

Otro de los daños en los cultivos, es la proliferación de plagas. “Ese es otro efecto que lo pronosticó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y ya dio resultado. Ha habido más plagas como los gusanos gogolleros” mencionó Rendón.

El presidente de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), Luis Treminio aseguró que “sí habrá menos producción, va disminuir en cuanto a la productividad pero hasta el momento no se podía calcular las pérdidas exactas.”

Según las estadísticas que maneja la Mesa, el año pasado se perdieron alrededor 7 millones de quintales de maíz a causa de la sequía y 1.1 quintales más, debido a las inundaciones. Además, el 30% de los frijolares, es decir, 400 mil quintales del grano básico.

De acuerdo con un estudio de la Dirección de Economía Agropecuaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) en 2018, la sequía arruinó 2.1 millones de quintales de maíz, lo cual representó el 13,35% de la producción esperada en la primera siembra.

La sequía causada por el fenómeno del Niño ha afectado varias regiones de Centroamérica. En el caso de Guatemala, durante el primer trimestre del año se reportaron pérdidas de cultivos de maíz y frijol “por escasez de lluvias”, de acuerdo con su ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Mario Méndez.

Lucio Gómez, de 70 años de edad, agricultor del cantón El Ciprés de Conchagua. Foto EDH / Insy Mendoza

Agricultores sembraron antes del periodo

Esperar a sembrar la milpa hasta la tercera semana de junio es la recomendación que dieron los representantes de las organizaciones agropecuarias a todos los agricultores debido a los pronósticos para este año y por las afectaciones que dejó la sequía el año anterior que inició el 25 de junio y duró 42 días.

“La planta de maíz necesita mayor tiempo de lluvia a partir de los 25 días de siembra, ya que los primeros 20 o 25 días hasta los 60 es cuando empieza a desarrollarse con fuerza y a florear”, expuso Treminio.

Este año se estimaba que los agricultores sembrarían alrededor de 400 mil manzanas de maíz y las proyecciones eran producir unos 19 millones de quintales pero por la falta de lluvias los cultivos se han visto afectados y si continúa la irregularidad en el clima las pérdidas serán mayores.

“Causará pérdidas si no se normaliza el invierno (…) pero si se normaliza ya las pérdidas serán mínimas en cuanto a la productividad y no en cuanto al cultivo en general”, dijo el representante de Campo

Medio Ambiente informó el lunes pasado que en los próximos 10 días, de acuerdo con los modelos del Centro europeo (adjunto) y el GFS, las cantidades de lluvia serán entre 60 a 70 milímetros dispersos en todo el territorio, con cantidades mayores en el oriente del país y la cordillera volcánica

Además, habrá períodos cortos de entre 1 a 3 días secos consecutivos a partir del 15 o 16 de julio.

Magdaleno Reyes, agricultor del cantón El Ciprés de Conchagua, La Unión, muestra el daño en su milpa. Este año se estimó que los agricultores sembrarían alrededor de 400 manzanas de maíz. Foto EDH / Insy Mendoza

Coordinación entre IICA y MAG

En los últimos meses el IICA ha incrementado sus esfuerzos en investigación y programas para combatir los efectos de la sequía que afecta al país y la región, sugiriendo alternativas de riego así como transferencia de conocimiento en otras áreas con el fin de que se reduzca el número de familias que resulta afectadas. El nuevo ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Pablo Ánliker, y representantes del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) se reunieron la semana pasada para analizar los principales problemas que enfrenta el agro actualmente así como reforzar los programas de cooperación para trabajar en ellos.

“La asesoría técnica y acompañamiento del IICA es clave”, expresó el ministro.

De acuerdo con el comunicado oficial, algunas áreas en las que se podrían aprovechar experiencias previas del IICA son agricultura resiliente, financiamiento, ganadería sostenible, mejoramiento de suelos, comercio intrarregional y sanidad agropecuaria e inocuidad de los alimentos.

En marzo la institución regional se alió con representantes de la Unión Europea para prevenir la falta de alimentos a unas 3,000 familias que viven en el llamado Corredor Seco de toda la región.