Hace casi un año el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) presentó al sector cafetalero “Café Proyecto País”, un plan de reactivación de la caficultura que prometía, una vez más, ayudar a las diferentes gremiales para que el café se desarrollara y se volviera productivo.
Pero pasado el año, las promesas siguen siendo promesas, pues el sector no ha tenido ni recursos, ni apoyo estatal pese a que son un importante sector que da empleo a más de 150,000 personas de forma directa y cuatro veces más ese número si se incluyen los empleos indirectos.
Juan Francisco de Sola, presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé) dice que hace dos meses más de 15 organizaciones que representan al sector volvieron a pedir al gobierno que se retome el proyecto, sobre todo ahora, que el país necesita recuperar empleos y las exportaciones.
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Su llamado se hizo más urgente al ver que, a pesar de que el Gobierno solicitó $1,000 millones de los cuales buena parte se usarán para financiar a las pequeñas y medianas empresas, los productores de café no están dentro de esa lista de beneficiarios.
Además, tampoco están incluidos en el proyecto de presupuesto para 2021, pese a que el plan para la caficultura requiere de un financiamiento de más de $600 millones.
Ricardo Esmahán, director ejecutivo de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores, dijo el viernes, en una entrevista televisiva, que estaba sorprendido de escuchar al Gobierno decir que se necesitaban $600 millones para refinanciar toda la deuda de los cafetaleros, cuando esa cifra nunca se discutió en la creación de “Café Proyecto País”.
“Nos sorprendió que se tenía una propuesta de $637 millones.
Esa cifra nunca la discutimos. Cuando se cuestionó a Secretaría tecnica que si ese dinero ya estaba disponible para invertirlo, nos dimos cuenta de que no existe nada. Y quieren ocupar a toda la cadena del sector para que apruebe más préstamos”, señaló Esmahan.
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Y ahora, en el presupuesto 2021 tampoco ven que se haya destinado dinero para el sector.
“No vimos ningún centavo reflejado para el sector café. La imagen que se tiene es que los cafetaleros andan pidiendo o que le regalen, pero lo cierto es que el cafetalero, siempre ha aportado impuestos para el gobierno y beneficios. El cafetalero paga impuestos pierda o gane”, agregó.
Omar Flores, presidente de la Asociación Cafetalera Salvadoreña (Acafesal) dice que tras la carta enviada a la Presidencia, aún no hay respuesta de sus peticiones hechas en la misiva.
Para De Sola, es necesario que el Gobierno retome esta discusión y se comience a trabajar en varios ejes para que la reactivación comience lo antes posible.
Entre el financiamiento que el Gobierno ha propuesto para reactivar el sector, ha ofrecido $250 millones para reestructurar la deuda de los cafeteleros, pero De Sola dice que nada servirá este dinero si no se hace, primero, un estudio sobre las condiciones de deuda de los cafetaleros.
“Se requiere un estudio por cada productor porque unos han seguido pagando con esfuerzo, pero otros no y es esto solo puede generar una cultura de no pago”, dijo el empresario.
Según los datos del Consejo Salvadoreño del Café, son más de 23,000 productores que tienen, cada uno, una situación diferente de deuda. La mayoría tiene sus préstamos con el Banco Hipotecario, pero no todos están en las mismas condiciones.
“No es solo decir: aquí está el dinero. Es mejor tener un estudio de cómo se va a distribuir”, dijo De Sola.
Además el estudio es necesario porque la mayoría de los productores está honrando su deuda, pero muchos han tenido refinanciamientos e incluso, los beneficiadores de café han tenido que volverse acreedores de deudas de los productores para que estos continuen con la cosecha.
Otro de los puntos que se deben retomar es la creación del Instituto del Café, una entidad cada vez más necesaria para identificar las razones por las cuales la producción del café ha sido tan baja en los últimos años.
En El Salvador la producción ha caído a tan solo 734,000 quintales de café. En 2010 todavía se producían más de 2 millones de quintales de este grano.
Y esta baja productividad está asociada, además de los escasos recursos para renovar el parque cafetalero, al suelo y la llegada de plagas como la roya, que han afectado a las plantas y que permanece y se desarrolla cada vez que hay temporales lluviosos.
De Sola propone la revisión de un mecanismo para financiar el Instituto del Café a través de una especie de subsidio de la venta por cada quintal de café exportado.
“Necesitamos que las fincas sean más productivas”, añadió De Sola.
El precio a nivel internacional no ayuda pues sigue por debajo del costo de producción de los productores. De Sola teme que ahora que Brasil piensa producir más de 60 millones de quintales, esto también pondrá presión a los precios, lo que generará más problema para los salvadoreños, que luchan por destacar en un mercado cada vez más competitivo.
Diversificación
La diversificación del sector es otro de los retos. De Sola dice que hay que trabajar porque los productores de café no solo produzcan cierto tipo de grano, sino que también amplíen sus inversiones en otras áreas a fin de tener más opciones dentro de su negocio.
“No se pueden poner todos los huevos en una sola canasta”, recordó.