Restos de Luis Iván fueron inhumados después de hacer autopsia y quitarle grilletes
La denuncia hecha por la familia de que sospechan de que el hombre fue víctima de tortura hizo que la Fiscalía exhumara el cadáver para hacerle una autopsia. El caso ha sido conocido a nivel mundial.
Pocas horas después de que el pasado martes fueran exhumados los restos de Luis Iván Mejía Bonilla, las autoridades fiscales y empleados del Instituto de Medicina Legal volvieron a inhumar el cadáver tras realizarle una autopsia y retirarle las esposas (grilletes) de las manos con las que fue sepultado el pasado 6 de mayo en el cementerio del cantón Santa Teresa, del municipio de Santiago Nonualco, departamento de La Paz.
A los familiares les dijeron que enterraran rápido el cuerpo porque había muerto de coronavirus, pero, según los parientes, destaparon el ataúd y encontraron el cadáver esposado y con signos de tortura.
El pasado martes, a la 1:00 p. m., el ataúd con los restos de Mejía Bonilla fueron sacados de la tumba y llevados a Medicina Legal de San Vicente para realizarle la autopsia como parte de las investigaciones que realiza la Unidad de Vida de la oficina de la Fiscalía General de la República (FGR) tras la denuncia pública que familiares y amigos hicieran referente a que sospechaban que el hombre, de 30 años, había sido torturado mientras estaba bajo la responsabilidad de la Policía Nacional Civil, en bartolinas policiales de Zacatecoluca.
Cinco horas más tarde, el ataúd con los restos fueron devueltos a la sepultura. “Gracias a Dios ya está descansando; ya le quitaron las esposas y ojalá que se haga una verdadera investigación para saber qué es lo que le sucedió, por qué estaba tan golpeado y con la dentadura destrozada”, indicó uno de los familiares de Luis Iván.
El joven murió el pasado 6 de mayo cuando fue trasladado en un auto policial al hospital Santa Teresa, de Zacatecoluca, a donde no alcanzó a llegar con vida para recibir atención médica.