“A que me notifiquen vengo porque el señor Ramírez Landaverde (ex ministro de Justicia) quiere que le ayude al buen vivir”, fueron las primeras expresiones del exalcalde de San Miguel, Wilfredo Salgado, al llegar ayer al Tribunal Tercero de Sentencia, donde hay una demanda en su contra por difamación y calumnia.
El exministro de Justicia y Seguridad Pública, Mauricio Ramírez Landaverde, demandó a Salgado por haber criticado la adquisición en cuanto a calidad, precio y uso de un lote de brazaletes electrónicos para reos de baja peligrosidad como una medida para reducir el hacinamiento carcelario.
Según Salgado, el exfuncionario invirtió entre $1,600 a $1,800 por cada brazalete, cuando el precio en el mercado ronda entre $300 y $350 dólares, según el exedil.
Añadió que de los 2,500 brazaletes adquiridos, solo 250 reos (a la fecha de sus declaraciones) lo utilizaban.
Pero Ramírez Landaverde dijo que no eran 2,500 sino 2,800 dispositivos adquiridos, además de que en promedio estaban en uso 300.
Y que los aparatos eran utilizados “solo por orden judicial”, explicó en su momento el exministro.
Agregó que además no podía permitir que se dañe su honor, ni el de sus colaboradores con información falsa, y por eso demandó a Salgado por $300,000 tras acusarlo de difamación y calumnias.
El abogado de Salgado, Sergio Méndez, respondió a la pretensión del exminisro que en este caso no hay “ningún delito penal porque se trataba de funcionarios públicos y están expuestos a críticas o elogios”.
Salgado sostuvo que, para él, no fue una buena compra. Para el viernes el exministro y Salgado han sido convocados a una audiencia en la que podrán conciliar o continuar el proceso.