¿Sabes quién es el pintor que retrató la identidad salvadoreña en su prolífica obra?
Tras estudiar en México las técnicas en boga a finales de los años 20 y principios de los 30, el artista regresó a El Salvador y su propuesta fue rechazada por el público.
La primera exposición individual de José Mejía Vides (1903-1993) en su natal El Salvador, en 1929, tras regresar de México —donde estudió pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes (también conocida como la Academia de San Carlos) y en las Escuelas de Pintura al Aire Libre de Tlalpan—, fue un fracaso.
“No lo entendieron… lo hicieron trizas”, relata el investigador y curador de arte salvadoreño Jorge Palomo.
Uno de sus críticos fue Salvador Salazar Arrué, Salarrué, quien cuatro años después le solicitó ilustrar su primera edición de “Cuentos de Barro”, editada en Argentina en 1933.
“No lo entendieron… la obra era muy lineal, parecían muñequitos”, añadió el especialista, quien destaca que donChepe, como cariñosamente le llamaban, revolucionó la escena artística nacional, con las técnicas que traía de México. El maestro pretendía crear una obra nacionalista que elevara lo folclórico, lo cotidiano, al arte, “aquello que ponemos en alto”.
La propuesta del discípulo de Carlos Alberto Imery representó un salto significativo de la producción artística nacional, uno que la puso casi a la par de las corrientes en boga en el resto del mundo, a finales de los años 20 y principios de los 30, como el modernismo francés.
Los artistas lo comprendieron. El público, no. Estaba acostumbrado a lo “bonito”, a las temáticas resaltadas por la academia.