¿Sabes quién es el pintor que retrató la identidad salvadoreña en su prolífica obra?

Tras estudiar en México las técnicas en boga a finales de los años 20 y principios de los 30, el artista regresó a El Salvador y su propuesta fue rechazada por el público.

descripción de la imagen
El maestro salvadoreño pintando, en una fotografía del catálogo del Museo Forma. Foto EDH / Cortesía Jorge Palomo

Por Rosemarié Mixco

2019-12-02 10:53:22

La primera exposición individual de José Mejía Vides (1903-1993) en su natal El Salvador, en 1929, tras regresar de México —donde estudió pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes (también conocida como la Academia de San Carlos) y en las Escuelas de Pintura al Aire Libre de Tlalpan—, fue un fracaso.

“No lo entendieron… lo hicieron trizas”, relata el investigador y curador de arte salvadoreño Jorge Palomo.

Uno de sus críticos fue Salvador Salazar Arrué, Salarrué, quien cuatro años después le solicitó ilustrar su primera edición de “Cuentos de Barro”, editada en Argentina en 1933.

“No lo entendieron… la obra era muy lineal, parecían muñequitos”, añadió el especialista, quien destaca que donChepe, como cariñosamente le llamaban, revolucionó la escena artística nacional, con las técnicas que traía de México. El maestro pretendía crear una obra nacionalista que elevara lo folclórico, lo cotidiano, al arte, “aquello que ponemos en alto”.

La propuesta del discípulo de Carlos Alberto Imery representó un salto significativo de la producción artística nacional, uno que la puso casi a la par de las corrientes en boga en el resto del mundo, a finales de los años 20 y principios de los 30, como el modernismo francés.

Los artistas lo comprendieron. El público, no. Estaba acostumbrado a lo “bonito”, a las temáticas resaltadas por la academia.

Portada del catálogo lanzado por el Marte (i). Pintura “Tejedora de Panchimalco” de 1929 (d), óleo sobre lienzo 78 X 69 cm (Foto de Eduardo Fuentes). Colección privada. Fotos EDH / Cortesía Jorge Palomo

Sin embargo, su persistencia y su pasión por el arte lo elevaron a la categoría de Premio Nacional de Cultura, en 1976, año en que fue creado el prestigioso galardón. “… considerando la alta dignificación y trascendencia de su obra artística, constantemente dedicada a la exaltación de los valores e imágenes de nuestro pueblo”. Así justificó el jurado aquel merecido homenaje.

Mejía Vides documentó la vida cotidiana de las poblaciones indígenas de Izalco, Nahuizalco y Panchimalco, antes y después del exterminio indígena ejecutado por el dictador Maximiliano Hernández Martínez en 1932. Lo hizo en pinturas, dibujos, grabados, esculturas y en murales.

Por supuesto, después de aquella matanza en el occidente del país, las poblaciones nativas de Izalco y Nahuizalco se invisibilizaron para sobrevivir. Fue entonces que Panchimalco se transformó en fuente de inspiración para quien también fue director de la Escuela Nacional de Artes Gráficas (ENAG).

Estos detalles y muchos otros que nutren la historia de este maestro son parte del trabajo de investigación que Palomo realizó, en conjunto con el departamento de Archivo del Museo de Arte de El Salvador (Marte), para lanzar el catálogo de Mejía Vides, a 16 años de la primera exposición sobre su obra en el Marte, a finales de 2003, año en que se cumplió su centenario de nacimiento.

Esa fue solo la primera de dos muestras retrospectivas que se expusieron en el museo, bajo la curaduría de Roberto Galicia. El catálogo incluye los textos de ambas exhibiciones, escritos por Claudia Cristiani.

Xilografía “Lavandera” (i) sin fecha (Donación Familia Balseiro, Colección Marte). Boceto “Tejedora de Panchimalco con telar de cintura, ca.” (c), 1929-1932 (Colección Marte, foto Eleonora Salaverría). Boceto “Pacaya, ca.” (d), 1929-1932 (Colección Marte, foto Eleonora Salaverría). Fotos EDH / Cortesía Jorge Palomo

Pero además, el catálogo donado por Palomo al Marte también suma una tercera exposición de la obra del pintor nacido en San Salvador. Se trata de los dibujos de un cuaderno de bocetos que el museo adquirió en el 2008. El texto introductorio es nuevo, resultado de la investigación efectuada por Palomo.

El libro, con un registro detallado de 176 obras, está a la venta en la tienda del Marte, a un valor de $20. Los fondos recolectados serán usados en las actividades lúdicas impulsadas por el museo.

Roberto Galicia, director del Marte, destaca el legado de Mejía Vides, una propuesta que es más que indigenista. “La obra de don Chepe es artística, antropológica e histórica”, expresó.

Para Palomo, depende del ángulo en que se vea. “Yo creo que lo que en realidad hizo fue ver el mundo alrededor de él y trató de plasmar eso en su arte. Para mí era más nacionalista que otra cosa…”, concluyó el especialista.