Al preguntarle a Roberto Rubio si el gobierno hace una labor de suficiente transparencia en medio de la crisis del COVID-19, su negativa es contundente.
A juicio del director ejecutivo de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde) y representante del país de Transparencia Internacional, “antes del coronavirus había una situación deficiente en temas de transparencia, pero hoy, cuando más se necesita rendición de cuentas, la situación es peor”.
Entre las principales deficiencias, Rubio identifica que no hay un sitio centralizado donde se informe de manera completa y amigable el impacto del COVID-19 en El Salvador. Si bien el gobierno mantiene un sitio web con los datos de contagios y el estado de estos, falta proveer datos de cuántas pruebas se ha administrado a quienes están en cuarentena y en qué centros de contención ha habido contagios.
Asimismo, llama a que se abra información de qué tratamientos se ha adquirido, cuántas pruebas ha comprado el gobierno y qué medicamentos han facilitado en el mercado. Y finalmente, llama a decir cuánto dinero se ha utilizado y a proveer claridad sobre el mecanismo para asignar y luego entregar la ayuda de $300 a los afectados y el origen del dinero.
“Sabemos que es por Letras del Tesoro (Letes) que emitieron y ese dinero se transforma rápido en efectivo”, dijo, pero previno que no se conoce más detalle pues “hay una veda informativa”.
En línea de lo que dice Rubio, el gobierno ha calificado de ataques diferentes preguntas y cuestionamientos de comunicadores y ciudadanos sobre sus planes y proyectos para atender esta crisis.
El director de Funde también ve vacíos de información en la emisión de $2,000 millones, cuyo primer aval lo dio la Asamblea Legislativa la semana pasada. Con esto, el Congreso autorizó al Ejecutivo negociar estos fondos que deberán pasar a nueva ratificación de los diputados.
“Con base en qué se determinó que fueran $2,000 millones y no $3,000 o $500 millones. Eso no se ha dado a conocer, ni su destino, solo que el 30% va a las alcaldías y no hay mecanismos ni proporciones para repartir ese dinero o a qué tipo de proyectos”, lamenta.
Roberto Rubio advierte que no dar estos datos de forma oportuna y amigable hará que sea imposible evaluar por completo el desempeño del Gobierno en la crisis o saber si las medidas son o no suficientes.
“Lo que sí sabremos son las consecuencias si estos recursos no se usan de forma transparente”, previno.
También ve un riesgo sanitario, pues si no se transparenta el tipo de test y a quién se ha pasado, lo poco que se sabe abre la puerta al pánico y la confusión”.