El Salvador es el país más riesgoso para invertir en Centroamérica por su elevada deuda

El Índice de Mercados Emergentes (EMBI) calculado por JP Morgan sitúa a El Salvador en la posición más alta de riesgo de la región.

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Foto EDH / Shutterstock

Por Karen Molina

2021-01-14 9:30:45

El Salvador es el país con más riesgo para los inversionistas, según muestran los últimos datos del Índice de Mercados Emergentes (EMBI) calculado por la empresa financiera estadounidense, JP Morgan.

Al 12 de enero de este año, el diferencial o “spread” entre la tasa de interés que pagan los bonos nacionales frente a los bonos del Tesoro de Estados Unidos (considerados libres de riesgo) era de 7.55 puntos, mientras que otros países de la región como Guatemala y Honduras tienen un diferencial de apenas 2.32 y 2.78 respectivamente.

Esto significa que si el gobierno salvadoreño saliera este día a solicitar dinero prestado a los inversionistas, estos podrían dárselo, pero a tasas más altas que el que le prestarían a otros países, con lo cual el país requeriría de más recursos.

Según el economista Claudio de Rosa, si en estos momentos el país saliera a buscar deuda, tendría que pagar una tasa de interés de 8.30 %.

En julio, la última vez que el país salió a prestar eurobonos en el mercado internacional, colocó $1,000 millones a una tasa de 9.5 %, una de las tasas más altas de los últimos años.

“El EMBI es un componente importante y sobre todo a la hora de que el sector público coloque deuda en el exterior”, explicó Andrés Oliva, investigador del departamento económico de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

Hace un año, en enero de 2020, el EMBI de El Salvador era de 3.87 puntos, pero el aumento de la deuda y el déficit fiscal elevó rápidamente este índice pues a marzo ya se había elevado a 7.62 puntos.

Solo Argentina y Ecuador tienen actualmente un EMBI mayor a diez puntos y son precisamente dos economías con una alta deuda y problemas financieros.

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“Esto apunta a que el país accedería a nuevos créditos a una tasa más alta de interés”, dijo Oliva.

Pero más allá de la percepción de riesgo que el país podría tener, lo que realmente impacta a los salvadoreños es que al pagar más tasas de interés por estos préstamos, quienes realmente pierden son los ciudadanos.

De Rosa explica que pagar tasas de interés más caras por la deuda internacional obliga al Estado a buscar más recursos y generalmente estos se recortan de la inversión pública o simplemente se retienen programas sociales que podrían beneficiarlos.

De acuerdo a sus datos, en los últimos cuatro años, desde 2017, se paga más en intereses que lo que invierte en el Sector Público No Financiero.

Y por si esto fuera poco, el pago de intereses marcará en 2020 un récord histórico de 4.3 % del PIB, una cantidad superior a la asignación que se le ha dado al Ministerio de Educación.

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Más deuda para el futuro

De acuerdo con Oliva, el 60 % del total de la deuda que tiene el país está contratada con inversionistas internacionales a través de eurobonos y organismos multilaterales y solo un 40 % está contratada con bancos y Administradoras de pensiones.

Para Oliva, estos datos dan una mayor razón del porqué es necesario que el país reduzca el diferencial de riesgo.

“Para reducir la brecha no cubierta se ha recurrido a la emisión de eurobonos. La decisión política que se ha seguido antes y después. Si nuestra principal fuente de financiamiento será el mercado financiero internacional, el riesgo país es fundamental porque este afecta a los eurobonos”, explicó Oliva.

Y sobre todo hoy que el país seguirá requiriendo de más deuda para financiar todo su déficit 2021.

“Tener una diversificación de la deuda sería muy buena al país y esa ruta es necesaria, pero para que esa ruta sea factible, el riesgo debe reducirse”, agregó.

El Salvador, además está llegando al límite de su endeudamiento de corto plazo (Letes y Cetes) que son adquiridos de manera local.

Esto obligará en los próximos meses a que el Gobierno busque alternativas para llevar esa deuda de corto plazo a un largo plazo y de acuerdo con Oliva, solo se vislumbra una nueva colocación de eurobonos para lograrlo.

Y si se lograran obtener fondos a nivel internacional serían honerosos. “Para las dos cosas es fundamental tener un riesgo país menor”, añadió el economista.

Nuevo marco fiscal

Lo que Oliva sí considera importante es que a partir de este año se pueda trabajar en un nuevo marco fiscal de mediano plazo que establezca nuevas metas fiscales tanto en los ingresos como en los gastos.

Incluso afirma que se puede restablecer la ley de responsabilidad fiscal para que esa perspectiva tenga un horizonte adecuado.