Ricardo Simán: “El país necesita de todos. No es momento de distraerse en temas que no llevan a nada”

El empresario Ricardo Simán se reunió el martes con el presidente de la República, Nayib Bukele, a quien le ofreció todo su apoyo, pero también le sugirió rodearse de las personas más capaces para afrontar la crisis del COVID-19.

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El empresario apela a la unidad de nación para que se afronte de la mejor manera la crisis del COVID-19.

Por Karen Molina

2020-04-01 10:45:19

Las crisis no son nuevas para el empresario Ricardo Simán. Estando al frente de la Cámara de Comercio y de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) le tocó afrontar desastres naturales originados por el huracán Mitch en 1998 y los terremotos en 2001.

En todos esos escenarios, el empresario acompañó al Gobierno para que tomara las mejores decisiones y el país saliera de la crisis en el menor tiempo posible.

Ahora, como ciudadano y empresario, está dispuesto a apoyar en lo que pueda para que la experiencia adquirida en esas crisis se pueda replicar y los efectos de la pandemia COVID-19 no impacten demasiado a los salvadoreños.

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Trabajar en unidad, elegir a las personas idóneas y enfocarse en los temas importantes, son para Simán, la clave para que el país salga adelante.

En aras de que todos los sectores nacionales salgan lo menos perjudicados posibles, Simán se reunió el martes con el presidente Nayib Bukele. En el encuentro, el empresario le ofreció su ayuda, pero a la vez, le pidió rodearse de las personas más capaces para afrontar de la mejor manera esta crisis sanitaria mundial.

El martes se reunió personalmente con el presidente de la República, Nayib Bukele. ¿Qué resultados tuvo después de ese encuentro?

Fue una reunión muy agradable, con mucha sinceridad y también, conocer de primera mano… porque no es fácil para el presidente la situación en la que el país está y él es el que tiene que dirigir esto y tiene una gran responsabilidad sobre sus hombros, pero lo único que yo dijera es que la responsabilidad la tenemos todos. Porque diferente a otras crisis y tragedias que hayamos tenido antes, terremotos, huracanes, como el Mitch, conflictos internos, había un apoyo internacional bastante importante. Pero ahora ¿a quién vamos ir a recurrir? Todo el mundo tiene el mismo problema. Los que son grandes lo tienen grande y los que somos pequeños, más pequeños.

Insistí mucho en que el gobierno tiene que tomar en cuenta la representatividad y la institucionalidad de todos los gremios y sectores, dígase médicos, empresarios. Cualquier gremio tiene la obligación con el gobierno, de tener una comunicación fluida, amable y dispuestos a trabajar por el país. Ahorita no hay que andarse distrayendo en problemas, discusiones que no nos van a llevar a nada, sino que está en juego la vida de muchos salvadoreños.

¿Se establecieron algunos puntos en común con los que podrían trabajar de ahora en adelante?

Como empresa, desde el primer día estuvimos al frente, ayudando con varios tipos de productos y lo hemos hecho con mucho entusiasmo. A mí no me toca dirigir ningún grupo ni representar a ningún grupo porque no es mi momento. Ya lo hice. Si las organizaciones empresariales me piden que jueguen algún papel voy a estar ahí incondicional. Si el presidente o el gobierno me necesita para una función no empresarial sino para una función personal o para lo que se requiera para ayudar en esta crisis, voy a estar ahí también y vamos a seguir ayudando y dándole ánimos al país.

Usted estuvo al frente en su oportunidad en crisis que hemos pasado. ¿Qué experiencia podemos aplicar para tomar las mejores decisiones?

En esos años yo era parte de la representatividad de la Cámara de Comercio e Industria y en la otra era presidente de la ANEP. Me podía tomar la función de representar a los sectores. En aquellos tiempos yo presidía la organización y desde ahí aporté. Yo lo que le quiero decir es que, como persona, como empresario individual, tenemos toda la disposición de colaborar y esa era la intención de expresárselo al señor presidente y a mí me gustaría que fuera con las organizaciones que representa al sector privado y creo que ellos lo entienden y tienen esa disponibilidad y creo que en ese camino van. Ahorita no es de hablar de esto o lo otro, ahorita es el país. El país necesita de todos. Las personas están pasando dificultades, privaciones, muchos están que no pueden trabajar y hay empresarios pequeños, micro, que se ganan la vida día a día desde la señora que vende en su canasto todos los días y de eso come y mantiene a su familia. Entonces, hay que dar solución al problema. Y creo que hay buena voluntad en ese sentido y ellos van a trabajar en dar algunas soluciones. No es fácil. Como empresarios, en esas crisis, hicimos cosas buenas, pero también cometimos errores y esos errores son buenos tomarlos en cuenta para la nueva experiencia que se está teniendo ahora.

El empresario ha tratado de acompañar al país en la mejor toma de decisiones frente a las crisis. Foto EDH / Archivo

¿Y cuáles podrían ser esas experiencias que se pueden aplicar hoy?

Le voy a decir algo que le expresé al señor presidente en la reunión: nosotros, en 1986, el terremoto fue en San Salvador y en el 2001 fue en varios municipios del país, era mucho más grande el territorio que había que cubrir y realmente en ese momento, no teníamos la logística necesaria y preparada para cubrir esa emergencia. Ahí se tomó la decisión de llamar a la Fuerza Armada quienes son muy capaces y están muy entrenados desde sus primeros años de estudios en logística e hicieron un trabajo fenomenal, además que pueden poner orden, que se necesita en estos momentos. En la vida lo más importante no es saber sino saber quién lo sabe y llamar al que sabe para que ayude, actúe y trabaje.

Comentamos sobre todo eso. Él tiene una gran cantidad de problemas, tiene que tomar decisiones y todo y lo más importante es que él tenga a la mano a la gente más calificada para todo este trabajo. Y olvidémonos ahorita de cómo piensa cada uno. Ahorita no importa. Lo que importa es la vida de un montón de salvadoreños.

Fusades decía que hay que tener un balance entre la salud de las personas y mantener la productividad.

Esa es la decisión más complicada que hay. Es bien difícil, pero entiendo que el Gobierno está o va a estar hablando con cada uno de los sectores económicos para crear protocolos que se necesitan para poder comenzar a reactivar la economía. No se pueden abrir las empresas así nomás sin que haya una dirección de cómo deben de comportarse y prevenir porque es un riesgo. Y tampoco, las empresas si no trabajan… no sé si se van a morir de hambre o del coronavirus.

Pero vamos a salir adelante. Yo estoy con una gran fe en nuestro señor Jesucristo y en la Santísima Virgen que nos protege y que no permitan que esto traiga grandes consecuencias. No tengo duda que vamos a salir.