Varios corales y hasta el pez sierra ya están extintos en El Salvador

En el marco del Día de la Tierra, es importante recordar la necesidad de poner controles para evitar que más sustancias y desechos lleguen al océano.

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El coral negro (Antipathes sp.) crece sobre rocas, su colonia forma una estructura ramificada, por su estructura era utilizado como joya o adorno. Foto: Shutterstock

Por Susana Joma

2021-04-21 10:50:38

Varios corales, moluscos e incluso el pez sierra perdieron la batalla frente a la depredación, destrucción del hábitat y los efectos del cambio climático en la costa salvadoreña. Según el biólogo marino, José Enrique Barraza, la desaparición de estos se ha marcado en los últimos diez a quince años.

La situación, según indica, no pinta mejor para otras especies, sobre todo si la contaminación por desechos hospitalarios (mascarillas, jeringas, entre otros) que está generando la pandemia del COVID - 19 ya está llegando al mar a través de los ríos.

El doctor Barraza, investigador y catedrático universitario, señaló que entre las especies de corales que sucumbieron están el coral negro (Antipathes sp), que en los años 90 abundaba en lo que ahora conforma el Área Natural Protegida Complejo Los Cóbanos.

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El pecado del coral negro fue su belleza. En 2009 ya había entrado en la lista de especies en peligro de extinción. Según explicó Barraza, existen rumores que buzos saqueadores inescrupulosos extrajeron casi todas las colonias que existían entre los 10 a 30 metros de profundidad y llevaron las piezas hacia otro país de la región Centroamericana para venderlas.

Otro de los corales que desapareció es el Pocillopora sp. La contaminación y los cambios en la temperatura del océano son parte de las causas de su ausencia en el litoral. Foto: Shutterstock

“También quedaban atrapados en barcos que arrastraban sus redes cerca del área natural protegida e igualmente la tripulación vendía ilegalmente estas piezas en el mercado nacional, por ejemplo, hasta el año 2005 se les pudo observar en ventas de recuerdos en la zona del muelle de La Libertad”, citó.

Aseveró que si bien en su momento el Ministerio de Medio Ambiente tomó medidas para salvaguardar a este coral negro, todo apunta que las acciones llegaron tarde, aunque él guarda la esperanza de que existan colonias de esta especie sobre rocas que están en la profundidad de Los Cóbanos.

El biólogo marino, quien es investigador asociado del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI) de la Universidad Francisco Gavidia, señaló que otros corales que quedaron extirpados en el Complejo Los Cóbanos son el Pocillopora capitata, así como el Pocillopora damicornis y el Pocillopora meandrina; que se caracterizan porque sus colonias toman formas de ramas. Si bien no existe registro exacto de la fecha en que desaparecieron estas tres especies, el doctor Barraza manifestó que “hay una gran cantidad de esqueletos muertos que arrojan diariamente partículas de coral a la playa, mismas que se degradan”.

El pez sierra (Pristis pristis) estuvo sometido a la sobreexplotación. Foto Cortesía: Simon Fraser University

En palabras del especialista, las causas que llevaron al deterioro y extirpación de estos corales van desde la disminución en la temperatura del agua de mar a nivel global y por la explotación del coral vivo o muerto en el área de Los Cóbanos a inicios de los años 50.

“El coral habitaba en zonas poco profundas, entre uno a dos metros. Actualmente se observan las colonias muertas cubiertas por capas de algas costrosas duras y otra biodiversidad asociada, o a veces dispersas en el fondo”, insistió.

El investigador hizo hincapié en que también han desaparecido moluscos, como el sombrero amarillo (Tylodina fungina), que es un caracol pequeño, color amarillo, que pertenece al grupo de babosas marinas y el cual se caracteriza por tener una concha superior que precisamente asemeja un sombrero.

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Este caracol sombrero amarillo ya es escaso en las zonas rocosas litorales del país. Barraza advirtió que a esta especie no se le observa desde 2005, y en este caso su desaparición está vinculada no solo con el cambio climático, sino también con la extirpación de otras que constituían su alimento.

Entre los animales que desaparecieron de las costas salvadoreñas están el pez sierra (Pristis pristis) que se caracteriza por tener el cuerpo alargado, aplanado, y su cabeza es similar a un serrucho con dientes que utiliza para capturar presas. Está también en la lista oficial de especies en peligro de extinción.

“Actualmente no existen registros de su presencia en el país, una de las últimas capturas, según pescadores artesanales, ocurrió frente a Barra de Santiago, Ahuachapán, en septiembre de 1982. La causa de su desaparición puede estar asociada a la pesca de arrastre, comercialización del 'serrucho', contaminación y alteración de su hábitat”, indicó.

El impacto de la extirpación de estas y otras especies de la fauna marina tiene una gran dimensión en el ecosistema de los océanos porque, según detalló el doctor Barraza, esto deriva en daño a la cadena alimenticia, rompimiento del equilibrio ecológico y reducción en la disponibilidad de recursos pesqueros.

“También al desaparecer especies se puede perder un organismo con compuesto químico clave para fármacos de enfermedades actuales o futuras”, sostuvo el biólogo marino.

Pese a todo, es optimista de que algún día podremos ver de nuevo estas especies en la costa salvadoreña, dado que todavía hay en zonas cercanas al país; sin embargo, aclara que esto dependerá de que se den las condiciones, lo cual posiblemente tomará decenios o siglos y se requerirá mucha investigación a largo plazo.

A criterio del doctor Barraza, se debe de impulsar acciones para lograr el uso sostenible de los recursos acuáticos, proteger el hábitat, controlar la contaminación y monitorear el estado de especies amenazadas y en peligro de extinción.

El especialista expone la pandemia hizo que a nivel mundial se redujera el marisqueo, la pesca, algo que resultó positivo debido a que permitió la recuperación de especies marinas; pero por otro lado también ha generado contaminación de desechos, los que al depositarse en aguas dulces y marinas causa impactos severos en las especies, como heridas y obstrucción de tubos digestivos que resultan letales.

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