La Organización Mundial para la Salud (OMS) sugirió que los deberes se eliminaran de cualquier sistema educativo, pero ¿qué tan recomendable es? Los expertos sugieren la supresión de ellas a nivel parvulario. La clave será el balance en la carga académica.
Planas, álbumes, una maqueta, llenar tres páginas del libro de matemáticas… esa puede ser la carga de tareas que puede recibir un niño de 8 años en la cultura educativa de El Salvador. Situación que otros sistemas han desaprobado.
Durante más de 50 años en el país se ha creído que “entre más tareas o más carga extraescolar, mejor es la educación”, según describió el terreno de los deberes la psicóloga educativaDinorah Quintanar.
La gran interrogante de ¿se deben eliminar las tareas? siempre ha estado presente en padres de familia y especialistas de la educación, pero tomó especial realce cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), por medio de sus representantes en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), solicitó que las tareas escolares “se quitaran de cualquier sistema educativo que se encuentre registrado de manera oficial”.
Ante ello, Quintanar consideró que la petición se sacó de contexto, y lo que en realidad pide el organismo internacional es que estas se eliminen en la educación inicial (parvularia) y no sean excesivas para los siguientes niveles escolares.
Y en efecto, países referentes en alta calidad educativa, como Japón y Finlandia (considerados con la mejor educación del mundo) ya eliminaron estas responsabilidades en los primeros años escolares, y es a partir del 5° grado que los niños comienzan a recibir deberes.