Tareas escolares ¿buenas o malas?

La Organización Mundial para la Salud (OMS) sugirió que los deberes se eliminaran de cualquier sistema educativo, pero ¿qué tan recomendable es? Los expertos sugieren la supresión de ellas a nivel parvulario. La clave será el balance en la carga académica.

descripción de la imagen
El tiempo que se destine a las tareas dependerá del nivel escolar en el que se encuentre el niño o adolescente. / Foto Por Fotos EDH / Shutterstock

Por Sara Castro

2020-02-01 5:00:12

Planas, álbumes, una maqueta, llenar tres páginas del libro de matemáticas… esa puede ser la carga de tareas que puede recibir un niño de 8 años en la cultura educativa de El Salvador. Situación que otros sistemas han desaprobado.

Durante más de 50 años en el país se ha creído que “entre más tareas o más carga extraescolar, mejor es la educación”, según describió el terreno de los deberes la psicóloga educativa Dinorah Quintanar.

La gran interrogante de ¿se deben eliminar las tareas? siempre ha estado presente en padres de familia y especialistas de la educación, pero tomó especial realce cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), por medio de sus representantes en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), solicitó que las tareas escolares “se quitaran de cualquier sistema educativo que se encuentre registrado de manera oficial”.

Ante ello, Quintanar consideró que la petición se sacó de contexto, y lo que en realidad pide el organismo internacional es que estas se eliminen en la educación inicial (parvularia) y no sean excesivas para los siguientes niveles escolares.

Y en efecto, países referentes en alta calidad educativa, como Japón y Finlandia (considerados con la mejor educación del mundo) ya eliminaron estas responsabilidades en los primeros años escolares, y es a partir del 5° grado que los niños comienzan a recibir deberes.

Foto EDH/ Archivo

Según Quintanar, dicha visión es porque estos países consideran la educación como algo integral y el desarrollo de las inteligencias múltiples es una apuesta importante.

“En estos países, el rendimiento de un niño no se ve en una nota o el padre no determinará qué tan inteligente es su hijo a partir de un examen. Estos países dejan que los niños experimenten, socialicen, inculcan la responsabilidad, que sean ordenados, pues es parte de la formación”, recalcó la especialista.

El país tiene mucho que avanzar para llegar a un modelo como el de Finlandia. Y mientras aquí las tareas no se eliminen en los primeros años de escolaridad, Quintanar consideró que las tareas deben ser “significativas para el niño, tienen que tener una continuidad con lo que se vio en clase y que “puedan hacerse por el niño, sin involucrar al padre”.

Para el Observatorio de Innovación Educativa de México, las tareas son importantes porque refuerzan el conocimiento, enseñan la responsabilidad, el manejo del tiempo, la perseverancia y autoestima.

A partir de todo ello, la polémica debe centrarse en ¿cuánta tarea es suficiente? La diferenciación y la organización entre la planilla docente serán aspectos claves para solventar la carga extraescolar.

De esta manera, la psicopedagoga sugirió que para el nivel parvulario puede dejarse una tarea que sea significativa, para niños más grandes puede haber tres tareas que impliquen más investigación o esfuerzo. Pero para ello, los maestros deberán tener una planificación conjunta para generar equilibrio.

Para los expertos, las tareas no deben considerarse una carga, son parte del aprendizaje y el cumplimiento de un compromiso.
La Organización Mundial para la Salud (OMS) sugirió que los deberes se eliminaran de cualquier sistema educativo, pero ¿qué tan recomendable es? Los expertos sugieren la supresión de ellas a nivel parvulario. La clave será el balance en la carga académica.

RECOMENDACIONES: 

Tiempo perfecto: para la Asociación Nacional de Educación de Estados Unidos la cantidad que destine un niño a realizar sus tareas será clave para el aprendizaje. Esta entidad sugiere que un niño de kindergarten de emplear entre 10 y 20 minutos en la realización de deberes, alumnos de tercer a sexto grado, entre 30 a 60 minutos al día. Los estudiantes de secundaria deben dedicar 30 minutos, aproximadamente, de trabajo en casa por cada asignatura.

Un padre, un guía: la psicopedagoga Dinorah Quintanar sugirió que el padre acompañe a su hijo al momento de realizar las tareas, no debe hacerlas por él, debe ser una guía y apoyo. Puede acompañarlo mientras ejecuta otro trabajo o un oficio. Esta acción permitirá que se establezca un hábito y se forjará la responsabilidad. Además, Quintanar explicó que tener este espacio entre padres-hijos refuerza los lazos y puede incrementar la confianza.

Área adecuada: no todos los niños pueden concentrarse al cien por ciento. Para aquellos que tienen más dificultad, los padres deberán asegurar que exista una zona dentro de casa sin ruidos (no televisión, ni aparatos de sonido o dispositivos electrónicos) y que no haya un ir y venir de las personas. Este espacio también debe ser bien iluminado y ventilado. Asegúrese, además, de tener todos los materiales escolares necesarios: colores, sacapuntas, reglas, libros, diccionarios, hojas, lápices, etc.

Para que los niños se interesen más en los deberes se sugiere que estos involucren procesos lúdicos. Foto EDH / Shutterstock 

Tareas lúdicas: esta sugerencia es para los educadores. Quintanar insta a que los maestros busquen nuevas alternativas de enseñanzas, donde lo agradable y recreativo siempre estén presentes. Establecer tareas que no solo sean repetitivas ni que involucren únicamente la escritura-lectura incrementará el interés del alumno. En esta categoría entran las tareas que incluyan las artes (como teatro y pintura), creatividad, manualidades, juegos, proyecciones audiovisuales, entre otras.

Motivación: para que los niños y adolescentes fortalezcan la confianza en sí mismos es importante la motivación y la libertad en la realización de las tareas escolares. La experta recomienda que el padre de familia pregunte o sugiera a un pequeño cómo le gustaría realizar el deber. A los mayores se les deberá supervisar que hayan completado las tareas y transmitirles el mensaje de que pueden acudir a usted cuando tenga preguntas o haya algo que le preocupe.

 

El tiempo que se destine a las tareas dependerá del nivel escolar en el que se encuentre el niño o adolescente. Fotos EDH /Shutterstock
Para que los niños se interesen más en los deberes se sugiere que estos involucren procesos lúdicos.