“Remotando” el universo de Salarrué

A 120 años del nacimiento del célebre autor de “Remotando el Uluán”, surge la inquietud: ¿cuándo El Salvador dará honor a quien honor merece?, ¿cuándo el inmenso legado de Salvador Salazar Arrué será dignificado como uno de los más valiosos del país?

descripción de la imagen
Foto EDH / Cortesía Mupi / Foto Por proporcionada por el MUPI.

Por Rosemarié Mixco

2019-10-21 7:11:27

Hablar de Salarrué en El Salvador es hablar de identidad. Y, sí, es uno de los artistas salvadoreños más conocidos en su tierra natal, pero pareciera ser también uno de los más desconocidos.

¿Cuántos salvadoreños conocerán la obra del prolífico escritor más allá de sus famosos “Cuentos de Barro” y “Cuentos de Cipotes”?, ¿cuántos de los que conocen los icónicos libros de “Sagatara” los han leído?, ¿cuántos podrán identificar sus pinturas?, ¿cuántos saben que él era pintor?

El Museo de la Palabra y la Imagen (Mupi) sigue imparable en su propósito de visibilizar a uno de los artistas salvadoreños más versátiles y sorprendentes del siglo XX. No solo exhibiendo su obra y resguardando su legado, también promoviendo su herencia de “cantón en cantón, de escuela en escuela”, como lo manifestó en su oportunidad Carlos Henríquez Consalvi, director del recinto cultural. Pero como dice el refrán, “Una golondrina no hace verano”.

Antes que escritor, Salvador Salazar Arrué —como fue bautizado— era pintor. Así lo afirmaba él. Además de su inagotable ingenio para contar historias y dibujar ideas, el sonsonateco de nacimiento también fue filósofo, músico, diplomático, amante, esposo y padre, que creía en la transmutación, en la capacidad del hombre de convertir lo corruptible en incorruptible, la ignorancia en iluminación, lo imperfecto en perfección.

La tumba del artista salvadoreño está en el Cementerio Los Ilustres de San Salvador, aunque el deseo de Salarrué fue ser enterrado en Panchimalco. Murió el 27 de noviembre de 1975. Fotos EDH / Cortesía Mupi y archivo

¿Cuántas de las personas que han visitado alguna vez “La casa del escritor”, en Los Planes de Renderos, percibieron con claridad lo que hace tan especial a Salarrué y su familia para la cultura salvadoreña? Si bien hay artículos y datos que hablan de su producción artística y su vida familiar en ese lugar, aún hay mucho qué hacer en la que fue la última residencia del artista y su familia, para visibilizar y engrandecer el legado del genio salvadoreño.

Conversando con Tania Primavera Preza, a cargo del área de Prensa y Comunicaciones del Mupi, nos compartió que la relación del museo con las autoridades del Ministerio de Cultura, a cargo de “La Casa del Escritor”, se enfriaron los últimos años.

Ella considera que la Villa Monserrat —como se llama la propiedad— debería aprovecharse al máximo para dignificar la polifacética obra de Salarrué. El Mupi resguarda su archivo personal y acervo artístico: manuscritos, objetos, fotografías, obras de arte, biblioteca personal y registros sonoros, según se detalla en la quinta edición de la revista Trasmallo de 2009, que ingresó al Registro Latinoamericano de Memoria del Mundo de la UNESCO en 2016.

A 120 años de la llegada de Salarrué a El Salvador, en una de sus tantas vidas —el creía en la reencarnación—, es necesario que los salvadoreños conozcan y se dejen deslumbrar por la creatividad de quien es considerado el narrador más importante del país. Acá te compartimos algunos datos sobre este personaje.

La Monja Blanca es una de las pinturas del maestro salvadoreño más conocidas. Foto EDH / Archivo

1. Salvador Efraín Salazar Arrué nació en Sonzacate, Sonsonate, el 22 de octubre de 1899, en el hogar de Joaquín Salazar Angulo y María Teresa Arrué. Tuvo un hermano, Joaquín. Para 1907, él, su hermano y su madre se establecieron de forma alternativa en Santa Tecla y SanSalvador. En 1910, Diario El Salvador le publicó algunas composiciones.

2. En el 2009, el Mupi dedicó la quinta edición de su revista Trasmallo al 110° aniversario luctuoso de Salarrué. La publicación incluye entrevistas con su primera hija, Olga; uno de sus amores, Carmen Morán; y su gran amigo, el pintor Ricardo Aguilar, entre otros artículos.

3. Esta es de las últimas fotografías de la familia Salazar reunida, en 1974: Salarrué y Zelié al centro, rodeados por sus hijas Olga, Aída y Maya. El Mupi también resguarda la obra artística de las cuatro mujeres de Salarrué. Olga, en su última entrevista, manifestó que su padre era maravilloso, un creador estupendo y un hombre enamorado, y que su madre fue una gran mujer.

4. Salarrué fue creyente de la Teosofía, doctrina que influenció de forma significativa su producción artística. Creía en la reencarnación y el karma. También era un viajero astral consciente (practicaba el desdoblamiento extracorporal). Carmen Morán, su eterna enamorada, asegura que era un hombre que creía más en la vida espiritual.

5. En el libro “La pintura en El Salvador”, Jorge A. Cornejo escribe que la propuesta pictórica de Salarrué revela “referentes objetivos que su visión mágica, milagrosa, transforma llevándolas a la total abstracción”. Salarrué decía que sus cuadros nacían en verdaderos estados de trance, en los que él era manipulado por un ser superior.