Baja en remesas aumentaría la migración de salvadoreños

Aunque la crisis por COVID-19 muestra un panorama de inestabilidad económica a nivel mundial no todos los países podrán enfrentarla de la misma forma, dice estudio de la ESEN.

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El gobierno salvadoreño y el FMI estaban en negociación para un acuerdo económico que rescatara las finanzas públicas. Foto EDH / Archivo

Por Magdalena Reyes negocios@eldiariodehoy.com

2020-06-03 4:35:29

La disminución en ingresos por remesas que ha generado la baja del empleo latino en Estados Unidos por el impacto de la emergencia del COVID-19 incrementaría la migración de salvadoreños hacia Estados Unidos una vez pase la emergencia, según un análisis incluido en la propuesta de reactivación económica de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN).

“Si bien la pandemia del COVID-19 está presente en todo el mundo, la pandemia de hambre no va a estar igual en todas partes, no todos los países están en las mismas condiciones ni han tomado las mismas medidas de cierres de sus economías”, detalló Everardo Rivera, director general de la ESEN.

Según Rivera, en El Salvador por las condiciones que enfrenta, las personas considerarán la riesgosa decisión de migrar ya que la situación de la pandemia podría agudizar su situación de pobreza.

Aunque es difícil predecir que la situación se torne similar al 2019 e inicios de 2020 cuando se dio una efervescencia de caravanas de migrantes con dirección a Estados Unidos, explicó Rivera.

“Los países obviamente están tomando medidas para controlar el ingreso de extranjeros y para prevenir el ingreso del virus a su territorio”, destacó Rivera.

Con base a las estimaciones del Fondo Monetario Internacional las remesas en El Salvador estarían cayendo 20.2 % al cierre de este año debido a la crisis, muy por arriba de en 2009 como consecuencia de la recesión de 2008, que cayeron 8.5 %.

“El Banco Mundial señala que la caída que van a sufrir las remesas en general será de mucho tiempo”, dijo.

Las remesas familiares recibidas por El Salvador fueron de $1,600.7 millones en el período de enero a abril de 2020, inferior en $173.3 millones respecto al mismo período del año anterior, con una reducción equivalente al 9.8%, según datos del Banco Central de Reserva.

Pero al comparar específicamente abril 2020 -que se recibieron $287.3 millones- con el mismo mes de 2019 (que ingresaron $479 millones), las remesas familiares registraron una baja de $191. 7 millones, la cifra se desplomó en un 40%.

En el país, la mayoría de receptores de remesas se desempeñan en la informalidad, aseveró Rivera, y las remesas representan en los hogares receptores un 50 % de los recursos.

“Por lo tanto si alguien está en el sector informal, si no sale a trabajar, si no sale a vender, no genera el sustento diario y la ayuda que venía de fuera y que representa la mitad de los ingresos también va cayendo, definitivamente la capacidad de las familias para satisfacer las necesidades básicas se va a ver mermada y eso estaría empujando que 1.5 millones de personas estén ingresando a la pobreza”, destacó. Esto elevaría la tasa de pobreza que subiría del 30 % actual a más del 50 %, agregó .

Impacto en el consumo

Rivera afirmó que las remesas tienen un rol “contracíclico” es decir que si un hogar tienen complicaciones para suplir sus necesidades, los ingresos que provienen de las remesas son los que ayudar a mitigar esa situación. Como sucede cuando se dan catástrofes locales que comprometen la economía familiar.

“En este momento en que la crisis es global, los salvadoreños que se han ido tienen difícil poder ayudar a los que se quedaron, pues en los países donde se encuentran, como Estados Unidos donde está el 90 % de los que han emigrado, se han quedado sin trabajo o sus salarios han bajado”, destacó.

Esto viene a impactar directamente en el consumo de las familias, tomando en cuenta que el 90% de los recursos son para consumo.

“Ahora los hogares no podrían estar consumiendo ropa, comida, pago de deuda, renta de casas o reparaciones, porque no hay recursos”, explicó.

Afirmó que las situaciones económicas de 2020 van a ser mucho más difíciles que en el 2019 y aún más complicadas que lo el país vivió en el 2009, a raíz de la crisis de finales de 2008.

El director de la ESEN destaca que hay países que ya reactivaron su economía o están con los planes para reactivarla, pero en el caso de El Salvador la situación aún es incierta, por la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo.

“Esto lo que va a hacer es retrasar la reactivación económica y generarnos expectativas sobre cómo y a partir de cuándo podría reabrirse de forma lenta”, dijo.

Esto último influenciado por una recaudación fiscal con $1,000 menos este año, menor actividad productiva, baja de exportaciones, menos llegada de remesas y una constante tensión política, añadió Rivera.

Comportamientos de las remesas

Sobre el origen de las remesas, por primera vez las mujeres tienen mayor participación en el envío de dinero del exterior, dentro de la encuesta realizada por el BCR, al representar el 50.9% del total de remitentes.

Además, la encuesta realizada antes de la crisis mostró un aumento de la remesa promedio enviada a El Salvador, la cual pasó de $312 mensual en 2014 a $398 por mes en 2018, con un crecimiento de 27.3%.

Los remitentes estaban dedicando un mayor porcentaje de su ingreso para el envío de remesas. En 2014, dedicaban el 14.3%, mientras que en 2018 destinaron el 16.1%.

Además, cuatro de cada 10 salvadoreños envían remesas en especie, principalmente las mujeres, quienes representan el 55.1% del total de remitentes en especie. En 2017, las remesas de esta categoría ascendieron a $373.3 millones, equivalentes al 7.4% del total de ingresos enviados por compatriotas.