Remesas de EE.UU. a Latinoamérica podrían bajar $2,000 millones

Agencias de envíos de remesas a El Salvador y otros países de la región siguen trabajando en el Área Metropolitana de Washington, pero tanto los montos de envío como el número de clientes han ido a la baja con el paso de los días.

descripción de la imagen
Desempleo afectaría el flujo de remesas, dicen expertos. Foto EDH / Archivo

Por Tomás Guevara nacional@eldiariodehoy.com

2020-04-09 4:27:22

Los clientes entran silenciosos a una agencia de envíos de remesas Ever Payer, más conocido por La Chiquita, en Langley Park, Maryland; antes de entrar Orlando L. un salvadoreño que labora en la construcción todavía enfundado en el chaleco color naranja trata de empujar la puerta con el pie y sus botas enfangadas, y se dirige a la línea tomando la distancia.

Aunque las obras de construcción no han parado, el temor a que de un día a otro digan que se van a sus casas le llena de incertidumbre, pero más de saber como está su familia en El Salvador, la prioridad de su envío es para ayudar a su grupo familiar que se las ve a palitos en el país donde todas las actividades productivas están paralizadas.

“Solo lo justo para ayudarles un poquito porque no sabemos como va seguir esto aquí”, dice antes de tomar turno en ventanilla para hacer un depósito destinado a suplir las necesidades básicas durante la emergencia nacional.

La propietaria de esta empresa de transferencias monetarias desde Maryland a El Salvador, la compatriota chalateca Dora Escobar, no sabe calcular todavía cuanto ha bajado los envíos, pero en su decena de agencias se puede estimar que el movimiento está a medias.

“No tengo los datos a la mano para comparar cuánto ha bajado, pero si es considerable, el movimiento en las tiendas ha caído muchísimo, recuerde que nuestra comunidad trabaja en muchos sectores que están paralizados como restaurantes, peluquerías, limpieza, tiendas”, comenta la empresaria.

Sus agencias de envío dan una idea de la reducción, de tener varias ventanillas para atender a los clientes, estos días en las horas pico como al final de la tarde, dos cajeras son suficiente para despachar a los clientes que toman turno tomando las medidas de distancia de 6 pies, cerca de dos metros que han reglamentado las autoridades locales como distancia segura para evitar los contagios.

El departamento de Migraciones Remesas y Desarrollo del centro Diálogo Interamericano en Washington ha hecho los primeros estimados de la caída de las remesas para la región a consecuencia de la pérdida de empleo a causa de la pandemia.

“Teniendo en cuenta las vulnerabilidades financieras y de salud de los migrantes, así como la recesión prevista, una estimación conservadora muestra que las remesas disminuirán hasta 3 % negativo para la región (Latinoamérica) de $77,000 millones en 2019 a unos $75,000 millones este 2020”, estima un estudio que fue discutido en días recientes por un grupo de expertos invitados en una conferencia en línea de este tanque de pensamiento que mantiene una observación permanente sobre la región.

En las tendencias generales cerca de 10 millones de personas han aplicado a los beneficios de desempleo en Estados Unidos hasta el inicio de abril, a dos semanas de haberse decretado la emergencia sanitaria.

Ese monto representa un 6 % de la fuerza laboral, sumado al porcentaje de 3.5% de desempleo que ya imperaba, como el más bajo de las últimas décadas, con lo que para iniciar el segundo trimestre del año el desempleo se sitúa en el 9.5%.

Sin embargo, durante el foro los analistas expertos en la región y las migraciones expusieron la preocupación por los millones de trabajadores indocumentados que no califican para beneficios de desempleo dado su estatus legal, con lo que la crisis se agudizará en esos grupos familiares que no tendrían como lidiar su propia situación en Estados Unidos, menos para enviar remesas.

Otro factor de vulnerabilidad que han detectado en de los inmigrantes al trazar los primeros datos para calibrar el impacto que tendría la recesión económica es la baja capacidad de ahorro que tiene este grupo, pues un 35% tiene ingresos anuales menores a los $20,000 y un 15% gana más de $50.000 anuales; un porcentaje bajo si se compara con el 34.6 % de estadounidenses que ganan más de $50,000 anuales.
De esos montos una gran mayoría designa una porcentaje para enviar a sus familiares en los países de origen, y el otro apenas alcanza para cubrir los costos de vivienda en Estados Unidos, donde solo tener un espacio domiciliar puede absorber hasta el 45% de los ingresos.

La directora de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos, LULAC, la hondureña Sindy Benavides, quien lidera esta organización pro inmigrante de larga data en Estados Unidos con sede en Washington, este frenazo en la economía debe también llevar a la reflexión sobre el aporte de los inmigrantes en momentos de crisis.

”Nuestra comunidad latina sigue trabajando en la alimentación, en la sanidad y la construcción (trabajos esenciales en estos días). Son los que siguen en la calle, y en muchos casos sin cobertura médica”, denuncia Benavides.

Cálculos moderados indican que más de 1 millón de hogares en América Latina dejarán de recibir remesas, el impacto mayor se ha focalizado en los países centroamericanos y del Caribe que son los receptores más significativos de estas transferencias gracias al trabajo de los migrantes en Estados Unidos.