Son empresarios de reconocidos negocios, personas muy generosas, gente que dona gran parte de lo que tiene a causas que consideran importantes; o empresas que están comprometidas con devolver algo a las comunidades y sus públicos al mismo tiempo que buscan ser rentablemente sostenibles.
Pero ¿qué hacen las empresas y sus líderes para ser referentes mundiales de la Responsabilidad Social Empresarial?
Las multinacionales y los millonarios de hoy, con fortunas incluso mayores que los primeros magnates del mundo y las primeras empresas del siglo pasado, también están buscando dejar un legado a futuras generaciones.
Sin embargo, a diferencia de sus predecesores, estas compañías y ejecutivos no sólo parecen querer dar dinero después de su muerte, sino que empiezan mucho antes, en vida, y se involucran de manera activa en las causas que eligen y los temas que están decididos a apoyar.
Es aquí entonces cuando la simple filantropía comienza a verse como un compromiso y una responsabilidad social que implican actividades voluntarias que van más allá de las exigencias legales.
Cada vez hay más empresas y ejecutivos inversionistas o personalidades de diversa índole que abogan por las causas sociales y que se caracterizan por replicar algunas medidas propias del mundo de los negocios e incorporar, y adaptar según sea el caso, los ejes de la RSE a sus compañías. Porque, incluso, la RSE es considerada la nueva forma de hacer negocios.
Fundemas lanzó la semana de la RSE y Sostenibilidad
En esta séptima edición el objetivo es hacer conciencia que el desarrollo económico va unido al medioambiental
Estos referentes suelen tener una fijación por obtener resultados y una tolerancia al riesgo, con la que, por ejemplo, se les ve invirtiendo en varios proyectos de diverso tamaño y rubro.
Los nuevos empresarios comprometidos con la responsabilidad social, al igual que para cuidar los intereses de sus negocios, se involucran cada vez más en las causas que apoyan.
Es así como, a través de sus empresas o fundaciones especiales, ejecutan proyectos de educación, empleo, salud y medioambiente, entre otras áreas.
Pero, como ya es sabido, la RSE es un tópico difícil de medir, por lo que listar a los referentes resulta complicado. A diferencia de las ventas y la participación de mercado, la Responsabilidad Social Empresarial se trata de un intangible complejo en el que no solo converge el tamaño de la compañía, la cantidad de dinero o el número de personas alcanzadas con cada iniciativa sino también el nivel de impacto que es posible palpar en cada persona en el corto, mediano o largo plazo.
Así, con el riesgo de dejar fuera a líderes y proyectos con gran impacto y trayectoria, a continuación se detallan a al menos cinco referentes de la responsabilidad social en el mundo: dos personalidades y los tres primeros lugares del último listado de empresas con mejor reputación de responsabilidad social corporativa en el mundo, elaborado por el Instituto Reputación.
Sobre el informe de reputación RSE
Aunque es difícil de calificar el impacto de un líder u organización, desde hace siete años, el Instituto Reputación elabora un estudio anual de compañías con la mejor reputación de Responsabilidad Social Corporativa en el mundo.
La agencia evalúa el desempeño de las empresas en al menos tres dimensiones: ciudadanía (influencia positiva en la sociedad, con conciencia ambiental y apoya las buenas causas), gobernanza (ética, justicia en hacer negocios; apertura y transparencia) y lugar de trabajo (recompensa a los empleados, se preocupa por su bienestar y ofrece trabajo con igualdad de oportunidades).
En la de 2018, la última en publicar, más de 230,000 personas en al menos 15 países respondieron a la encuesta valorando qué tanta conexión hay entre la confianza y la responsabilidad corporativa, si una empresa comunica su propósito social y si es liderada con responsabilidad, etc. En la lista, Google Inc., Walt Disney Company y LEGO ocuparon los primeros lugares.
Google, más que software y tecnología
Además de ser una de las multinacionales más reconocidas por su famoso motor de búsqueda, el fabricante y desarrollador de productos y servicios de software y tecnología también se destaca por sus iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial y ya ha sido galardonado por ello.
Tras declarar hace varios años su compromiso con apoyar al desarrollo sostenible a través de sus políticas empresariales sobre temáticas laborales, ambientales y de derechos humanos, la empresa estadounidense impulsa diversas iniciativas encaminadas a alcanzar dichos objetivos.
Entre sus programas está el “Google da de vuelta”, en el que invierte unos $115 millones, que consiste, entre otras cosas, en educar a jóvenes en matemáticas, química e ingeniería; alfabetizar gratuitamente a niñas en África y Afganistán; y empoderar a través de la tecnología a grupos excluidos como personas de la tercera edad y discapacitados.
Además, tiene el “Google verde”, un sitio web donde consigna todos sus avances en pro del cuidado del medio ambiente y el “Proyecto 10 al 100”, que con $10 millones, financia cinco ideas que cualquier persona en el mundo tenga para “cambiar el mundo” y que Google considere con mayor viabilidad.
Con sus públicos internos, al denominarlos “Googlers”, el gigante tecnológico trabaja una iniciativa para incrementar la reputación de sus trabajadores de manera que estos se sientan parte de la compañía; y para aquellos que se quedan trabajando hasta tarde, también ofrece cafeterías dentro de su campus que sirven alimentos las 24 horas del día y gratis; e instalaciones y actividades diversas que cubren prácticamente cualquier excusa para desear regresar a casa.
LEGO por el bien de las personas, los niños y el medioambiente
Como la Responsabilidad Social Empresarial implica incorporar compromisos sociales y medioambientales en las actividades diarias de las compañías, Grupo LEGO ha ido más allá y las detalló en un preciso manual de “empresa responsable”.
Con 12 ejes principales relacionados a la ética corporativa, las personas (como públicos internos y proveedores), los niños y el medio ambiente, LEGO busca garantizar los derechos y el bienestar de todos los involucrados en los procesos de sus productos. Tiene un lema: “solo lo mejor es suficientemente bueno” y con él crea relaciones a largo plazo con proveedores para motivarlos a implantar buenas prácticas.
Así, además de promover que los negocios se manejen con transparencia e integridad, protege a sus colaboradores asegurando que el trabajo sea voluntario, tenga un trato igualitario y respetuoso y haya protección de salud y de seguridad. También está a favor de entornos de trabajo que respetan la integración familiar.
Por otro lado, en pro de la equidad de género, por ejemplo, la compañía de bloques de juguete desarrolló sets de figurillas que representan el aporte de las mujeres en campos de astronomía, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas para equilibrar la brecha de género e impulsar el empoderamiento femenino.
LEGO también se comprometió a ser una empresa sustentable y ha trabajado en reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) y ya anunció que comenzará a producir piezas hechas de fuentes vegetales.
Disney y su inusual cultura corporativa
La compañía de producción de dibujos y películas animadas que nació en 1923 ha recibido galardones en reiteradas ocasiones por demostrar su compromiso con las personas y el medio ambiente; así como su espíritu de compartir su cultura corporativa.
Dentro de sus programas que reproducen la cultura de valores empresariales está el Disney Institute donde los participantes, con información comercial real y ejemplos probados en parques y centros vacacionales Disney, aprenden sobre los valores de una organización. Por tres décadas, este proyecto ha ayudado a líderes y a profesionales de todo el mundo a tener un impacto positivo en sus organizaciones y públicos, puesto que se enfocan en temas clave como el servicio al cliente, la excelencia en el liderazgo, el servicio de calidad y el compromiso de los colaboradores.
Disney también destina esfuerzos y recursos en materia de gestión ambiental. A través del Fondo Mundial de conservación Disney, por ejemplo, proporciona apoyo financiero a iniciativas sobre estudio de fauna silvestre, protección de hábitats y desarrollo de programas de conservación, etc.
Con el Fondo para la conservación, la empresa ya aportó $24 millones en diversas iniciativas en 112 países.Tiene también un programa de participación ciudadana, el VoluntEARS en el cual los empleados dedican tiempo a ir a hospitales, llevar alimento a quienes viven en la calle, limpian playas, etc. Además, unas 150 personas de los elencos de Disney Channel lideran grupos verdes para concientizar sobre metas ambientales y el cuidado de la naturaleza.
Carlos Slim comprometido con la educación, la salud y el desarrollo
El magnate mexicano de las telecomunicaciones, Carlos Slim, ha sido uno de los empresarios más críticos sobre la delgada línea entre donar dinero a modo filantrópico y financiar proyectos de Responsabilidad Social Corporativa. En reiteradas ocasiones el ejecutivo ha dejado claro que regalar fortunas personales es interesante pero no resuelve problemas reales.
Por su parte, Slim, comprometido sobre todo con la educación, la salud y el desarrollo digital, dedica varios millones de dólares a su fundación y con ello ejecuta proyectos de amplio impacto como el de capacitaciones gratuitas en línea, reconstrucción y transformación de centros de salud y escuelas, programas de seguridad vial y el fortalecimiento de centros de investigación y desarrollo, por mencionar algunos.
Michelle Obama lucha por la igualdad y la educación global
Michelle Obama, la exprimera dama de Estados Unidos lleva algunos años utilizando todas las plataformas en las que ha logrado participación política o empresarial para abogar por la igualdad de las mujeres, la educación global y la alimentación sana.En su carrera ha impulsado la iniciativa “Let the girls learn” (Dejen que las niñas aprendan); instó a prestigiosos cocineros a que dieran un vuelco a la comida escolar en Estados Unidos y se unieran a un programa en el que cada cocinera apadrina a una escuela, asesora sobre alimentación, ayuda a plantar un huerto y crear menús con ingredientes saludables; y la campaña contra la obesidad “Let’s move” (Vamos a movernos) que promueve la alimentación sana y más ejercicio entre los niños.