Rastro de Ahuachapán tendrá mejoras por orden de juzgado

Los trabajos han permitido eliminar los malos olores, que era una de las quejas más frecuentes de las personas que residen en la zona. Las obras serán concluidas en el primer trimestre del año. El juzgado ambiental amenazó con cerrar el lugar si no cumplían las medidas de higiene.

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Por Cristian Díaz

2020-01-05 4:30:35

AHUACHAPÁN. Ganaderos y la alcaldía de Ahuachapán realizan obras de mejoramiento en el rastro municipal como parte de las medidas que impuso el Juzgado Ambiental, con sede en Santa Ana, en febrero de 2018; además de ordenarle la suspensión de manera inmediata la descarga de aguas residuales (generadas por actividad agroindustrial) hacia la quebrada El Chanal.

Los trabajos iniciaron el 2 de octubre de 2019 y prevén finalizarlos a mediados de marzo próximo. A la fecha han hecho una inversión, entre ambas partes, de $6,000.

El coordinador de la Unidad Ambiental de la municipalidad, Marlon Brito, explicó que tras recibir las medidas cautelares del juzgado realizaron algunas acciones que no fueron definitivas.

Entre ellas la captación de aguas servidas en una cisterna, que posteriormente era llevada a una planta de tratamiento. Eso resultó ser oneroso ya que cada mes debían de pagar $800.

Por ello, a partir de octubre anularon el sistema de aguas servidas que iba a dar a la quebrada sin ningún tratamiento.

Ahora, la sangre de los animales sacrificados es coagulada con cal y enviada al relleno sanitario; mientras que el agua servida es capturada en un bidón, tratada con producto especial y luego separan los sólidos y los líquidos. Estos últimos van a un pozo de absorción.

En el área de sacrificio arreglaron pisos, paredes, colocaron cerámica, instalaron dos tecles donde colocan a los animales, dieron mantenimiento a los rieles y adquirieron una hidrolavadora para el aseo del área.

Los corrales dejaron de ser lavados con agua tres veces al día y le están dando mantenimiento en seco una vez al mes, es decir, el estiércol de los animales es cubierto con aserrín y le colocan microorganismos que eliminan olores, moscas y descompone la materia orgánica.

“Hemos avanzado en el adecuamiento ambiental del rastro en un 80 %. Estamos esperando los resultados de la muestra de agua para determinar qué equipo se debe de comprar, presumimos que se debe de instalar una pequeña planta de tratamiento de agua y un biodigestor para, en la primera, tratar las aguas y en la otra, darle tratamiento a la materia ruminal que sale de las panzas. A principio de enero, la alcaldía tiene que hacer otra inversión, como de $10,000, para poderle dar cumplimiento a las normas ambientales que nos exige el Juzgado Ambiental”, explicó Brito.

Antes de los trabajos se lanzaban a la quebrada al menos 1,000 litros de sangre al día, además de 1,000 libras de desechos como cuero, pellejos y cachos.

Entre las disposiciones del juzgado estaba que si la alcaldía no cumple con las medidas cautelares “se ordenará el ci erre del mismo”.

El presidente de la asociación de destazadores del rastro, Manuel Carías, expresó que las mejoras son importantes porque el lugar es una fuente de trabajo en el municipio; aunque reconoció que lo más difícil del proceso ha sido la organización.

Mientras que el presidente de la sociedad departamental de ganaderos, Carlos Ruano, señaló que de darse el cierre de las instalaciones se podría producir un foco de contaminación en la ciudad, ya que algunas personas destazarían de forma clandestina. Semanalmente son destazados 70 reses e igual número de cerdos.

“Para nosotros fue una sorpresa que nos dijeran que este rastro iba a ser cerrado porque vivimos de esto; fue una sorpresa desesperante. De aquí dependemos 350 familias (ganaderos, destazadores, vendedores de carne); si este rastro se hubiera cerrado quedaríamos desamparados un resto de familias”, expresó.

El ganadero es de la idea de que en Ahuachapán se debe de construir un rastro es una zona alejada de la población, ya que actualmente está rodeado de viviendas a pesar de que cuando se construyó era una zona verde. El rastro tiene más de 40 años de funcionar en el lugar.

El alcalde, Abilio Flores, reconoció que debido al crecimiento poblacional de la zona, “el lugar ya no es idóneo, es uno de los puntos débiles”; pero que a nivel internacional existen rastros en el interior de la ciudad, por lo que precisamente están realizando las mejoras en el inmueble.

Estas permiten mayor higiene en el tratamiento de la carne y la eliminación de los malos olores que se percibían a varios metros del rastro y que eran de las principales quejas de la población de la zona.

“Se está notando que no hay mal olor; muchas veces ni las motos (mototaxis) nos traían porque apenas decíamos al rastro, nos decían “ahí mucho apesta’. Esto es algo para todo el pueblo; la verdad había veces que quizás nosotros estábamos comiendo, pero (se sentía) un mal olor como que ahí en el plato teníamos eso sucio”, expresó Rosa de Salinas, residente de la zona.