“Papá 2: Lo amo demasiado y lo extraño muchísimo. Atte: Katia. Pdt: Siempre seré su alumna ”. Este mensaje, escrito con letra de molde, en una hoja blanca y pegada con cinta adhesiva en una pared de su aula es uno de los mejores homenajes que el profesor Ramón Benjamín Recinos Quesada ha tenido este año, en tiempos que en el país el valor que los educadores tienen ante los alumnos ha quedado relegado.
Recinos Quesada, de 43 años, labora en el Centro Escolar España, de San Salvador, institución educativa pública encargada de la formación de niñas, a la cual llegó hace nueve años para atender el aula de informática.
El “Profe Ramón”, como le dicen sus alumnas no imaginó que desde ahí, con la creación de un club de Robótica, daría un gran aporte educativo con el que ha puesto en primer plano a la escuela a nivel nacional e internacional, le ha dado a él mucho prestigio y premios, pero sobre todo le ha permitido ayudar a muchas de las estudiantes a desarrollarse académicamente y tener metas más claras de lo que quieren hacer en el futuro.
Ese cariño, que se replica con múltiples mensajes pegados incluso en el mueble de su computadora, el educador se lo ha ganado a pulso gracias a su entrega, a todos los esfuerzos que hace para que las niñas que llegan a esa escuela rompan con sus temores a incursionar en el mundo de la ciencia y la tecnología.
“No todas las niñas le apostaban a eso (de la robótica) por el mismo temor a la tecnología. Le tenían bastante temor, por eso de que (pensaban) que estas materias son para varones, por el machismo. Ellas decían cómo yo voy a estar acá armando (robots). Yo les decía: no hijas, ustedes tienen que apostarle a esto. Entonces empecé a buscar una estrategia para que a las niñas les gustara”, comentó sobre sus primeros años en esa escuela.
El club de robótica inició con alrededor de cinco alumnas y dos kits de trabajo. En los últimos tres años se ha mantenido con un promedio de 15 alumnas, mientras unas llegan y otras egresan, aunque según lo externado por el docente para el próximo año espera tener 30.
“A medida que fue avanzando el club (las niñas y yo) nos fuimos actualizando en tecnología como Arduino, y vimos que se podían ocupar materiales reciclados. Entonces cuando se dañaba una impresora sacábamos los motores y cosas que no estaban dañadas para empezar a hacer robótica”, señaló.
Recordó que en 2013, un año después de que el club abrió sus puertas, las cinco alumnas con las que comenzó estaban tan motivadas que al ver que se necesitaba más equipo de robótica, con el aval de la dirección, comenzaron a vender dulces dentro de la escuela para recaudar fondos y comprar.
Hasta la fecha en el club se han formado 60 niñas que mostraron su interés en aprender, que tienen las habilidades y cuyos padres asumieron también el compromiso de apoyarlas, dado que es una actividad que realizan de forma extracurricular, pero para la cual requieren tener buen rendimiento en sus clases regulares.
Este docente, quien es técnico en mantenimiento de computadoras graduado del Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA / FEPADE) e ingeniero en sistemas de la Universidad Tecnológica, recibió en septiembre pasado el premio “Global Teacher Award”, en un a competencia promovida a nivel mundial por la AKS, una empresa de la India que desarrolla productos educativos.
Recinos Quesada compitió contra 600 profesores de todo el mundo, y si bien inicialmente quedó entre los 70 mejores, al final ubicó en el segundo lugar de ese ranking, solo por debajo de un educador de Finlandia.
Más allá de sus logros, que también pasan por haber sido nombrado recientemente Mejor Profesional del Año 2019 por la Asociación de Profesionales de Computación (ASPRO), el ingeniero Recinos dice sentirse orgulloso y satisfecho de los avances que van teniendo sus estudiantes en la escuela y fuera de ella.
Él considera que se ha cumplido el objetivo por el cual inició el club, incluido el que las niñas se dieran cuenta de que pueden ser una potencia en área de la robótica y las ciencias en general, como lo han demostrado en competencias nacionales e internacionales a las que asisten ya sea por iniciativa institucional o invitación.
Y es que el profesor Ramón Recinos y las mismas niñas han evidenciado, que el practicar robótica les ha permitido aplicar y conocer más sobre Matemática, electricidad, electrónica, inclusive mejorar sus habilidades de comunicación, socialización y motivarse a estudiar otros idiomas, como el inglés, porque han visto que se requiere cuando van a competencias fuera del país.
Al finalizar el noveno grado de Educación Básica, algunas de sus exalumnas han estudiado bachillerato general con miras a tomar carreras como abogacía, medicina; otras han cursado el bachillerato técnico para seguir estudios de ingeniería en sistemas, entre otras.
Por ejemplo, katia, la alumna que en agosto pasado le dedicó ese mensaje lleno de cariño, es una de las que estudia el bachillerato general, lleva un curso de inglés en la Universidad de El Salvador y, además, hoy es parte del Programa de Jóvenes Talento en Tecnología, de la Universidad Francisco Gavidia.
El ingeniero Recinos Quesada empezó su labor como docente de informática en el Colegio Ladislao Leiva, atendiendo alumnos desde Parvularia hasta bachillerato, pero tras aplicar a una plaza en el gobierno fue nombrado por el Ministerio de Educación en el Centro Escolar Católico Santa Ana, de la capital, centro del que saltó a la Escuela España en busca de mejores condiciones de seguridad.
¿Cómo es la experiencia de trabajar solo con niñas?
El profesor sostiene que “se hace todo con respeto, sin sobrepasarse”, así se gana su confianza y ellas la de él, y además así se les demuestra que van a ser algo en la vida y les pone ejemplos de alumnas de otros países que han destacado.
“Yo las motivo. Eso es lo que a las niñas más les gusta y empiezan a hacer cosas como diciendo que yo soy su segundo padre. Ahí vienen a llorar, a decirme un montón de cosas que pasan con sus familias. Así aparte de ser un profesor me convierto como en un consejero de ellas. Les digo que tienen que cuidarse”, agregó el docente, un exalumno del Instituto Técnico Ricaldone.
El profesor Ramón, quien además enseña a otras alumnas de la institución y a los docentes a manejar las herramientas de informática, sostuvo que desarrollar su labor estos años y ver todos logros de la niñas le han hecho entender el propósito de su existencia, que en un momento dado cuestionó.
Según contó, cuando en 1996 el estudiaba segundo año de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de El Salvador fue víctima de un asalto, durante el cual los delincuentes lo agredieron tanto que desde finales de ese año hasta principios de 1998 permaneció ingresado en un hospital público luchando por su vida. Ese hecho lo sumergió en una crisis de fe y luego lo obligó a hacer el cambio de carreras.
“Ahora yo entiendo. Yo le reclamaba mucho a Dios, con el problema que tuve del asalto. Le dije porqué Él me hacía sufrir tanto y mejor no me llevaba de un solo y ahora entiendo porqué Él me dejó acá”, acotó.
Hoy está tan satisfecho y contento que pese a que le han surgido muchas y muy buenas ofertas de empleo en el sector privado y gobierno se ha resistido a dejar el proyecto con las niñas del Centro Escolar España, y seguir orientando a otros maestros del país y fuera de nuestras fronteras que solicitan sus consejos.
En la actualidad el Recinos Quesada y sus alumnas del club de robótica son muy requeridos para contar sus experiencias ante docentes y estudiantes de distintas instituciones educativas dentro y fuera del país, incluso de universidades.
El ingeniero Recinos, quien este año recibió el reconocimiento de Docente Experto 2019 – 2020, de parte de una empresa de tecnología; y la semana pasada fue nombrado Padrino de la Promoción del colegio donde dio sus primeros pasos en la docencia, manifestó que para el próximo año tiene contemplado impulsar otros proyectos a nivel de la institución, siempre con miras a favorecer el aprendizaje de las escolares.
Entre sus iniciativas para el 2020 están potenciar la robótica en forma inclusiva, es decir que sus alumnas trabajen más con estudiantes de otras instituciones públicas y privadas; empezar a introducir en esa escuela nuevas líneas de aprendizaje desde el nivel de kinder 4, tal es el caso de la inteligencia artificial y el machine learning, algo a lo que por ahora solo se les está apostando a nivel de educación superior. También apoyará al profesor José Enrique López, en la fundación de una red de docentes del área de robótica.