SAN MIGUEL. El pasado 25 de mayo la casa de adobe de Mirna Yaneth Sosa, de 55 años de edad, resultó afectada por el desbordamiento de la quebrada El Coyote, en el cantón Monte Grande, San Miguel. Sus pocas pertenencias se perdieron, entre ellos unas 30 aves de corral. Además, la casa ha sido declarada inhabitable.
Sosa asegura que esa noche buscó el apoyo de Protección Civil Municipal, pero fue 15 días después que llegaron a su vivienda a realizar una inspección “porque no se podía entrar, había mucho lodo y los carros se pegaban”, según justifica la misma ciudadana afectada.
Por su parte, el encargado de Protección Civil Municipal, Oscar Portillo, reconoció que fue hasta el miércoles que tuvieron conocimiento sobre el caso.
“Tenemos líderes o gente que nos informa de cómo está la situación en las viviendas; ya habíamos venido a hacer una inspección en el sector de la línea férrea pero de esto lastimosamente no habíamos tenido conocimiento”, comentó Portillo.
Por la tarde del miércoles, personal de Protección Civil Municipal entregó colchonetas a Sosa, quien ya había recibido recibió del departamento de Agricultura y Seguridad Alimentaria aves de corral, láminas, malla, comederos y bebederos para que pueda dar continuidad a la crianza de animales.
La casa de Mirna no fue la única afectada. Según Orquídea González, representante de la comunidad, unas cinco viviendas resultaron inundadas en ese sector de la quebrada El Coyote, y otras 35 en el sector de línea férrea de San Antonio Sur II.
“En el caso de estas personas yo mande la nota para meter maquinaria a la quebrada y la respuesta que me dieron fue que las máquinas estaban saturadas, y que por eso no podían venir a ayudarnos. También en el sector de la línea férrea unas 35 casas se toparon de agua y lodo, ahí se necesita el levantamiento de borda”, comentó la líder comunal.
Portillo reveló que unas 167 viviendas han resultado afectadas en lo que va de la época invernal en el presente año, la mayoría de estas casas están ubicadas en la parte baja de la ciudad y el centro de la ciudad.
“Acá se tiene varios fenómenos: uno es el tema de la basura, también la cantidad de agua que cayó y sobrepasó las dimensiones de la tubería, a esto se suma el sedimento y se tienen muchas calles de tierras”, dijo.