La propuesta para legalizar la marihuana para usos medicinales ha encendido una alerta por las consecuencias que podría traer a corto plazo, debido a que los beneficiados sería un grupo muy reducido; pero los expuestos a su consumo sería la mayor parte de la población.
Ese es el temor del médico psiquiatra, Miguel Fortín Magaña, quien ve graves riesgos en el consumo de la planta, no solo por los daños que provoca a la salud, sino por las adicciones que genera.
Peor aún, considera Fortín, el sistema de salud del país no está preparado para atender adicciones por consumo de Cannabis.
Agregó que el consumo medicinal conllevan muchos riesgos y, el primero de ellos, es que después de su legalización viene el consumo recreacional y las adicciones.
“Cuántos hospitales psiquiátricos hay en El Salvador, solo hay uno. Cuántos servicios de adicciones en la red pública de El Salvador, en todos los hospitales? solo hay dos: Soyapango y la Calle Arce, que es del Seguro Social. Dónde está la preparación para lo que viene y por qué vamos a exponer al público a esas condiciones”, se preguntó el médico psiquiatra.
Explicó que cuando una persona entra en el grado de adicción, se vuelve muy complicado el tratamiento porque es una adicción psicológica.
“Si se le pregunta a alguien que fuma marihuana si la puede dejar, le dice que sí; pero nunca la deja. Y cómo no se deja algo, cuando ya es legal. ¿Por qué el tabaco es tan difícil de dejar? Porque es legal”, opinó.
Explicó que la marihuana contiene una sustancia que se llama canabidiol, que es la de uso medicinal porque tiene un poder antiémetico (sirve para calmar náuseas, dolores de cabeza y otros), pero no da la sensación de alegría que producen otros compuestos de la misma planta, como el tetrahidrocanabinol, que sí da esas sensaciones de bienestar. “Entonces, cuando se combinan, desafortunadamente ya no es tan medicinal”.
Explicando los problemas del cannabis desde el punto de vista médico y lo peligroso de su consumo, Fortín Magaña se va al Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades en su V Edición, que es el que ocupan todos los psiquiatras de Estados Unidos y todos ellos concluyen que “la marihuana es adictiva y produce el Desorden por el Uso del Cannabis, que puede ser leve, moderada o severo; y en el severo hay presencia de alucinaciones de fenómenos psicóticos”.
Lo anterior significa, agregó, que no se necesita que una persona sea adicta para adquirir un cuadro de esquizofrenia, ya que basta con consumirla una vez para desarrollar esa enfermedad si el sujeto tiene la alteración neurofisiológica adecuada.
“Esto de que la marihuana no es droga, no es peligrosa o no es adictiva, eso no es cierto. La marihuana sí es peligrosa, sí es adictiva y es una droga”, insistió el médico.
Explicó que el 10 % de las personas que consumen el cannabis, adquieren la adicción; pero el hecho de que solo ese porcentaje entre en adicción, no significa que el resto de la población no corre el riesgo de consumirla y adquirirla.
Según el especialista, en la sociedad existe un error de comprensión, ya que con frecuencia se piensa que si algo malo ya existe, “al legalizarlo va a dejar de existir, y eso no es cierto porque la demostración empírica nos dice que se hace más frecuente (su consumo)”.
No cura enfermedades
Uno de los planteamientos que Miguel Fortín Magaña escuchó en el foro sobre la marihuana, es que sirve para el tratamiento del Alzheimer. Sobre ese planteamiento, dijo que “no es cierto”, lo que hay son usos experimentales, pero no para el tratamiento en sí de esa enfermedad.
“Hay que decirlo con toda la claridad del mundo: ninguna enfermedad es curada por la marihuana. La marihuana sirve, como otros fármacos y plantas, para aliviar algunos síntomas”, expresó.
Desde la perspectiva de la ciencia médica, agregó, lo que se plantea es que si un síntoma se alivia, versus si causa otras molestias, la pregunta que surge es: ¿vale la pena usar esa sustancia?.
También dejó claro que el cannabis no cura el cáncer porque es un irritativo de la mucoso bronquial y, por lo tanto, puede producir esa enfermedad. Lo que la marihuana hace es aliviar los efectos nauseosos de la quimioterapia, apuntó.
Y aunque se ha usado con buen éxito en el control de la epilepsia, convulsiones y artritis, no las cura.
Otro de los ejemplos que abordó es que el cerebro de una persona se termina de formar a los 18 años; además, hay células de nombre dopaminérgicas que aparecen después de los 21 años.
En ese marco, se pregunta: “Qué pasa si un muchacho fuma marihuana antes de que se haya terminado de completar el cerebro? Lo digo como médico y no por polemizar, si fuma marihuana y se convierte en adicto antes de haber completado la madurez cerebral, el cerebro va a tener un estancamiento cognitivo”, dijo.
Y ese es el problema de la marihuana, que desde la perspectiva médica, desafortunadamente, tiene poder adictivo y efectos secundarios graves; por eso, agregó, muchas medicinas no logran salir al mercado porque los efectos son peores que los beneficios a la salud.