Protestas revelaron “la dinastía” que Daniel Ortega instaló en Nicaragua

Fotoperiodistas y periodistas nicaragüenses cuentan cómo la indignación de jóvenes de su país explotó al ver que los sandinistas golpearon a ancianos indefensos que exigían no quitarles más dinero a sus “miserables” pensiones.

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Por Eugenia Velásquez

2019-07-24 11:00:23

Son periodistas y fotoperiodistas que ya no le temen a la “represión” ni a la muerte a las que el régimen sandinista de Daniel Ortega les ha sometido desde el 18 de abril de 2018 cuando explotó una bomba social y política en ese país vecino, tras la indignación de los jóvenes que vieron como ancianos en la ciudad de León eran “pateados”, golpeados y lanzados al suelo por grupos paramilitares por exigir al gobierno que no les quitara más dinero de las “miserables” pensiones que reciben.

Una reforma al Seguro Social que Ortega pretendía implementar para quitarles el 5% más a las pensiones y elevar también las cotizaciones de los trabajadores destapó lo que realmente pasaba en Nicaragua, contaron ayer periodistas, fotoperiodistas y activistas de derechos humanos de Nicaragua que visitaron el país para denunciar las “atrocidades” que el régimen sandinista sigue cometiendo.

La violencia, la muerte, las torturas, las capturas y secuestros de las que han sido objeto los nicaragüenses, por el solo hecho de salir a protestar vestidos de azul y blanco a las calles, fueron desveladas este martes en una exposición fotográfica y un conversatorio apoyado por la organización de derechos humanos “Juventud y Democracia en las Américas” que han sido patrocinados por el “Movimiento Ciudadano Libertad”, de El Salvador.

Cada fotografía expuesta por los fotoperiodistas y cada palabra dicha por los periodistas, algunos de ellos viviendo actualmente en el exilio, reflejaron que antes del 18 de abril del año pasado en Nicaragua se desconocía el verdadero rostro y las intenciones de Ortega.

“Daniel Ortega se metió con la parte más sentimental del núcleo familiar que son los ancianos. Con eso se logró desenmascarar la dictadura de Nicaragua que durante mucho tiempo se había tenido la imagen que en Nicaragua todo se vivía bonito, que se vivía en paz, que se cumplía con índices económicos a nivel internacional. Lo que se tenía era la consolidación de una dinastía y la destrucción de la institucionalidad de todos los poderes del Estado”, informó William Marín, activista de derechos humanos y exmiembro del Partido Conservador de Nicaragua.

Óscar Navarrete, con 15 años de trabajar en La Prensa de Nicaragua y 35 años de ejercer como fotoperiodista, contó a El Diario de Hoy que en innumerables ocasiones mientras captura con su lente fotográfico la “opresión” que vive Nicaragua ha visto morir niños de 15 años, hombres y mujeres que han marchado por las calles de Managua, Masaya, Monimbó, León y Granada, entre otras ciudades sometidas por los paramilitares que defienden al régimen sandinista.

Relató que decenas de miles de nicaragüenses que han marchado por voluntad propia han sido baleados por alzar su voz e izar la bandera azul y blanco de su país con el “escudo invertido que es señal de ayuda, en estado de alerta”.

En octubre del año pasado, Navarrete vio a la muerte de frente mientras cubría una de las tantas marchas azul y blanco que acapararon la atención del mundo por las graves violaciones a los derechos humanos que se produjeron por parte del régimen de Ortega para reprimir los reclamos de la juventud.

“Me acerqué para tener un primer plano, el tipo vino (un paramilitar) y me puso la pistola en la cabeza, pero había que continuar”, recuerda Navarrete.

No era la primera vez que Navarrete burlaba a la muerte. Anteriormente, en otra protesta, un chaleco antibalas logró salvarlo de los disparos de balines con una escopeta.

“Es mi trabajo, me mueve la pasión y lo seguiré haciendo hasta donde Dios me preste la vida. No tengo miedo, si me toca dejar mi libertad como precio por denunciar lo tendré que hacer, pero no nos van a callar”, asegura Navarrete.

Abigail Hernández reveló que 85 periodistas han huido de Nicaragua porque el régimen de Ortega los persigue. Para la reportera, el 18 de abril de 2018 no fue el inicio de una guerra “atroz” por parte del régimen sandinista, sino la culminación del hastío mudo que los nicaragüenses tenían y la reforma a las pensiones fue “la gota que rebalsó el vaso” para que explotara el descontento social.

“Era una masacre, era atroz, a los estudiantes los estaban golpeando, los detenían, teníamos denuncias de torturas, maltratos, veíamos por videos (de teléfonos celulares) como los muchachos caían asesinados con disparos certeros a la cabeza, al corazón por francotiradores”, lamenta Hernández. Recuerda que en los primeros 20 días de la rebelión se registraron protestas simultáneas en 60 ciudades de Nicaragua.

Los reporteros no solo vinieron al país a denunciar, sino con un mensaje claro: advertir a sus hermanos centroamericanos que aprendan a observar los síntomas de un gobierno que puede terminar en una dictadura como la que vive Nicaragua.