Productividad es clave para cerrar las brechas socioeconómicas, según informe del PNUD

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó su Informe sobre Desarrollo Humano 2019 y señaló las desigualdades que provoca la tecnología y el cambio climático.

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El informe del PNUD destaca que los países no pueden enfocarse en crecer económicamente a cualquier costo, sino que deben concentrarse en ser más eficientes e inclusivos. Foto EDH / Archivo.

Por Vanessa Linares

2019-12-09 9:00:44

Aumentar la productividad y competitividad de la sociedad salvadoreña es clave para corregir la desigualdad y cerrar las brechas socioeconómicas de desarrollo humano, indicó este lunes el Programa de las Naciones Unidas (PNUD).

En su Informe de Desarrollo Humano 2019, denominado “Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI”, el organismo internacional destacó que en el mundo, si bien se están reduciendo las brechas en las necesidades más básicas (personas saliendo de la pobreza, el hambre y las enfermedades); del salto tecnológico, la educación y la crisis climática también está emergiendo una nueva generación de desigualdades que evidentemente requieren más recursos económicos para cerrarse.

El informe considera el desarrollo humano como la libertad que tiene una persona para tomar decisiones vitales a lo largo de su vida; y señala que así como cambian las aspiraciones humanas, las capacidades que le permiten disfrutar de mayores opciones para sus decisiones también evolucionan.

Estas “capacidades aumentadas”, por ejemplo, van en torno a un acceso a atención de salud y educación de calidad, acceso efectivo a tecnologías modernas y resiliencia frente a nuevas crisis desconocidas.

El representante residente auxiliar del PNUD, Rafael Pleitez, explicó que en ese sentido, la recomendación para corregir la desigualdad de ingreso es aplicar medidas que busquen dos objetivos estratégicos.

“Por una parte acelerar el cierre de las brechas en cuestiones básicas o privaciones que tienen que ver con la pobreza extrema, con reducirla, y combatir las nuevas desigualdades que están generando inequidades como la brecha tecnológica; pero al mismo tiempo, aumentar la productividad en los mercados para generar esas eficiencias que es de donde tienen que salir los recursos para cerrar esas brechas”, detalló Pleitez.

Otorgarles cierta autonomía y libertad a los colaboradores puede ayudar a aumentar la calidad y la productividad. Foto EDH / Archivo.

Estos dos conjuntos de políticas son interdependientes, y aquellas que promueven las capacidades más allá del ingreso requieren recursos para financiar como la salud y educación pública que a su vez se sufragan a través de los impuestos del mercado productivo.

Como “no hay una bala de plata para reducir la desigualdad”, la clave, dijo, es apostarle a generar un círculo virtuoso de inversiones que permitan mejorar la eficiencia y la equidad en el mercado.

Pleitez explicó que, por ejemplo, en una economía como la salvadoreña en la que dos de cada tres personas trabajan en micro y pequeñas empresas, la apuesta debe ser mejorar la competitividad de este tipo de compañías.

“Si esas empresas mejoran su nivel de competitividad, la calidad de vida de todas las personas que trabajan ahí van a cambiar. Y ahí vamos de la mano eficiencia y equidad. Ese es el tipo de inversiones que hay que hacer”, añadió.

Cabe aclarar que para el organismo internacional, este debe ser un “esfuerzo de país” y por tanto la responsabilidad de su ejecución es compartida.

Mientras el gobierno tiene su rol de conductor de la política pública, la empresa privada es vital para incrementar la productividad y mejorar los procesos en los negocios.

Por su parte, una actitud resiliente y continuo esfuerzo por educarse y capacitarse debe ser el cometido de los ciudadanos.

De acuerdo con el informe, con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0.667, El Salvador está en el umbral de alcanzar el nivel de desarrollo humano alto al que acceden los países con un IDH de 0.7.

Pero para lograrlo, requiere reducir desigualdades no solo en educación, salud y tecnología sino también las brechas de género.

En el país, aunque tienen una expectativa de vida más larga (con casi 9 años más), las mujeres se encuentran en condiciones de desarrollo humano más baja que los hombres: tienen un promedio de aproximadamente un año menos de escolaridad que sus pares masculinos y registran una diferencia de $3,710 (ajustados a producto interno bruto per cápita) menos de ingreso promedio.

 

Tendencia pone en peligro cumplir con los ODS

La coordinadora residente del Sistema de las Naciones Unidas en El Salvador, Birgit Gerstenberg, advirtió ayer que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluidos en la Agenda 2030 no será posible si no se encaran estas nuevas desigualdades; ya que con las capacidades aumentadas crecieron las disparidades sobre todo en acceso médico de calidad y educación terciaria.

A manera de ejemplo el PNUD detalla en su reporte que si bien se están reduciendo las diferencias en educación primaria un ritmo similar entre los países, el acceso a educación terciaria y el número de personas con estudios superiores aumenta a una velocidad seis veces mayor en los países con desarrollo humano muy alto, que en los países con desarrollo humano muy bajo.

Los cinco mensajes claves del informe

1. Continúan existiendo amplias disparidades en el desarrollo humano, aunque se avanza en la reducción de privaciones extremas (pobreza, hambre y enfermedades).

2. Ha surgido una nueva generación de desigualdades (las ampliadas) y estas crecen más rápido que las básicas.

3. Las desigualdades pueden comenzar antes del nacimiento y muchas de ellas pueden acumularse a lo largo de la vida de la persona.

4. La evaluación de las desigualdades de desarrollo humano requiere una revolución de su medición: conceptos más claros y nuevas fuentes de datos.

5. No hay nada inevitable. Se pueden corregir las desigualdades ahora y antes que los desequilibrios económicos se trasladen al ámbito político.