“No puede ser que por mal manejo del ministerio, mi esposo esté este día muerto, mis hijos se quedaron sin padre. Tengo un niño de cinco años que no sé como decirle que mi esposo ha fallecido. ¿Quién me ayuda con el dolor que yo siento? ¿Quién? Nadie”, reclamó, ayer, Dina de Méndez, luego de conocer sobre la muerte de su esposo, Óscar Méndez Beltrán, un ingeniero de 56 años de edad.
Méndez Beltrán es la tercera persona que fallece, luego de estar dentro de un centro de contención y la causa de los decesos no ha sido el nuevo virus (más información página 4). Los centros de contención son instalaciones, incluido hoteles, que el Gobierno ha habilitado para aislar a salvadoreños y extranjeros que entran al país, en afán de contener la propagación del COVID-19.
El Procurador de Derechos Humanos (PDDH), Apolonio Tobar, declaró que el Gobierno ha puesto en riesgo la salud de las personas que cumplen cuarentena en los centros de contención y vulnera los derechos de salud y el derecho a la vida de estas.
“Es evidente. Al haber hecho esa mezcla de personas sin tomar en cuenta la procedencia por supuesto que se puso en riesgo la salud. Hoy en día (están en riesgo) los derechos fundamentales, como el derecho a la vida y el derecho a la salud. Estamos exigiendo que se respete el derecho a la salud”, reiteró Tobar.
Hasta ayer a las 7:30 de la tarde, el Gobierno contabilizaba 96 centros de contención a nivel nacional y 4,276 personas en esos lugares.