Francisco Noé Herrera Merlos y Manuel de Jesús Valenzuela Lima no habían sido policías del montón.
Ambos eran especializados en tácticas policiales, eso les había valido para que formaran parte de la FES (Fuerzas Especiales de Reacción El Salvador), un grupo de élite en el combate a las pandillas, creado en abril de 2016 como reacción a la desbordante ola de homicidios en ese momento, entre estos el caso de la masacre de 11 hombres, trabajadores, en una zona rural de San Juan Opico, el 3 de marzo de 2016.
Herrera Merlos está muerto.
Hasta el sábado en la noche, era parte de las fuerzas de choque o asalto de la División Élite contra Crimen Organizado (DECCO).
Valenzuela Lima hoy está capturado como principal sospechoso de haber matado a Herrera Merlos con un certero disparo a la cabeza. Este ya no estaba de alta como policía, desde mediados de 2018, luego de ser vinculado a un proceso judicial, indicaron fuentes vinculadas a ese mismo proceso.
Antes de ser parte de la FES, este agente había estado en la Unidad Táctica Operativa y también había sido seguridad de una jefa policial con investigaciones internas por nexos con un sospechoso de tráfico de drogas, afirmaron las fuentes.