Criminólogo afirma que recuperar territorios gobernados por criminales con patrullajes militares es inefectivo

Carlos Ponce sostiene que el excesivo gasto en seguridad en el país es ineficiente, señala que tener más soldados, 40,000, solo obedece al fin de Bukele aferrarse en el poder del país.

descripción de la imagen
Foto EDH/ cortesía Presidencia de la República

Por Wiliam A. Hernández @walexhernan

2021-08-01 9:00:32

Carlos Ponce es un criminólogo que ha trabajado en diferentes investigaciones internacionales sobre delincuencia, pandillas y crimen organizado en El Salvador, Estados Unidos y Canadá.

Señala que el Plan Control Territorial de Bukele sigue siendo una incógnita para estudiarlo porque ni indicadores de cumplimiento tiene, y ahora, con la nueva fase anunciada por el Gobierno ve muy poca efectividad con el aumento en la cantidad de soldados en el territorio, ya que con más soldados y patrullajes no mermará el accionar de las pandillas en el territorio.

Carlos Ponce es criminólogo y experto en seguridad militar, desarrolla investigaciones en Estados Unidos, Canadá y El Salvador. Foto EDH / Archivo.

¿Qué opinión tiene del aumento de efectivos de la Fuerza Armada a 40,000 como propone Bukele en cinco años?

El aumento de efectivos militares como principal componente de la supuesta cuarta fase de la estrategia de seguridad de Bukele no solo es inconsistente con el discurso y las promesas del Ejecutivo, sino que también es completamente lo opuesto a lo que recomienda la evidencia empírica, expertos internacionales y, en general, las disciplinas que estudian la seguridad y el delito.

¿En qué sentido?

Recuerdo que el cambio de Rogelio Rivas por Gustavo Villatoro en el Ministerio de Justicia y Seguridad se vendió como un cambio necesario para la implementación de la siguiente fase del plan de seguridad.

Te puede interesar: Fuerza Armada agregará soldados al Plan Control Territorial cada 15 semanas

En ese momento se enfatizó el papel que jugó Villatoro como fiscal durante la ola de secuestros a finales de los noventa y su participación en el desarrollo de una aplicación de denuncias ciudadanas para la Alcaldía de San Salvador durante la administración de Ernesto Muyshondt.

El nombramiento fue interesante considerando estos antecedentes, pero los argumentos ofrecidos en aquel entonces los contradice el nuevo giro que se pretende dar al plan de seguridad. La nueva fase del plan se denomina “Incursión” y, según explicó el mismo Bukele, el componente más importante es duplicar el número de efectivos militares para desplegarlos en el territorio.

Es decir, la nueva fase se concentra en incrementar la capacidad de patrullajes. El apoyo de los militares se limita a eso, acompañar a los policías en patrullajes. La experiencia de Villatoro se vuelve irrelevante si la estrategia se basará principalmente en patrullajes, que es lo mismo que se ha hecho en el pasado.

PNC realiza una revisión a un joven en las afueras del Teatro Nacional en el Centro de San Salvador. Foto EDH / Jonatan Funes

¿Más soldados implicará más presupuesto?

Lastimosamente, el gasto público en seguridad siempre se ha concentrado principalmente en patrullajes y presencia en el terreno. Recuerdo que hace unos años el Banco Mundial publicó un estudio, en el investigó el destino del gasto público en seguridad pública. La investigación determinó que 45 % de lo que el Estado gastaba en seguridad iba a patrullajes, siendo el principal rubro de ese monto destinado a salarios. Recuerdo que alrededor del 80 % de ese 45 % se gastaba en salarios y un 15 % en temas logísticos.

El mismo estudio reveló que el gasto destinado a la investigación y persecución del delito, juntando las labores realizadas por la PNC y la FGR, solamente representaban un tercio de lo que se gastaba en control del crimen y la mitad de lo que se gastaba en los tribunales. La impunidad en el país ha estado históricamente asociada precisamente con estas carencias, las cuales, al final, producen un aparato de investigación criminal endeble.

Además: Ministro de Seguridad confirma revisión de redes sociales de ciudadanos

Los investigadores y fiscales no cuentan con personal, fondos, o recursos suficientes. En comparación con lo que se gasta tradicionalmente en patrullajes, su función es poco valorada. El nuevo componente de la estrategia de seguridad gubernamental indiscutiblemente incrementará esta brecha, duplicando lo que se gasta en patrullajes, ya que se duplicará el número de soldados en el terreno. Los soldados solo pueden patrullar.

¿Qué se interpreta con el aumento de soldados a 40,000?

Algunos podrían argumentar que es necesario incrementar el nuevo de efectivos militares y policiales en el terreno para recuperar los territorios y brindar mayor seguridad. Sin embargo, lo que nos dice la ciencia es que esta asociación no es tan cierta. Tratar de recuperar territorios gobernados por criminales con patrullajes militares es totalmente ineficiente e inefectivo.

El Salvador, en términos relativos, ya cuenta con una fuerza coercitiva en el terreno que supera la de otros países. El país cuenta con alrededor de 25,000 policías y 20,000 soldados que apoyan en labores de seguridad, lo que suma 45,000 efectivos. Si la población aproximada es de 6 millones, redondeando, esto significaría que tenemos una tasa de 750 policías/militares por cada 100,000 habitantes. Canadá, por ejemplo, tiene una tasa de 183 policías por cada 100,000 habitantes. La tasa de homicidios en Canadá es de menos de dos por cada 100,000 habitantes.

Es decir, la tasa de policías por cada 100,000 habitantes en El Salvador es casi cuatro veces más alta que la de Canadá, pero su tasa de homicidios más de diez veces más alta que la de Canadá. ¿Por qué a más policías se traduce en más homicidios? Pareciera un contrasentido, pero no lo es. La respuesta es simple, el gasto en seguridad en El Salvador es ineficiente. Destinar más fondos a patrullajes con efectivos uniformados no tendrá un impacto.

Según esas tesis, ¿aumentar soldados no garantiza resultados entonces para qué aumentar?

Considerando la trayectoria de Villatoro, creo que coincidiría con esta apreciación. La pregunta es, entonces, por qué sabiendo que duplicar el número de soldados no tendrá un impacto positivo, por qué el gobierno impulsa esta medida. Tomando en cuenta el giro autoritario del Ejecutivo, lo más probable es que fortalecer al Ejército esté más asociado con las intenciones del oficialismo de aferrarse al poder y posicionarse ante el aislamiento internacional.