El Gobierno de Chile convoca a las distintas fuerzas de la oposición a un diálogo por la crisis política que vive el país, un día después de renunciar a acoger las cumbres del foro APEC y COP25, para trabajar en una agenda social que pueda dar respuesta a las demandas de la ciudadanía.
Sin embargo, miles de jóvenes chilenos salieron a marchar el jueves para exigir que mejoren los servicios sociales, mientras el gobierno y los líderes de la oposición debaten cómo responder a casi dos semanas de protestas que han paralizado a gran parte de la capital y forzado la cancelación de dos importantes cumbres internacionales.
La marcha hacia el palacio presidencial fue pacífica, y se llevó a cabo en el primero de cuatro días de asueto en Chile. Algunos observadores dijeron que las enormes oleadas de protestas de las últimas dos semanas parecían perder su ímpetu, al menos temporalmente.
En una reunión horas antes, los ministros de Hacienda y del Interior del presidente Sebastián Piñera propusieron cambios a las exenciones tributarias de las empresas, algo que los líderes de la oposición dijeron que era insuficiente.
El aumento propuesto en la tarifa del metro provocó 14 días de disturbios en los que los participantes exigían cambios radicales.
Por su lado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, denunció este jueves la injerencia de otras naciones en Chile, con el objetivo de “socavar” sus instituciones, democracia y sociedad.
Trump hizo esas declaraciones en una llamada que mantuvo el pasado miércoles con su homólogo chileno, Sebastian Piñera, informó la Casa Blanca.
“EE.UU. respalda a Chile, un aliado importante, mientras trabaja para restaurar pacíficamente su orden nacional. El presidente Trump denunció los esfuerzos extranjeros para socavar las instituciones, la democracia o la sociedad chilenas”, manifestó un portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere.
La Casa Blanca no especificó qué países supuestamente están interfiriendo en las protestas en Chile.
Sin embargo, en una entrevista con Efe la pasada semana, el encargado de Latinoamérica en el Departamento de Estado, Michael Kozak, dijo que EE.UU. había identificado en las redes sociales “cuentas falsas” procedentes de Rusia que intentan sembrar discordia en la red.
Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha responsabilizado de las protestas en Chile, así como de las recientes manifestaciones en Ecuador y Colombia, al Gobierno cubano y al Ejecutivo del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
“Las brisas del régimen bolivariano impulsadas por el madurismo y el régimen cubano traen violencia, saqueos, destrucción y un propósito político de atacar directamente el sistema democrático y tratar de forzar interrupciones en los mandatos constitucionales”, afirmó Almagro en un comunicado el 24 de octubre.
De momento, Washington ha evitado señalar al Gobierno venezolano y cubano por las protestas en Chile, Ecuador y Colombia; aunque sí que asegura que La Habana ofrece una ayuda fundamental a Maduro y, por eso, ha impuesto más sanciones a la isla en las últimas dos semanas.
Por último, en su llamada, Trump transmitió a Piñera “su apoyo” por la decisión de cancelar la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que estaba prevista para el 16 y 17 de noviembre.
Chile vive desde hace dos semanas un estallido social, con masivas manifestaciones y algunas protestas violentas que hasta ahora han dejado una veintena de fallecidos, cientos de heridos y detenidos.
La ciudadanía pide que se hagan profundas reformas al modelo neoliberal chileno, exitoso en cifras macroeconómicas pero despegado de la población, que cobra sueldos muy bajos, recibe pensiones aún inferiores y no puede ahorrar por las deudas que genera a lo largo de su vida para costear la educación y la salud.