Pediatra advierte que la Internet desconecta de la realidad a la niñez

Roland Pérez afirma que los niños y adolescentes que pasan mucho tiempo conectados a la Internet pueden presentar problemas al momento de relacionarse con otras personas.

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Foto EDH / Shutterstock

Por César Jiménez servicios@eldiariodehoy.com

2019-11-09 8:10:08

Los niños y adolescentes que pasan mucho tiempo conectados a Internet pueden presentar problemas con las relaciones interpersonales, sus hábitos de descanso y otros aspectos a los pueden estar expuestos sin el acompañamiento de sus padres, de acuerdo con el pediatra Ronald Pérez.

“La conectividad puede aumentar el estrés, les hace sentir importantes, se sienten con mucha energía, pareciera que su memoria mejora, pero el rendimiento cognitivo puede disminuir después de estar mucho tiempo conectado y puede inducir a trastorno del ánimo”, agregó.

Exponerse por largos periodos a este tipo de actividades puede causar estados de atención parcial continua. Esto quiere decir que no están completamente atentos a lo que sucede a su al rededor, ya que el cerebro no termina de desconectarse luego de alejarse de cualquier tipo de interacción con la red o tecnología.

Pérez, quien brindó una ponencia en el reciente XXX Congreso de Pediatría, explicó que luego de un estimulo visual intenso deben pasar dos horas para que el cerebro entre en estado de reposo y se desconecte para enfocar su atención en descansar.

Según el experto, la poca identificación de los estados de ánimo no solo se le atribuye al tema del uso de las redes o el uso del Internet, ya que los adolescentes tienen menos posibilidad de diferenciarlos por la misma madurez cerebral.

Esto se debe a que la adolescencia tiene tres etapas: temprana (de 10 a 14 ó 15 años), mediana (14 ó 15 a 18 años) y tardía (18 a 24 años). En esta última, por común acuerdo de las personas que estudian el desarrollo cerebral, se considera que se llega a la madurez suficiente para identificar de mejor manera los estados ánimos.

Otro problema, debido a los largos periodos de conectividad, se presenta en los patrones de sueño, por que al pasar mucho tiempo conectado en la noche el cerebro no reposa y descansan en la mañana.

“A eso se le llama vamping: despiertos en la noche y durmiendo en el día. Esto pasa cuando vemos estados de conectividad demasiado intensos que pasan 6 ó 7 horas jugando o haciendo cualquier cosa. Pueden haber adultos que hagan eso, no es tan frecuente pero puede pasar”, explicó.

Dijo que se considera que por cada hora en la computadora, la interacción cara a cara con las personas disminuye 30 minutos y eso aumenta el aislamiento social, baja la espontaneidad en las relaciones interpersonales y los hábitos de lectura se van perdiendo.

En junio de este año se catalogó al síndrome de adicción al Internet dentro de la última clasificación de enfermedades mentales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) / Organización Mundial de la Salud (OMS) ya que antes se consideraba como un trastorno mental.

A un “click” de distancia

Pérez señaló que según datos del Estado Mundial de la Infancia hecho por Unicef en 2017, uno de cada tres niños y adolescentes menores de 18 años están conectados a internet y dentro de ellos el grupo de 15 a 18 años son los que más se mantienen en línea, con un 71 %.

Esto es una muestra de la convectividad que hay en el mundo, ya que comparó la cantidad de habitantes del mundo con aquellas que tiene acceso a Internet.

Dijo que de la población mundial es de 7,600 millones de personas, de los cuales más de la mitad usan internet y los usuarios de las redes sociales rondan los 3 millones.

“Eso significa que tenemos un nuevo usuario de las redes sociales cada 15 segundos y que cada persona puede tener 5.5 cuentas en estas redes sociales, esto aumenta entre las personas de menor edad ya que las adultas se vuelven más selectivas”, enfatizó Pérez.

En cuanto las redes sociales, las más usadas a nivel mundial son Facebook, seguido de Youtube, Whatsapp, Instagram, Twitter, Pinterest y Snapchat.

“La oferta que la red da en plataformas de streaming, medios de comunicación o aplicaciones para diversos usos es cada vez mayor, es decir que no hay nada que no esté cubierto ya que hay algunos que se van profundizando más como en música, espectáculos, películas o programas. Prácticamente la televisión ya no se ve de la forma convencional como antes”, señaló.

Ante esta realidad de los niños y jóvenes de estos días surge el término “identidad digital”, y se refiere a “lo que la red dice que somos para los demás”.

También existe la “ciudadanía digital” que se define como las normas de comportamiento que conciernen al uso de la tecnología.

“Necesitamos establecer cuáles son las normas para la convivencia, así como en la vida real también en la vida digital existen derechos y deberes para el uso de la tecnología de comunicación e información”, dijo.

Eso sí, consideró que no todo es malo porque las distintas actividades en las redes sociales, como videojuegos o aparatos tecnológicos pueden agudizar algunas habilidades cognitivas como una reacción mas rápida al estimulo visual, ya que mejoran varias formas de atención y procesan más rápidamente la información.