Empresas avanzan en la ruta por construir un parque tecnológico

En el país ya operan varias iniciativas privadas que promueven la cultura de la innovación, la competitividad y el conocimiento empresarial.

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En el país ya operan sitios como el Innova Lab que cuenta con tecnología como la realidad virtual a disposición de empresarios y emprendedores.

Por Magdalena Reyes

2021-01-08 9:40:55

Las necesidades de innovación y mantenerse vigentes en medio del confinamiento provocado por la pandemia del COVID-19 ha dado un paso vertiginoso en la búsqueda de nuevas ideas de negocios que conformen un parque tecnológico al estilo de Silicon Valley.

En el país, de la mano con la inversión privada y en medio de la pandemia, se han desarrollado proyectos como Innova Lab, un laboratorio especializado en vincular el ecosistema de innovación y emprendimiento tecnológico regional con el sector industrial salvadoreño.

Innova Lab, un proyecto de la empresa Termoencogibles, es un laboratorio dirigido a emprendedores de la región donde se brinda asesoría en la construcción de ideas y tutorías. Algunos de los talleres son pagados y otros son gratuitos desde sus plataformas virtuales.

Para Eduardo Cader, presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), los laboratorios de este tipo impulsan al sector industrial hacia la cuarta revolución industrial y la innovación.

En materia de sinergia entre el sector público y privado en el país hace falta contar con centros de transferencia de tecnología, dice Samuel Salazar, director del Programa de Innovación Tecnológica (Proinnova), de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

Para el ya reconocido emprendedor y empresario Antonio Atanacio Cader, contar con iniciativas como parques tecnológicos definitivamente es una ventaja.

Cader es fundador y CEO de Uassist.ME, una firma dedicada a proveer ayuda administrativa remota con personas desde El Salvador a ejecutivos en cualquier parte del mundo.

Uassist.ME se ha convertido mundialmente en un punto de referencia en la industria del Outsourcing y ahora también presta el servicio de asistencia técnica en tecnologías.

“Es decir, habría una sinergia evidente si podemos aglutinar empresas tecnológicas en una misma comunidad y encima incentivar la creación de empleos con algunas ventajas fiscales”, menciona el empresario.

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Cader también es fundador de POINT una especie de pequeño parque tecnológico y una exclusiva comunidad de emprendedores salvadoreños, la cual busca fomentar el networking (red de negocios) y apoyar a los emprendimientos o ideas de negocios más innovadores de la región, proporcionándoles un espacio físico para desarrollar sus tareas operativas.

Asimismo, hay otras áreas de innovación en el país como SNBX que es un proyecto con BID LAB y tres empresas Seed, Agrisal e Innbox, que se han vuelto un “Hub de Innovación” ubicado en el World Trade Center, que se ha convertido en un espacio para potenciar la vinculación con startups con diferentes actores del ecosistema.

Hay otras áreas como el Impact Hub, y también el distrito “tech” ubicado en Lomas Verdes de la Colonia Escalón, que se ha denominado así por ser una zona donde hay varias empresas relacionadas al tema informático, tecnológico e innovación, como Vertex Studio, Central American Software Services (CASS), etc.

Salazar dice que el desarrollo de parques tecnológicos aún es incipiente. Recuerda que en los años 90 se dio una iniciativa de Parque Tecnológico orientado a la agricultura, pero muchos proyectos no se concretaron.

Este fue un proyecto en conjunto con el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (Centa) y la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) con la idea de desarrollar programas tecnológicos avanzados. En su momento se habló de patentes y venta de patentes a empresarios; sin embargo no llegó a operar.

A la iniciativa que también incluyó al Ministerio de Educación (MINED) se le denominó el Centro Tecnológico de Agroindustria (CTA).

También hubo un intento de la cooperación coreana que buscaba desarrollar nodos tecnológicos en el país bajo la figura de parques tecnológicos, pero según Salazar, se quedaron en intentos.

“La verdad es que no están funcionando como debería funcionar un parque tecnológico”, dijo.

Para Salazar este tipo de iniciativas deben llevar el componente privado y no verlo como un impulso tomado en cuenta solo por el Gobierno.

“Un centro tecnológico de esta naturaleza debe ir pensado en probar tecnología, trabajar a la par del sector privado y entrenando gente en tecnologías modernas así como investigaciones”, destacó Salazar.

Las instalaciones de Innova Lab están equipadas con tecnología de punta en cuanto a realidad virtual, elaboración de prototipados como impresoras 3D, laminadoras y cortadoras láser, entre otras. Foto EDH / archivo

¿Qué tipo de parque se podría desarrollar en el país?

En El Salvador, el concepto de Parques Tecnológicos se ha acuñado en diferentes contextos, se han desarrollado con áreas de innovación que van desde el modelo más amplio de ciudad o región con actividades en diferentes ubicaciones dentro de una zona, y se habla de espacios donde hay proyectos más específicos como el caso de los distritos de innovación, centros de innovación y similares.

Estos generalmente cuentan con un equipo de gestión que apoya en una estrategia que permita la actividad de innovación en la zona o área a desarrollarse.

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De acuerdo con Salazar, el país podría aprovechar la gran industria de textil y confección que posee y con un trabajo de la mano con la Cámara de la Industria Textil, Confección y Zonas Francas de El Salvador (Camtex) se podría hacer un centro tecnológico de desarrollo textil, que apoye el crecimiento de empresas basadas en la adopción de tecnología de punta que otros países ya están desarrollando.

La gerente de inteligencia de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), Karla Domínguez, destaca que el país tiene empresas, emprendedores y visionarios que están haciendo mucho por este tema, sin embargo, son esfuerzos que hay que trabajar en una estrategia país que no solo vincule una política aislada a un sector, sino que sea integral entre la ciencia, la tecnología, la innovación y la industria, y los actores que intervienen en el ecosistema.

“No solo se trata de contar con normativas, que serán necesarias, pero debe ser algo más grande y de alto compromiso, ya que es un tema de cultura y que quedó en evidencia ante la situación de la pandemia, ante la necesidad de seguir operando de parte de las empresas y llevar un estilo de vida preventivo”, concluye Domínguez.


EE. UU. consolida parques, pero en Latinoamérica aún están en desarrollo

En el mundo hay algunas formas de parques tecnológicos que han ido dependiendo o requiriendo de sus espacios, para consolidar sus cadenas de trabajo como el caso de Silicon Valley, en California EE. UU, Ciudades Científicas de Japón, la Tecnópolis en Sevilla en España.

Al hablar de la región centroamericana hay casos emblemáticos, Costa Rica, que prácticamente posee una zona franca tecnológica, lo cual propicia mucho el espacio a la investigación y desarrollo, pero para ello se trabaja en conjunto.

En Panamá se dio la transformación de la antigua base militar de Clayton, en la ribera este del Canal de Panamá y cerca al Pacífico, en un centro para el conocimiento, y tras el retiro militar estadounidense de territorio panameño en cumplimiento de los Tratados Torrijos Carter de 1977, se culminó a fines de 1999 en uno de los muchos ejemplos del desarrollo de Parques Científicos y Tecnológicos (PCT).

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