Pareja santaneca halla en la venta de cocteles su nueva fuente de ingresos

Carlos Sánchez y Clarisa Leiva salen a vender su productos del mar en un triciclo, comprado con sus ahorros. Ella padece insuficiencia renal y el negocio lo montó su esposo para tener ingresos y poder pagar su tratamiento médico.

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Por Jonathan Henríquez

2019-06-06 9:50:22

SANTA ANA. Los deseos de superación y de salir adelante frente a las dificultades, la falta de empleo y las enfermedades, fueron los motivos que llevaron a una pareja de esposos jóvenes de Santa Ana a emprender un negocio de venta de cócteles y ceviches.

Desde hace dos años, Carlos Ernesto Sánchez y su esposa, Clarisa Azahar Leiva de Sánchez, contrajeron matrimonio y a pesar de ser jóvenes decidieron también ser emprendedores y seguir los pasos de sus padres, de quienes aprendieron la preparación de los mariscos.

Sánchez, de 25 años, relató que con sus ahorros decidió comprar un triciclo que le costó 150 dólares, una sombría y varias libras de mariscos, con los que decidió salir por las calles de Santa Ana a ofrecer ceviches los fines de semana junto con su esposa, quien padece insuficiencia renal.

“Con nuestros ahorros decidimos comprar un triciclo y material para iniciar nuestro negocio, invertimos en total unos 300 dólares e iniciamos en marzo del 2017, sin saber dónde ir de primero íbamos a las colonias más céntricas caminando y jalando el triciclo donde las personas, al escuchar nuestros grito de los ceviches, salían de sus casas para comprarnos”, explicó Carlos.

Con el paso de los meses, aseguran, ya tenían un selecto grupo de clientes que siempre les compraban, ambos jóvenes iniciaban sus labores desde las 9:00 de la mañana hasta horas de la tarde, recorriendo varias colonias y el centro de la ciudad, donde caminaban y otras veces se subían al triciclo para recorrer varios kilómetros.

“Cuando iniciamos le dábamos vuelta a toda Santa Ana, fueron varias horas que nosotros anduvimos vendiendo y, gracias a eso, logramos hacer nuestros clientes que siempre los fines de semana nos esperaban o nos llamaban para hacernos los encargos”, mencionó Sánchez.

El joven afirma que no todo ha sido color de rosa en el tiempo que anduvo en la calle vendiendo, ya que también en dos ocasiones fue víctima de la delincuencia. “Dos veces me asaltaron y me quitaron el dinero y objetos de valor, pero esto no me detuvo para seguir saliendo a vender, ya que la necesidad de salir adelante y poder sacar adelante a mi familia fue uno de los principales motivos para seguir”.

Un esfuerzo por amor
Uno de los principales motivos para que Carlos haya emprendido el negocio fue por su esposa Clarisa, quien desde hace siete años fue diagnosticada con insuficiencia renal, enfermedad con la que ha venido batallando día a día y con diferentes tratamientos para poder mantenerse con vida.

“Hace siete años me descubrieron la insuficiencia renal, ya que empecé a cansarme más de lo normal y la hemoglobina me comenzó a bajar. Mis papás me llevaron a pasar consulta donde me dieron medicamentos, pero luego a los 15 días yo iba con los pies inflamados y con la hemoglobina a 5.3 y ahí fue donde me hicieron diferentes exámenes médicos, y de inmediato me entraron a hacerme hemodiálisis, porque ya no había forma de tener otro tratamiento, ya que la enfermedad estaba muy avanzaba”, comentó Clarisa.

Actualmente la joven se encuentra en el proceso de un trasplante de riñón, que desde hace más de un año han venido gestionando y buscando un donador. Según dijeron, ya tienen una candidata para hacer la donación, siempre y cuando los médicos puedan hacer los estudios y confirmen que es posible.

“Hay una persona que se ofreció, y ahorita los gastos más grandes son los de estar viajando a San Salvador para hacer exámenes o controles médicos, por lo que cuando no estamos ese día no trabajamos ambos, ya que mi esposo es quien me acompaña”, afirmó.
Por ahora se encuentra ahorrando para poder cubrir todas las necesidades que la operación requiera, de llegarse realizar.

Sueñan con una coctelería
Los esposos Sánchez Leiva aseguran que, ha pesar de estar luchando contra enfermedad, ellos también se han proyectado poner una coctelería, ya que la demanda cada vez ha sido más grande y el triciclo ya no le da abasto para poder salir a repartir los pedidos.

“Ahora nosotros queremos poner un negocio donde las personas puedan venir a disfrutar de los ceviches, donde hagan sus encargos y tenerlos listos para que se los lleven, ese ha sido uno de nuestro sueños. También tengo que estar más pendiente de mi esposa y ella ya no puede caminar una gran distancia, mejor queremos trabajar desde la casa y que las personas disfruten siempre”, agregó Carlos.

Por ahora, los jóvenes se encuentran ubicados vendiendo la variedad de ceviches y cócteles de forma estacionaria sobre la 17 calle Oriente y 7a. Avenida Sur, en la esquina número 4, en el barrio San Miguelito de Santa Ana. Los clientes se ubican al ver el triciclo antes recorría todas las calles de Santa Ana.