Adrián, el hijo de Fernanda recién cumplió 4 años, cada mañana no duda en levantarse temprano para ir al kínder, aunque los primeros días lloró ante el temor de que su abuela lo dejara solo. Le gusta pintar y jugar con sus nuevos amigos, pero algunas noches en tono triste le pregunta a su abuela por qué su madre lo dejó y se fue al cielo.
Han pasado más de dos años, desde que el niño sobrevivió por más de 72 horas después de ser abandonado por los asesinos de su madre en un cafetal del municipio de Ataco. La imagen del infante sobre un saco de nylon, entre hojarascas, deshidratado y picado por los insectos indignó a la población.
Sin embargo, este hecho y el feminicidio de su madre, que las audiencias en redes sociales describían como abominables, aún siguen en la impunidad.
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Mientras el niño juega por la pequeña casa en la que sobresale una alfombra infantil y una caja de juguetes, Noé el padre de Melvi Fernanda Nájera Quezada relata que la audiencia preliminar en contra de los cinco acusados por el asesinato de la joven ha sido aplazada en dos ocasiones. “No hemos encontrado justicia, hasta este tiempo, ya hubieran hecho algo” dice con resignación.
La audiencia ha sido programada para el próximo 17 de agosto, sin embargo, los padres de la víctima temen que el caso quede en total impunidad, debido a que una diligencia de reconocimiento en rueda de personas para uno de los imputado fue aplazada por el juzgado, después que uno de los abogados defensores presentó un recurso de revocatoria solicitando que no se hiciera la diligencia judicial. Y aunque ha sido reprogramada para el mismo día de la audiencia no hay certeza que se vaya a realizar.
Una abogada particular que está apoyando a la madre de Fernanda, como apoderada judicial, explicó que el reconocimiento en rueda de personas es importante en esta etapa judicial porque ayuda a señalar e individualizar a los acusados en un hecho delictivo.
“La fase de instrucción en el proceso penal es justamente para preparar una eventual vista pública, eso significa que debemos tener la pruebas realizadas y listas para su valoración en el juicio. El no hacer un acto de prueba tan importante y determinante como un reconocimiento en rueda de personas, implica una afectación en la acusación para sostener los argumentos probatorios”, agregó.
El reto de la Fiscalía
El principal sospechoso de haber cometido el feminicidio es Michael Alejandro Castillo Murga, el padre del hijo de Fernanda, quien según fuentes de la zona habría emigrado hacia Estados Unidos tras cometer el asesinato de su ex pareja y abandonar en un cafetal a su propio hijo.
La Fiscalía acusó a Michael Alejandro de asesinar a Fernanda y que, para ocultar las evidencias del feminicidio, fue apoyado por cuatro personas más, entre ellas, se sospecha su madre: Edith del Carmen Rivas de Murga (prófuga); la novia que en ese momento tenía, Jacqueline Alejandra Martínez Herrera, de 18 años; el médico Roberto Arturo Valdivieso López, de 57 y el exfiscal Donald Augusto Valdivieso López.
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Según las investigaciones, los implicados en el feminicidio quemaron el celular de Fernanda para evitar un rastreo y registros de llamadas, quemaron la ropa ensangrentada de Michael Alejandro y lavaron con vinagre el carro donde supuestamente el sujeto mató a su expareja.
En junio de 2019 el Juzgado de Paz de Ataco decretó prisión para los dos capturados y los tres prófugos, pero en julio de ese mismo año, la Cámara Especializada para una Vida Libre de Violencia, ordenó la libertad para dos imputados.
El tribunal superior resolvió que el juez de Paz de Ataco no argumentó las razones del por qué la detención de los implicados, por lo tanto, declaró “nulidad” en el caso y cambio el delito de fraude procesal a encubrimiento.
Por su parte, Michael Alejandro, es prófugo desde que cometió el asesinato, tiene una orden internacional de captura girada por la Policía Internacional (Interpol).
Los padres de Fernanda temen que el homicidio de su hija quede en impunidad. “No hemos encontrado justicia en todo este tiempo, no sabemos si hay dinero de por medio”, reclamó el padre de Fernanda.
Necesidad económica
Mientras cargan el vía crucis del lento proceso judicial, los padres de Fernanda también tienen que buscar la manera de conseguir recursos económicos para sacar adelante al nieto que les ha quedado a cargo.
Marielos tiene una tienda pequeña donde vende artículos de primera necesidad, Noé repara bicicletas para ganarse unos “centavos”. Hasta el momento el Estado no les ha apoyado en nada para atender al niño que quedó huérfano.
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“Desde que pasó el feminicidio de mi hija, yo les pedí ayuda. Le escribí al señor presidente (en ese momento Mauricio Funes) y a otras instituciones, pero no he recibido ninguna ayuda, ninguna palabra esperanzadora”, se lamenta Marielos.
La falta de algunos recursos económicos para la compra de medicinas y algunas cosas materiales para el niño, contrasta con el derroche de amor y ternura de los abuelos para Adrián.
Le pido a Dios que me dé suficiente vida para poder verlo crecer. Uno le da más amor por todo lo que pasó”, dice la madre de Fernanda.