Ambos llegan a la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, en Ahuachapán, desde hace seis años para apelar a la caridad de las personas que llegan a misa.
AHUACHAPÁN. A sus 94 años, Onofre Cortez Torres ya habla pausado y se le dificulta caminar debido a su edad y por una lesión de bala que sufrió en la pierna izquierda durante su tiempo de servicio en el Ejército en 1962.
Pocas veces usa el bastón, generalmente lo agarra cuando le toca caminar solo. A él se le ve, por las calles de Ahuachapán, acompañado de su esposa, Rosa Marina Chávez, a quien lleva en una silla de ruedas debido a que no camina tras sufrir una parálisis desde hace 31 años.
Desde entonces, Onofre se ha convertido en el guía de su esposa, de 80 años, quien habla con dificultad.
Todos los días, a las 6:30 de la mañana, llegan puntuales a las puertas de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, desde donde escuchan la misa de las 7:00 de la mañana. Se quedan en ese lugar para apelar a la voluntad de las personas y que les brinden una limosna para su sostenimiento.