LA UNIÓN. Un total de 129 hectáreas de manglares dañados fueron restaurados en los esteros de los municipios de La Unión, Conchagua, San Alejo y Pasaquina en el marco del proyecto Mejoramientos de Cuencas Costeras y Medios de Vida que ejecutó la Fundación Salvadoreña para la Promoción Social y el Desarrollo Económico (Funsalprodese).
Alrededor de diez mil plantíos de mangles fueron sembrados en los esteros de la hacienda San Ramón e isla Perico, de San Alejo; caserío Barrancones y San Felipe, de Pasaquina; y bahía de La Unión.
Además, generaron las condiciones de limpieza en los canales de acceso para lograr la regeneración natural del mangle.
Las áreas fueron afectadas por el funcionamiento de algunas salineras, tala con fines comerciales, para el uso doméstico, en las panaderías, fábricas de ladrillos y tejas.
La tala de los manglares ha provocado la reducción de la producción de la larva del camarón, ya que hoy hay menos extracción de curiles, cascos de burro, almejas y punches, aseguraron los pescadores artesanales.
Alrededor de unas 20,000 familias de las comunidades de la rivera de la bahía y la desembocadura del río Goascoran viven de las actividades de la pesca y la extracción de moluscos.
El proyecto tuvo un costo de 3.7 millones de dólares que fueron financiados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con el apoyo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y ejecutado por la Funsalprodese.
La restauración tuvo una duración de tres años. Además, abarcó otros componentes como la asistencia técnica a las alcaldías ribereñas al río Goascorán en la elaboración de ordenanzas municipales, capacitaciones y organización de comités ambientales, así como establecimiento de viveros.
El plan incluyó la capacitación de 34 guardarecursos, dotación de herramientas a los comités locales ambientales, educación ambiental en las escuelas, jornadas de limpieza en quebradas, ríos y la bahía.
Rubén Quintanilla, director ejecutivo de Funsalprodese, detalló que en los tres años de trabajo lograron trabajar en la organización de las comunidades ubicadas en las cuencas del río Goascoran y la bahía de La Unión, ya que la mayoría depende de los medios de vida que genera la pesca, la extracción de crustáceos y otras actividades.
De acuerdo con técnicos de la fundación, hubo trabajos de investigaciones con la instalación de cámaras fotográficas en distintos puntos de la bahía, logrando identificar la existencia de cocodrilos y osos hormigueros, especies que se consideraban que ya no existían en la zona.
Además, determinaron que la calidad del agua no es buena y está influyendo directamente en la los curiles y otras especies.
Según Quintanilla, el siguiente reto que tienen como fundación es gestionar otros proyectos y ver la forma de cómo mejorar la calidad del agua. “Los comités de las comunidades son los que tienen que darle vigilancia a todo el trabajo realizado”, agregó.
Manuel Hernández, coordinador local de la fundación, dijo que en las tareas de la siembra de mangle se involucraron hombres y mujeres de las comunidades aledañas a los esteros.
En febrero de éste año, la institución denunció la tala de una hectárea de mangle que habían sembrando en zonas donde antes funcionó una salinera en el cantón San Felipe, Pasaquina.
En esa zona dañaron alrededor de 2,000 plantíos de mangles de 40 centímetros de altura que habían sido sembrados en diciembre del 2018. Los árboles fueron dañados con machetes para evitar su crecimiento con y con ello volver a usar el espacio para el funcionamiento de una salinera.