Oncólogo Raúl Lara: “A los pacientes con cáncer los están mandando a morir a sus casas”

Médico especialista calcula que, durante la pandemia, han muerto unas 3,000 personas por cáncer, cinco veces más que los fallecidos por COVID-19.

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Los pacientes de Oncología no deben suspender su tratamiento, equivale a una muerte segura, explicó el médico especialista Raúl Lara. Foto EDH / Iliana Ávila

Por Carlos López Vides

2020-08-16 11:15:18

Tragedia. Es la palabra con que el doctor Raúl Lara, especialista oncólogo con más de 30 años de estudio del cáncer, describe lo que está ocurriendo en la red de salud pública del país, donde la focalización de recursos y atención en el COVID-19 ha dejado de lado a las personas con cáncer confirmado, en tratamiento o en vías de diagnóstico.

“A la gente con cáncer les están cerrando las puertas, les están difiriendo sus citas. El cáncer no entiende de cuarentenas ni pandemias, y está haciendo más estragos que nunca”, alerta el doctor Lara, quien señala que “a esta gente (con la enfermedad) le están sellando su pronóstico mortal. Si no es recibida a tiempo o si no se continúa su tratamiento, si se difiere por mucho tiempo lo que se tiene que hacer, si no se investiga, si no se llega a un diagnóstico, todo eso equivale a una muerte segura”.

Lara opina desde la ciencia y aporta esta comparación: La letalidad del COVID es de un 3.5 %; obviamente el índice de contagio es altísimo, y eso ha hecho que en el mundo entero haya tenido el impacto que está teniendo. Eso hace que la gente no hable de otra cosa que del COVID. Pero en cambio, la letalidad del cáncer en El Salvador es alrededor del 60 %, contra el 3.5 % de COVID”.

Ya fallecieron 595 personas por el COVID-19, según datos oficiales hasta este jueves. Pero Lara urge girar la mirada hacia las muertes por cáncer, que según sus estudios y datos quintuplica a los fallecidos por el nuevo coronavirus.

“En los mismos 5 meses que llevamos de esta pandemia, podemos estar seguros que han muerto más de 3,000 pacientes por cáncer. En El Salvador, la muerte por cáncer es de alrededor de 6,500 a 7,000 por año, y el diagnóstico de casos nuevos es de 13,000 a 14,000 pacientes nuevos por año. Eso quiere decir que uno de cada 500 salvadoreños al año va a tener cáncer”, subraya el oncólogo.

Que despacharan sin consultas, tratamiento o medicinas para el cáncer a pacientes ya pasaba antes, explica Lara, pero la emergencia pandémica ha profundizado esta situación.

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“Están despachando a la gente sin consulta y sin darle seguimiento, sin citas. Es atroz lo que está ocurriendo. Las listas de espera para tratamiento con radioterapia son enormes, tanto en el ISSS como en el Centro de radioterapia nacional en el Zacamil. Casi el 80% de los pacientes con cáncer de la población nacional busca la red pública, y ese es el tipo de respuesta que le están dando. El sistema nacional de Salud no está preparado, no tiene los datos contra lo que está batallando”, lamenta Lara.

Sin opciones

Roxana Morales, miembro de la Asociación Salvadoreña de Pacientes Oncológicos y sobreviviente de cáncer, confirma que a nivel nacional “los pacientes están afectados, porque se han bloqueado los controles anuales, semestrales, trimestrales o mensuales que llevan, dependiendo el caso de cada uno”.

La situación es grave. Morales confirma que hay poca o nada de medicina para tratamiento oncológico en los hospitales de la red pública, y a veces incluso tampoco en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social.

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“Hay pacientes que no tienen Seguro Social y que económicamente no están preparados para una enfermedad como esta, tienen que irse a los hospitales públicos, y no todos tienen los medicamentos que necesitan, y para comprarlos es difícil. Por ejemplo, hay controles de pastillas de cinco años, que se la tienen que tomar todos los días. Si el Seguro Social no la puede dar, cada cajita de 30 pastillas cuesta 140 dólares, para el mes. Muchas personas no pueden comprarlas”, explicó Morales.

Además de la falta de medicamentos, la falta de seguimiento a diagnósticos y tratamientos es preocupante, porque “el cáncer es una bomba de tiempo en el cuerpo de las personas. Sí hay farmacias del Seguro Social que están despachando los medicamentos; el problema es que muchos han quedado a mitad, porque si el oncólogo o el médico tratante no les está dando las recetas, han cortado su tratamiento, y eso sí nos ha afectado bastante con los pacientes”, comentó.

El tratamiento de quimioterapia que recibía Rosa de González en el hospital público fue suspendido en julio, alegando falta de medicamentos. Foto edh/ Iliana Ávila

También hay personas con cáncer que “no han llegado a recoger el medicamento, por el mismo miedo de contaminarse de COVID” en los hospitales, explica Morales. Y añadió que “el paciente se queda a mitad de tratamiento, que no se puede cortar, porque prácticamente es empezar de nuevo”.

Muchas personas han fallecido por cáncer en estos cinco meses de pandemia. En ASPO, confirma Morales, “hemos ayudado a más de 350 personas, para enviarlos directamente al Rosales, al Nacional de la Mujer, referidos por los 15 a 20 médicos oncólogos que nos apoyan”, incluso en medio del confinamiento y con la falta de transporte público.

Pero el panorama para este sector de la población es preocupante. “Los exámenes a los pacientes no se les han hecho. Hay que hacer controles tumorales, por medio de sangre, para ver si ese cáncer ha pasado a otro lado o se ha alterado. Eso no se está haciendo. Todos estamos en casa pensando, ¿qué va a pasar ahora? El problema ahora es que todo lo tiran al COVID, pero hay muchas personas que no han muerto de COVID, sino de cáncer”, concluye la colaboradora de ASPO.

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