“Nunca imaginamos que fuera tan dañina una simple picada de zancudo”: madre de niño con microcefalia asociada a zika

Gabriela Cruz, de 23 años de edad, quien sufrió el virus hace tres años, declara que hay poca información el Ministerio de Salud acerca de las graves secuelas de la enfermedad.

descripción de la imagen
Foto / Jonathan Tobías

Por Evelia Hernández

2019-06-13 5:00:14

Gabriel Alejandro Cruz nació en junio de 2016. En ese año las autoridades de salud del país informaban del nacimiento del primer niño con microcefalia, como consecuencia de que la madre padeció zika durante el embarazo y le trasmitió el virus al feto.

La angustia para Gabriela Doratt Tejada, madre de Gabriel y ese entonces con 20 años de edad, inició dos meses antes del parto. En abril, cuando le hicieron una ultrasonografía se dieron cuenta de que el tamaño del cráneo del feto era menor a los estándares.

“Me di cuenta cuando tenía alrededor de siete meses. Fue algo impactante para mí porque estaba bien ignorante sobre ese tema. No había escuchado sobre esa enfermedad. Dicen que las madres tienen presentimiento y yo sentía que algo no andaba bien. No estaba en mi chequeo hacerme una ultra, los (exámenes) normales ya me los había hecho y estaban bien. En el sector público no dejan ultras muy frecuentes, me hice una ultra en un privado y ahí me apareció que su cabecita era de cinco meses y yo estaba cumpliendo siete meses de embarazo”, explicó Gabriela.

 

Su madre, Gabriela Cruz, de 23 años, quien sufrió el virus hace tres años, declara que hay poca información en el Ministerio de Salud acerca de las graves secuelas de la enfermedad.

Para Guadalupe de Cruz, abuela de Gabriel, no fue fácil aceptar el diagnóstico de su nieto.

“Definitivamente no sabíamos nada, de hecho ni sabíamos qué era microcefalia, nada, como ignorantes. Jamás pensamos que esta enfermedad hubiera sido tan dañina, afecta tanto a la familia, afecta a la sociedad. Una picada de zancudo llega y uno solo piensa ¡Ah! un zancudo, pero nunca uno se imagina que atravesará algo difícil”, señaló De Cruz.

Gabriela se infectó en diciembre de 2015, cuando tenía tres meses de gestación; jamás pensó que una temperatura y una pesadez en su cuerpo por tres días causara daño al bebé que tenía en su vientre.

“Cuando a mí me dio el zika no había salido la noticia de que provocaba la microcefalia. Una semana después (de padecer la enfermedad) salió la noticia de que daba microcefalia. Yo me preocupé porque vi la noticia pero en el momento dije: no creo que a mí me vaya a pasar eso. Yo solo tuve el zika como tres días. El primer día fue el intenso y en los demás disminuyó bastante, por eso dije: no, no creo”, comentó.

Luego de enterarse por las noticias, Gabriela se realizó la ultrasonografía. “Me acuerdo que investigaba (sobre el zika y sus consecuencias) lo más posible; era algo que jamás había escuchado”.

Foto EDH/ Jonathan Tobías

Cuando nació Gabriel, los médicos y enfermeras no sabían mucho sobre la enfermedad y “no habían muchas medidas porque a puras penas estaban con investigaciones y no tenían algo concreto y me dijeron que lo cuidara que no le picaran zancudos”, dice la madre.

La circulación del virus del zika en El Salvador se confirmó a finales de noviembre de 2015.

La pareja de Gabriela había tenido zika en noviembre y ella fue infectada un mes después.

El zika es una de las tres enfermedades transmitidas por la picadura del zancudo Aedes aegypti que circula en el país. Las otras patologías son dengue y chikungunya.

Los síntomas del zika son considerados como leves, y causan conjuntivitis, dolor de cabeza, sarpullido, dolores musculares y fiebre; sin embargo, hay pacientes adultos que sufren daños neurológicos y desarrollan el síndrome Guillain-Barré.

A diferencia del dengue y la chikungunya, el virus del Zika se puede transmitir, también, a través de las relaciones sexuales y durante el embarazo (de madre a hijo).

El feto adquiere el virus a través de la placenta y afecta el cerebro del bebé, que en esa etapa está en formación. Además existe la posibilidad de que el feto no se desarrolle adecuadamente y nazca antes de tiempo, e incluso puede morir dentro del útero.

Para Gabriela, el zika sigue siendo una enfermedad desconocida y agresiva, de la que muchos desconocen de sus afectaciones y cómo esta se transmite, debido a que no se le ha dado la información necesaria.

“La enfermedad del zika es una fiebre, es algo que desconozco, pero por mi experiencia es una enfermedad bastante dañina. No hay la suficiente información, siento que no hay campañas que traten sobre la enfermedad en sí, lo poco que sabemos es que causa microcefalia y lo dañina que puede ser y no se le ha dado la importancia que debe tener”, consideró Gabriela.

Luego añadió, “ahorita no hay alerta de que anda el virus, pero en cualquier momento se puede pasar de la noche a la mañana; al no estar sabedores del tema es que pasan este tipo de cosas porque yo, cuando me dio el zika, ni me lo imaginaba. Siento que la información que tenemos ahora sigue siendo la misma por qué yo entro a investigar y siempre encuentro la misma información. No hay datos nuevos y no dan información sobre las secuelas de la enfermedad”, opinó la joven madre.

La familia de Gabriela y sus amigos han sido parte importante en la vida de Gabriel, para enfrentar los retos y desafíos por la microcefalia asociada al virus del Zika.

“Lo más duro es la aceptación, nosotros visitamos un par de médicos más, pero igual, la aceptación (del diagnostico) fue lo más duro para nosotros”, relata Guadalupe.

Foto EDH/ Jonathan Tobías

 

El ministerio de Salud reportó 297 pruebas realizadas a recién nacidos con síndrome congénito con sospecha de zika, entre el 2015 y 2018, según información solicitada a través de la Oficina de Información y Respuesta (OIR) del Ministerio de Salud en enero de este año. Sin embargo en el documento no se detalla cuántos de esos casos fueron positivos a afectaciones por zika.

Terapia ha sido clave para Gabriel

Gabriel es uno de los seis infantes que el Minsal reporta con microcefalia asociada a zika, evaluados a través de clínica y pruebas confirmadas.

La microcefalia es un trastorno neurológico, en donde la circunferencia de la cabeza es más pequeña que el promedio para la edad y el sexo del niño. Esta puede ser causada por alguna padecimiento de la madre o asociado a zika.

Luego de nacer, Gabriel pasó ingresado en el hospital, en el cual le realizaron diferentes chequeos, la madre recuerda que cuando el niño iba a nacer le dieron los peores diagnósticos desde la muerte a pocos minutos de nacidos, hasta problemas de corazón.

Sin embargo, el niño no presentó afectaciones en sus órganos principales como pulmón y corazón, “él siguió los controles, como todo niño sano, de hecho le hicieron prueba auditiva y visual. Gracias a Dios no le afectó ningún órgano, esa enfermedad afecta a los pulmones, el corazón, lo que a él le afectó bastante es el psicomotor”, dijo Gabriela.

La madre Gabriel comenta que ha sido el tiempo, la constancia en las terapias y la fe en Dios que han provocado un desarrollo en el niño, a paso lento pero seguro, argumenta Gabriela.

“En un comienzo fue bastante difícil porque uno empieza a conocer y acoplarse. Con el tiempo nos hemos acostumbrado, todo el tiempo aprendemos cosas nuevas con él. La rehabilitación a él le encanta, los ejercicios le gustan, él no llora, él no se queja”, comenta Gabriela.

Gabriela recomienda a las mujeres embarazadas cuidarse mucho. “Un embarazo es una etapa bonita, yo hubiese querido disfrutarla al máximo, pero no se pudo, pero las personas que tiene la oportunidad de hacerlo, que lo hagan y que se cuiden bastante”, señaló.

La aceptación de la dificultad sobre la enfermedad de Gabriel ha hecho que la joven madre sea constante en la rehabilitación de su hijo. El niño recibe terapia física, lenguaje, ocupacional, por medio de las cuales ha logrado firmeza en sus músculos y pueda sentarse y pasar viendo los colores de los vídeos que lo entretienen.

Gabriel asiste a terapias en Funter, en el cual su familia no cancela ninguna cuota para sus terapias. Sin embargo, Gabriela reconoce que ella no tiene gastos económicos para tratar al niño, quien recibe sus controles de especialidades con el neurólogo en el hospital Bloom.

Pero que hay otras madres con igual situación que ella que sí hacen gastos para que sus hijos reciban las terapias. Gabriela manifiesta que la aceptación de la dificultad de su hijo, lo debe al apoyo psicológico que recibe en la institución.

Aumento de los casos

Entre el 1 de enero y el 1 de junio de este año, el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud registró 259 pacientes con sospecha del virus, es decir un alza del 77 % de los casos en comparación con el mismo lapso en 2018. Implica que hubo 133 casos más que el año 2018.

Según datos estadísticos, entre la población más afectada están los menores de un año de edad, con una tasa acumulada de 72.77 casos. Chalatenango, Cabañas, Sonsonate, Ahuachapán, La Paz y San Vicente con los más afectados.

El documento reporta casos sospechosos debido a que el diagnóstico se hace con base en los síntomas del paciente y la valoración clínica. Para que sea registrado como caso de zika debe dar positivo a través de pruebas de laboratorio.