Líder de la diáspora acusa al partido de Bukele de “estafarlos”

Luis Reyes, reconocido como uno de los salvadoreños que han prosperado en EE.UU. por su esfuerzo, se queja de que el oficialista partido Nuevas Ideas se valió de ellos y los utilizó, para después marginarlos por ya no serles útiles.

Por Mario González

2020-07-25 9:15:45

La cúpula de Nuevas Ideas, el partido del presidente Bukele, “nos dio solo sus baratijas y las ilusiones a cambio de nuestro apoyo…”, reconoce con amargura Luis Reyes, líder del partido oficialista salvadoreño en Washington DC.

Reyes no es cualquier inmigrante. Es un salvadoreño emprendedor, que emigró a Estados Unidos en la década de los 70 y comenzó a trabajar como lavaplatos hasta llegar a ser, ahora, un próspero propietario de los reconocidos restaurantes familiares Lauriol Plaza y Cactus Cantina, del área de Washington.

En un artículo publicado en el medio Metro Latino USA, titulado “Tras corneados, apaleados por las nuevas ideas”, Reyes expone la aspiración de los salvadoreños de la diáspora a contribuir con el país y cómo han sido defraudados por los políticos que prometen “cambios sustanciales”.

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“Nueva Ideas no fue la excepción. Quienes apoyamos o promovimos su creación, nos entusiasmamos con ser parte de ese gran proyecto, que no solo nos costó tiempo, viajes adentro y afuera de nuestros lugares de residencia, tiempo valioso con nuestras familias, dinero mal gastado, que en muchos casos ni teníamos disponible”, escribe Reyes.

“Hoy nuestro esfuerzo terminó en un sueño, como ya nos ha pasado. Con la esperanza de ser parte de los cambios, nos hicieron creer que éramos miembros importantes de un proyecto innovador, de un partido político del pueblo y para el pueblo. Esa fue solo una estrategia más”, subrayó.

Según el líder de la diáspora, lo horizontal jamás existió en Nuevas Ideas, sino que sólo fue una idea “para llenar las plazas de los pueblos, tanto en nuestro país como en los Estados Unidos… solo para lograr la participación de miles de personas en mítines que nosotros llenamos con excursiones y buses pagados por la diáspora salvadoreña”.

En seguida, relata cómo buscaron apoyo para el proselitismo entre la comunidad salvadoreña en Estados Unidos.

“Acarreamos miles de personas de un lado a otro, pagamos refrigerios, pancartas, recursos, con el esfuerzo de muchos hermanos en el exterior. Vendimos camisas, pupusas, tamales, yuca con chicharrón, horchatas en los barrios de Los Ángeles, San Francisco, New Jersey, Washington, D.C., Boston, New York, Virginia, Maryland, y otros lugares de Estados Unidos, para que Nuevas Ideas creciera”, dice el dirigente.

“Dejamos de ser útiles… los dados estaban cargados”

“Según nosotros, nos estábamos haciendo historia… pero después nos cerraron las puertas y de la forma menos leal nos sacaron de los espacios que con trabajo creímos haber ganado bajo el sol o enfrentando el frío del invierno norteamericano”, reseña.

¿QUIÉN ES LUIS REYES?

Es un empresario salvadoreño que emigró a Estados Unidos en la década de los 70. Comenzó lavando platos en restaurantes, pero con mucho esfuerzo y trabajo estableció sus propios negocios en esa ciudad. Ahora es propietario de Lauriol Plaza y Cactus Cantina. Además es un reconocido líder de la diáspora salvadoreña en ese país.

Antes recuerda que por ruegos y a regañadientes, los dirigentes de Nuevas Ideas aceptaron la representación de 69 personas de la Diáspora, pero después “parecía que lejos de vernos como aliados, nos vieron con temor porque pensaron que podíamos convertir al movimiento en el partido de los salvadoreños en el exterior”.

“El menosprecio hacia la diáspora no fue evidente sino hasta que dejamos de ser útiles, hasta que dejamos de pagar las cenas y los hoteles en los que se hospedaron”, enfatiza.

Reyes subraya que, aun así, “y con ilusión”, los simpatizantes de NI de la diáspora llegaron a El Salvador para ser parte de la constitución del partido oficial, pero el día de la firma de las actas, “por primera vez conocimos al gran familión y la cherada de Nuevas Ideas, que ahora no solo es parte del acta de constitución, sino que también es parte del gabinete de gobierno”.

La diáspora quedó, una vez más, sin representación política en el partido, reseña. “Sabiendo esto, seguimos siendo ilusos, pensando que éramos parte importante del nuevo orden que generaría cambios en el país. Nunca nos imaginamos que nos negarían el derecho de participación, que habíamos pagado con bondades y con arduo trabajo”.

“Nos volvieron a tomar el pelo”

Reyes recuerda que muchos se aventuraron para participar, “con esmero día y noche”, “con la esperanza de ser incluidos de verdad en el partido de las Nuevas Ideas”, pero ninguno imaginó que los dados estaban cargados desde el principio “y nos volvieron a tomar el pelo. Nuevamente, nos utilizaron y nos estafaron”, recalca.

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El líder de la diáspora no duda en decir que fueron “ingenuos” y “una vez más, los que creemos en esos cambios, fuimos utilizados”.

Y lo dice como uno de los que en el pasado fueron engañados por las promesas de Mauricio Funes.

El artículo de Luis Reyes está publicado en el portal Metro Latino USA

“Nos engatusan con espejitos… nosotros seguimos creyendo, porque el hecho de que un político nos llame o nos dé su número de celular nos hace sentir importantes, es parte de nuestra ingenuidad y humildad… Nueva Ideas no fue la excepción”, enfatiza.

“Nos hicieron creer que éramos miembros importantes de un proyecto innovador, de un partido político del pueblo y para el pueblo. Esa fue solo una estrategia más”, dice Reyes.

“Así como los españoles se aprovecharon de la ingenuidad de nuestros ancestros, los indígenas, y le dieron sus baratijas y sus espejos a cambio de oro; así, la cúpula de Nuevas Ideas nos dio solo sus baratijas y las ilusiones a cambio de nuestro apoyo”, subraya.

“Hoy, los políticos que nos engañaron están en la cúspide del poder. Están embriagados con el poder que tienen, con el poder que el pueblo, es decir nosotros, les concedió, pero estos políticos deben recordar que el poder se acaba en menos de lo que canta un gallo”, les advierte.

Reyes subraya que de los salvadoreños de la Diáspora depende lograr el respeto que merecen y desarrollarse para que los políticos dejen de verlos “como los ignorantes que financiarán sus campañas”.

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