Dos puntos sensibles en el resguardo de la información personal son las sanciones que se impondrán a instituciones o empresas que compartan estos datos sin consentimiento y cuándo podrán quitarse estos candados en aras del interés público.
Al respecto, un análisis de los dos anteproyectos de ley en estudio por parte de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) se recomienda un régimen de sanciones que vaya acorde con la realidad actual.
“Debe establecerse un régimen de sanciones administrativas suficientemente duras que motiven un adecuado cumplimiento de la ley y tratamiento de los datos personales, que incluyan, por ejemplo, casos de negligencia o incumplimiento de las medidas de seguridad, de las reglas de anonimización, así como por falta de acceso o respuesta ante las solicitudes de los titulares de los datos”, establece el análisis del tanque de pensamiento.
En lo mismo coincide el presidente de la Dirección de Protección al Consumidor, Ricardo Salazar, pues expuso a los diputados que en su quehacer se encuentran con entidades que prefieren pagar las multas que se hacen acreedores a cumplir con las normativas.
“(Que) sea una entidad que tenga suficientes facultades para garantizarle a la población un actuar del Estado en el que nos podamos sentir todos seguros. Debe haber un desarrollo del marco de infracciones”, dijo el funcionario.
Los diputados que estudian esos anteproyectos parecen estar conscientes del reto: “Nos tocará legislar en un tema que nos va a llevar a ponerle paro a una serie de abusos que están ocurriendo en este mundo de la información que pone en peligro la situación de las personas”, consideró Damián Alegría, del FMLN.
“La información ya existe, desde que uno nace. Ahorita es que se va a leer, a utilizar y de qué manera puede ser útil en diferentes aspectos. Es un tema relevante”, dijo Javier Palomo, de ARENA.
Excepciones
No obstante esas sanciones, el Secretario de Innovación y Tecnología, Vladimir Handal, se mostró a favor del adecuado resguardo de la información, pero consciente de que en la era de la tecnología se deben aprovechar esos datos para bienestar público o inclusive cruce de datos para establecer políticas públicas de beneficio.
Un punto que le parece crucial definir es en qué momento se podrá romper el candado de seguridad que una persona haya puesto a sus datos personales.
“(Se debe establecer) cuáles son las causales que van a hacer que esos sellos se puedan romper, sea interés público. (Por ejemplo) Si llego desmayado al hospital, lógico, tengo que poder romper el sello de información porque al doctor le interesa saber qué medicamentos estoy tomando, si estoy enfermo. Es una manera de romper la barrera que la misma persona puso pero es por su propio bien. Esos mecanismos hay que definirlos”, sentenció el funcionario.