Los gemelos Xavier y Henry iban a vender su negocio: en dos meses creció y generó 14 empleos

Los dos hermanos crearon su negocio de entrega de comida a domicilio en el municipio de Ahuachapán. Ahora sus servicios llegan a las ciudades vecinas.

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Foto EDH / Cristian Díaz

Por Cristian Díaz

2020-04-27 9:00:50

Los gemelos Xavier Ignacio y Henry Edgardo Benavides Magaña tenían todo listo para vender su negocio de entrega de comida a domicilio, por un monto de $500. La transacción se frustró. Luego llegó la vigencia de la cuarentena domiciliar y ahora para satisfacer la demanda de sus clientes han tenido que contratar a 14 personas. Todo ocurrió en un lapso de dos meses.

El emprendedurismo de los gemelos inició mucho antes de que el gobierno impusiera restricciones de movilidad, en el municipio de Ahuachapán. Los jóvenes iniciaron el negocio con una bicicleta prestada, un bolsón y a penas doce repartos de comida al día.

Ahora la iniciativa no solo se ha posicionado en el departamento, donde ha comenzado a crear la cultura del delivery a través de terceros sino que también ha generado fuentes de trabajo y pasó de contar con un repartidor, que era uno de los hermanos, a tener 14 empleados, quienes hacen la entrega en motocicletas.

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Xavier Ignacio y Henry Edgardo relataron que hacer crecer la iniciativa, bautizada como Ya!, no ha sido fácil y que incluso pensaron en vender la plataforma en el primer mes de estar funcionando porque había ocasiones que no hacían entregas; sin embargo, la persona con quien realizaban las negociaciones, desistió por considerar que no tenía futuro.

En ese momento, los efectos del coronavirus apenas se comenzaban a discutir en el país y nadie se imaginaba sobre las restricciones de movilidad que serían impuestas días después.

Actualmente las personas pueden, a través de Ya!, comprar comida, hacer compras de supermercado y de bebidas en 30 negocios con quienes tienen relaciones comerciales.

Semanalmente son cerca de 1,000 entregas las que realizan no solo en Ahuachapán; sino que también se han extendido a Turín, Atiquizaya, Concepción de Ataco, El Refugio y Apaneca.

A la aplicación se han inscrito 5,000 usuarios.

Xavier señaló que la extensión de los servicios se debe principalmente a que la cabecera departamental tiene restaurantes que no tienen presencia en otros municipios.

Henry explicó que son una aplicación web, es decir que las personas deben de ingresar al sitio yayadelivery.com para tener acceso a los servicios que ofrecen.

La idea del negocio surgió en junio del año pasado, cuando Henry tuvo que quedarse en casa luego de fracturarse un pie; sin embargo fue concretizada el 16 de febrero de 2020, fecha en que realizaron las primeras doce entregas a domicilio.

Para entonces, Xavier había creado una plataforma para ofrecer los servicios de forma digital, sin saber sobre programación, pero se auxilió de tutoriales encontrados en Internet.

Para financiar la iniciativa, Henry se dedicaba a vender palomitas de maíz en el parque La Concordia, tal como lo hacen desde el 2017, y su hermano se encargaba de realizar las entregas.

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Para lograr posicionar su marca, sumado a que habían días que no realizaban entregas, Xavier iba a establecimientos con su uniforme de repartidor y compraba comida para su consumo o el de su familia, con la finalidad de que las personas y los mismos negocios observaran que ya se estaba implementando la cultura del delivery en la ciudad.

“Eso nos permitió darnos a conocer en Ahuachapán; igual continuó la labor de seguir haciendo historias en Instagram porque la presencia digital nos abrió muchas puertas a través de la gente, muchos jóvenes comenzaron a compartir”, explicó Henry.

En los primeros días, Xavier terminaba con calentura y dolor de cuerpo porque las entregas las hacía en bicicleta. Cuando el negocio fue creciendo, vieron la necesidad de incluir motocicletas para abarcar más lugares en un menor tiempo.

Foto EDH / Cristian Díaz

El inicio

Xavier vio en la iniciativa un gran potencial, al punto que estaba decidido a dejar sus estudios universitarios durante este año para dedicarse al 100% al negocio pero recibió críticas de su propia familia porque se iba a convertir en repartidor.

“En mi lógica iba a crecer; pero no iba a ser como ahora. Hago cinco entregas diarias, gano $10 diarios (y pensaba) creo que con eso me sostengo. Pensé: ‘dejo la universidad este ciclo’ pero dos días después declaran cuarentena”, recordó.

Tras la suspensión de clases, en una semana comenzaron a tener 50 pedidos diarios. Y el garaje de la casa de sus padres se ha convertido en el centro de operaciones de la iniciativa.

“Pensamos que fue osadía, valor y parte de suerte porque logramos ver la oportunidad mucho antes de la cuarentena, aproximadamente dos meses antes, y nos preparamos e hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance. Gracias a Dios se nos han abierto las puertas”, expresó Henry.

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