La encuesta de la UCA revela que el 72.3 % de los salvadoreños responden que sí a la pregunta de si creen que el presidente Nayib Bukele debe presentar un informe detallado para explicar en qué y cómo se está gastando el dinero para combatir al nuevo coronavirus. El resto, un 27.7 %, dijo que no.
El rector de la UCA, el padre Andreu Oliva, se encargó de desglosar los datos que resultaron sobre la opinión que tiene la gente con el manejo de la pandemia del COVID-19, tanto por el Gobierno como de los diputados.
Más del 43 % de los salvadoreños dicen que el principal problema que enfrenta el país es precisamente la pandemia y otro 24 % considera que es la confrontación de Bukele con los diputados.
“En cuanto a los 3,000 millones de dólares que la Asamblea Legislativa ha autorizado gestionar para que el Gobierno maneje la crisis sanitaria en el país, el 73.3 % de encuestados opinó que esta era una cantidad de dinero adecuada”, afirma el análisis.
Pero agrega que “si bien es cierto que gran parte de la población percibe que los fondos que el Ejecutivo tiene autorizado gestionar son apropiados, existe también una clara exigencia ciudadana al Gobierno para transparentar el uso de esos fondos”.
Es decir, alrededor de tres de cada cuatro ciudadanos encuestados indicaron que el presidente sí debe presentar un informe detallado para explicar en qué y cómo se ha gastado el dinero para combatir el COVID-19, antes de solicitar a la Asamblea que se aprueben fondos adicionales.
Medición coincide con análisis de instituciones protransparencia
En medio de la peor crisis sanitaria y económica que el país ha enfrentado en su historia contemporánea, numerosas instituciones han denunciado falta de rendición de cuentas en el manejo del gobierno de los recursos destinados a paliar la pandemia del COVID-19.
Pese a haber cerrado las puertas de la gestión pública a cuestionamientos y no dar explicaciones de supuestas decisiones fuera de la ley, gracias a reportajes periodísticos se ha conocido, por ejemplo, que familiares de funcionarios y el círculo cercano del mandatario se han beneficiado de contratos en uno de los momentos financieramente más duros para El Salvador.