Decenas de militares intentaron controlar la seguridad en la zona, luego del operativo donde fue capturado el hijo del Chapo Guzmán Foto / AFP
Sandoval explicó que el comando entró en una vivienda sobre las 15.45 hora local (20.45 GMT) en la que se identificó al hijo del Chapo, estando dentro de la casa hasta aproximadamente las 17.00 hora local (22.00 GMT).
Poco después de este hecho, se dieron los disturbios en toda la ciudad, por lo que el Gabinete de Seguridad tomó “por unanimidad” la decisión de “retirar al personal” de este inmueble.
De manera preliminar, el suceso ha dejado hasta el momento ocho muertos; un civil, un agente de la Guardia Nacional, un interno de un penal del municipio y cinco agresores.
Además de 16 heridos, y 49 reos fugados de esta prisión de Culiacán en la que se registró un motín.
Mientras que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, defendió la política de seguridad del actual Gobierno mexicano y añadió que “no hay ningún pacto, absolutamente ningún pacto, con el crimen organizado”.
Ni tampoco hay “falta de Estado ni ausencia de Gobierno”, se defendió ante las incómodas preguntas de los reporteros.
Durazo aseguró que “ya es tiempo de dejar de culpar a administraciones pasadas”, si bien minutos antes López Obrador señaló que la estrategia que se estaba aplicando en anterior Administraciones convirtió al país “en un cementerio”.
Ello en referencia a los Gobiernos de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018), en los que se han estimado más de 250.000 muertos y más de 40.000 desaparecidos por la llamada guerra contra el narcotráfico.
UNA SEMANA TRÁGICA
El episodio de Culiacán se sumó a los dos enfrentamientos registrados esta semana entre agentes del Ejército mexicano y civiles armados en los estados de Michoacán y Guerrero, que dejaron como saldo 28 muertos.
El lunes se registró el asesinato de 13 policías estatales y 9 heridos en Aguililla, en el occidental estado Michoacán, quienes fueron emboscados por presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El martes, en Guerrero al menos hubo 15 muertos, 14 civiles y un militar, tras un enfrentamiento en la comunidad de Tepochica, Guerrero, una población cercana a Iguala, donde en 2014 desaparecieron los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
La refriega en Culiacán ha reflejado el enorme control y poder que tiene el Cártel de Sinaloa y sus células sobre la región, que se consideraba relativamente pacificada en los últimos meses.
Según los datos más recientes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México, entre enero y agosto de este año el noroccidental estado de Sinaloa registró 577 muertos, un 22,8 % menos si se compara con los 747 homicidios dolosos del mismo periodo del año pasado.