Para la socióloga Xiomara Ventura, la principal razón por la que en el municipio de San Isidro, Morazán, no tenga casos reportados de COVID-19, es por su alejada ubicación geográfica y por las medidas de prevención que toman sus habitantes junto a las autoridades.
Sin embargo, reconoce que tras el masivo incremento de contagios en El Salvador, las posibilidades de contaminación son altas, pero “está en cada persona tomar las medidas de prevención para evitar un contagio masivo”.
La medidas tomadas en los municipios
Unidades de Salud con medidas de seguridad y señalización. Áreas destinadas para pacientes con síntomas de gripe o COVID-19. Medidas de limpieza y señalización en todos los centros. Recipientes para lavado de manos antes y después de ingresar a los centros de salud. No se atiende a los pacientes que no tengan mascarilla.Suspensión de actividades deportivas, culturales, religiosas y otras para evitar aglomeraciones de personas. Distanciamiento en las tiendas y negocios de venta de alimentos, farmacias y otros rubros. Dispensadores de limpieza para lavarse las manos.
El departamento de Morazán es el lugar que tiene menos contagios según las estadísticas del gobierno. Hasta el viernes se enumeraban 24 casos. Le sigue Cabañas con 81 y Chalatenango con 101. Las cifras ponen a San Salvador como el departamento con más casos: 3,313 y La Libertad con 829 contagios.
La socióloga vive en la calle principal en San Isidro, un municipio pequeño donde su población no sobrepasa los 5,000 habitantes y donde hasta ayer no se reportaban contagios. Para llegar al referido municipio, se pasa por San Simón, donde las autoridades de Salud reportan dos casos de COVID-19.
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La profesional opina que a pesar de no tener ningún caso reportado, la mayoría de pobladores toman las medidas de prevención, como el uso de mascarillas, la distancia entre las personas y el lavado constante de las manos.
“Algunos hombres, sobre todo jóvenes y un poco mayores no usan mascarilla, muchas veces porque no miden las consecuencias y un poco el machismo, pero la mayoría de personas sí aplicamos la prevención”, expresa la joven.
Ventura no ejerce su profesión, se graduó en diciembre pasado y la pandemia evitó seguir con sus proyectos laborales. La emergencia la obligó a buscar un ingreso económico y por eso abrió un negocio de comida casera en San Isidro. Ahí, mantiene un dispensador de agua y jabón para los clientes. Además, tiene el servicio de comida pero con un distanciamiento entre las mesas.
La profesional expresó que el virus podría entrar en cualquier momento a su pueblo, pero el aporte de las autoridades de salud, la municipalidad y sobre todo, las personas, sería lo más importante para detener la propagación del virus.
“Mi padre tiene una tienda y se abastece de productos hasta San Miguel y ahí hay mucha contaminación. Pero tomamos las medidas necesarias para evitar un contagio en mi pueblo”, relata la profesional.
En San Isidro existe una unidad de salud donde también se han tomado medidas de prevención para evitar el contagio. Se ha seleccionado un área para atender a pacientes con síntomas de COVID-19 y las consultas generales. La rotulación y el paso restringido a otras áreas también ha sido aplicado.
La socióloga coincide con el alcalde del municipio de Villa del Rosario, Valentín de Jesús Claros, quién afirma que en este momento de incremento del virus, es necesaria una cuarentena estricta.
Aprueban nueva cuarentena
Villa de El Rosario es otro de los municipios donde el COVID-19 no ha dañado a sus pobladores, los cuales no sobrepasan los 2,000 ciudadanos. Para llegar a ese lugar, se deja la carretera principal a la parte alta de Morazán y se toma una carretera de tierra por 10 kilómetros aproximadamente. Su unidad de salud es una pequeña casa situada en la parte alta del casco urbano.
Su alcalde declaró que uno de los protocolos más importantes para evitar los contagios fue la localización de personas que tenían síntomas de COVID-19 y personas que venían de lugares donde existía una posible contaminación.
“Identificábamos a las personas y con el ministerio de Salud le dimos seguimiento hasta sus casas para evitar algún contagio. Otra de las medidas fue el control del distanciamiento entre los pobladores, el orden para entregar los víveres durante la parte más dura de la emergencia”, sostiene Claros.
Villa de El Rosario limita con los municipios de San Isidro y Gualococti, donde también no se presentan contagios según los reportes oficiales del gobierno. También comparte frontera con Torola, Jocoaitique, Meanguera y Osicala, donde se reportan seis contagios.
En la mayoría de esos lugares, los controles de limpieza y descontaminación en las entradas de los pueblos, fueron levantados por las autoridades, después de la finalización de la cuarentena obligatoria que ordenó el presidente Nayib Bukele.
Sus actividades educativas, religiosas, deportivas y culturales, han sido suspendidas por las autoridades para evitar contagios masivos de COVID-19.
Otros municipios que no tienen contagios en Morazán son Guatajiagua, Sensembra, Yamabal, San Carlos, El Divisadero, a pesar de estar limítrofe con San Miguel, un departamento que reportó 478 casos, ocupado el tercer departamento con más contagios en todo el país, superado por San Salvador y La Libertad, de acuerdo con las cifras oficiales.
A pesar que algunos de los municipios libres de COVID-19, se encuentran alejados y por su poco desarrollo no tiene mayor tránsito de personas, si existe el riesgo, ya que ingresan muchos proveedores de alimentos y de otros rubros que tiene contactos con otros lugares que sí tienen contagios.
Tampoco Lolotiquillo tiene pacientes contagiados, a pesar de estar rodeado de seis municipios donde se reportan casos, entre ellos San Francisco Gotera, el cual reporta siete casos positivos. El referido lugar es uno de los que tiene mayor actividad comercial del departamento.
Otro de los municipios donde no se reportan casos es Gualococti. En el lugar los habitantes mantienen las medidas de prevención en las tiendas y otros lugares. Pobladores de ese lugar dicen que el miércoles se realizó un entierro de una víctima del COVID-19, sin embargo, aseguran que el paciente no adquirió el virus en ese municipio sino, que en San Salvador.
También una empleada del sistema de salud del municipio de Yoloaiquín, aseguró que el paciente positivo lo adquirió en San Miguel, pero por su dirección del Documento Personal fue asignado en el referido municipio.
Otros pobladores dicen que en otros municipios como San Fernando, Sociedad y Corinto, hubo entierros de personas con COVID-19, pero no lo adquirieron ahí, sino, en otros lugares de contagio.