Muerte de anciano a mano de hija de un policía lleva siete meses en impunidad
La familia de Eusebio Palacios sigue una batalla en tribunales e Inspectoría de PNC para determinar la verdad de los hechos y que la responsable sea condenada. Ella ha sido sobreseída provisionalmente, luego de que el juez señalara a la Fiscalía una acusación deficiente y sin testigos.
Desde el 12 de septiembre de 2018, la familia de Eusebio Raúl Palacios Arévalono ha tenido paz. Su muerte no ha sido esclarecida y la presunta responsable, hija de un policía, dice que lo arrastró pero no lo atropelló; y por la deficiente acusación de la Fiscalía, a decir del juez, la imputada está, por hoy, libre de culpa.
Siete meses han pasado desde que Karen Yohana Alvarado Amaya, de 22 años, habría atropellado a Eusebio en el Reparto Santa Alegría, de Ciudad Delgado, y arrastró varios metros el cuerpo enganchado a la parte trasera del microbús.
Desde aquel fatídico día, la familia ha intentado hacer justicia a Eusebio, el patriarca jubilado que sirvió 49 de sus 90 años en el Instituto Nacional de Estadística y Censos; tuvo un largo matrimonio de 64 años con María Teresa Zavala y con ella procreó seis hijos.
El día en que murió atropellado hacía su caminata, que durante cuatro décadas arrancaba a las 6:00 a.m.; apoyado en su bastón y a paso pausado recorría una manzana alrededor de su casa. Le ayudaba a enfrentar la artritis y a mantenerse activo, dicen sus parientes.
Nunca tuvo percance alguno, añaden, y siempre regresaba a casa con una bolsa de pan en la mano y listo para desayunar con su esposa.
Sobre cómo fue atropellado todavía es una incógnita. Joaquín Palacios Zavala, el hijo que acudió a la escena del accidente una hora después, dice que la conductora miente porque la escena que grabó en vídeo y fotografió la contradicen.
Joaquín muestra los documentos judiciales que dan fe del esfuerzo de la familia para que se establezca esa verdad de los hechos y que un tribunal dé la sentencia más justa, pero dice que eso no lo han encontrado en el sistema de justicia. Es más, dice que ese sistema está “deshumanizado” y no piensa en la víctima.