Sensuntepeque: Familias de San Gregorio y Las Marías huyen por temor a pandilleros

Uno de los grupos familiares abandonó su casa porque a través de un papel, les ordenaron entregar a un hijo, según parientes. Hace un mes también mataron a otro joven, supuestamente por no integrarse al grupo criminal. “Aquí mandan los cipotes”, dijo un residente de estos poblados de Sensuntepeque.

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Fachada de la Iglesia Católica de San Gregorio, uno de los dos cantones de los cuales algunas familias han abandonado sus casas por temor a ser víctimas de pandilleros. Foto EDH / Jonatan Funes

Por Redacción Sucesos

2021-06-22 9:40:14

Al menos cuatro familias de los cantones San Gregorio y Las Marías Centro, del municipio de Sensuntepeque, abandonaron sus hogares y propiedades la semana anterior por temor a represalias de un grupo de pandilleros que tiene presencia en esa zona rural, limítrofe con Honduras, según comentaron vecinos de ambos lugares y fuentes policiales que pidieron el anonimato.

De acuerdo con información recabada en ambos lugares, el control que ejerce un grupo de la Mara Salvatrucha (MS-13) no es reciente, pero se acentuó hace aproximadamente cuatro años.

Sin embargo, en los últimos meses se ha incrementado presión de los pandilleros hacia los lugareños a tal grado de que varias familias han huido de sus viviendas.

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Fuentes policiales confirmaron que hace aproximadamente un mes, en un sector del caserío San Francisco, cantón San Gregorio, fue asesinado a balazos el joven Santos Norberto Q. P., que residía en el caserío El Quebrachal, uno de los lugares más remotos del municipio de Sensuntepeque.

La familia de este joven decidió abandonar su vivienda luego del asesinato. Esto fue el 20 de mayo anterior.

Casa abandonada donde vivía una de las familias que huyó recientemente del cantón Las Marías, según narraron algunos vecinos. Foto EDH / Jonatan Funes

Exigencia de entregar a un hijo

De acuerdo con lugareños, en los últimos días, los problemas se han incrementado.

Una de las familias que han huido más recientemente lo hizo porque, supuestamente, los pandilleros llegaron a dejarle un papel en el que le decían que tenía que entregar a uno de sus hijos.

Horas después de encontrar el anónimo, Jesús A. decidió marcharse con su familia dejando su casa con todas sus pertenencias, así como otros terrenos en los que hacía trabajos agrícolas. Esa familia era de San Gregorio.

De acuerdo con afectados, de las cinco familias que se marcharon la semana anterior, están seguros de que cuatro se fueron por temor a los delincuentes que se han afincado en el lugar. De una más no se sabe por qué decidieron desplazarse del lugar. “Aquí los cipotes son los que mandan”, dijo un lugareño que pidió confidencialidad por temor a represalias.

La escuela del caserío El Jiote, cantón Las Marías, funciona en una champa hecha de láminas viejas, al lado de una tienda. Foto EDH / Jonatan Funes

Las órdenes de los pandilleros

El domingo anterior, durante el recorrido que un equipo de El Diario de Hoy hizo en ese sector, distante a 100 kilómetros de San Salvador y a 20 kilómetros de Sensuntepeque, la cabecera departamental de Cabañas, no vio policías ni soldados.

Los lugareños afirman que muchas veces policías o militares pueden sentir que los residentes sienten rechazo hacia ellos, pero no es así, afirman.

Lo que sucede es que los pandilleros han prohibido, bajo amenazas, a todos los lugareños que trasladen soldados o policías en sus pick ups en sus viajes hacia o desde Sensuntepeque.

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Es más, algunos aseguran que la policía ha tratado de alquilar una casa en el lugar para poder poner un puesto, pero no han podido. Los pandilleros también han prohibido que se les dé acogida a las autoridades en el lugar.

“Y aquí hay que obedecerles porque si no a uno le toca”, explicó un campesino, en referencia a que si desobedecen esa “orden”, corren riesgo de ser asesinados.

“Los policías llevan varios años queriendo alquilar una casa en este lugar pero nadie se atreve”, afirmó otra persona, como matizando la ausencia de las autoridades en el sector.

Familias se defendieron a balazos

Otros lugareños, sin embargo, se quejaron de que la Policía a veces llega en un pick up, se están unos cuantos minutos y luego se van.

“Necesitamos que la Policía entre a los caseríos, no que pasen solo por la calle en el carro”, reclamó un lugareño.
Según varios vecinos de San Gregorio y Las Marías, ese sector se ha vuelto más complicada desde principios de este año.

Recuerdan que a finales de febrero o principios de marzo de ese año, cuatro grupos familiares huyeron del lugar luego de enfrentarse a balazos con pandilleros que querían matar a un joven porque este decidió salirse de la pandilla luego de que, al parecer, le ordenaran matar a su padre.

Luego de no obedecer la orden, los pandilleros presionaron a la familia para que lo entregaran. Ante la “desobediencia”, un día, a media mañana, intentaron sacar al joven por la fuerza, obviamente, para matarlo, pero toda la familia los estaba esperando y se enfrentaron a balazos, afirman vecinos de Las Marías.

Como a la media hora llegaron dos carros con policías a ayudar a las familias; un juez ordenó que se les diera protección y la Policía permaneció cuidándolos por varios días, pero después, según las fuentes, los mismos policías les sugirieron que se marcharan del lugar porque ellos no podrían permanecer custodiándolos toda la vida. Así fue como un día de marzo, los Martínez abandonaron el caserío.

Una zona abandonada

San Gregorio y Las Marías son dos cantones fronterizos con Honduras donde los residentes viven de la agricultura y a la ganadería, pero también muchas familias tienen a alguno de sus miembros en Estados Unidos.

Las “calles” de acceso a ambos cantones y sus caseríos están en deplorables condiciones y solo es posible transitar por ellas en vehículos de doble tracción o motocicletas para calles de tierra. Estas últimas son el medio de transporte más visible en esa zona.

La “escuela” del caserío El Jiote, cantón Las Marías, también evidencia el abandono de esas comunidades por parte del gobierno central y municipal.

Tres viejas láminas pintadas de azul forman la fachada de la escuela donde hay una sola maestra que imparte clase hasta sexto grado, según explicaron lugareños.

La champa que sirve de escuela al lugar ha sido construida a un lado de la casa que ocupa la “Tienda La Milagrosa”, una especie de cooperativa local.

En el sector hay otras escuelas que sí disponen de buena infraestructura, aunque quizá por la ausencia de actividad escolar en ellas, lucen descuidadas.

En la mayor parte de los cantones San Gregorio y Las Marías, no hay señal de telefonía celular de empresas salvadoreñas; de hecho, en todo el sector solo hay señal de telefonía hondureña.

¿Cómo hacen los niños para recibir sus clases virtuales?, ¿Cómo hace la población cuando tienen una emergencia? Les toca buscar lugares específicos donde llega un poco de señal o salir en vehículo o en motocicletas hasta la carretera Longitudinal del Norte o ir directamente a Sensuntepeque, afirmaron.