Mitines exteriores provocan caldos de contagio de virus

En dos eventos que coinciden con su primer año de gobierno, el equipo de Bukele violó la instrucción básica de prevención en tiempos de COVID-19: mantener el distanciamiento.

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Por Mirella Cáceres

2020-06-05 6:30:48

Enmedio de una emergencia nacional causada por las lluvias torrenciales de Amanda, el presidente Nayib Bukele ha acudido a dos lugares de desastre, donde ha criticado a sus opositores, ha entregado paquetes de alimentos, pero a la vez ha generado concentraciones que violan la instrucción básica de prevención en tiempos de COVID-19: mantener el distanciamiento.

En la zona de desastre en la calle Agua Caliente, en Soyapango, el presidente montó su podio la noche del 1 de junio y desde allí se dirigió a las personas que habían llegado o se les había llevado para escucharle y recibir una de las bolsas con alimentos que el gobierno está repartiendo a los afectados directos de la pandemia y que son financiadas con impuestos de la misma población.

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En ese lugar, decenas de personas se aglutinaron para, primeramente escucharle su discurso, centrado en una serie de quejas como el hecho de que se dijera que él ha estado en Miami cuando, dijo, ha estado al frente de la pandemia.

Pero también aprovechó para lanzarle críticas a sus opositores, especialmente a los diputados. Retomó palabras del alcalde capitalino de que la Asamblea está controlada por un “grupúsculo” de empresarios, aunque rápidamente aclaró que se trata de un pequeño grupo y que hay “muchísimos empresarios buenos”.

Había gente que le aplaudía en ocasiones y respondía algunas preguntas que el mandatario les lanzaba, como en el momento en el que les dijo que él no ha estado en Miami como se ha rumoreado y que ni siquiera ha ido a Guatemala.

De hecho se diferenció del expresidente Salvador Sánchez Cerén, de quien dijo solo pasaba en Cuba y que alguna vez grababa una cadena nacional.
Luego se dedicó a entregar personalmente una cantidad de bolsas de comida a residentes de la zona que fueron seleccionados.

Periodistas, fotógrafos y camarógrafos también se aglomeraron rápidamente para sacar las imágenes del gobernante entregando las bolsas.

Cuando Bukele terminó de entregar los paquetes previstos, se retiró. Si bien es comprensible que el mandatario tenga a su personal de seguridad muy cerca, otros funcionarios presentes el lugar y el resto de personas no guardaron el distanciamiento debido, según se constata en los videos difundidos del evento de esa noche.

Como una ola se movían juntos y protegiéndose de la lluvia siguiendo de cerca al mandatario y su seguridad.

La regla de quedarse en casa, salir solo si es necesario y distanciarse por lo menos un metro y medio de otra persona, publicitada por el mismo gobierno, no fue cumplida en ese lugar.

Un día antes, en la comunidad Nuevo Israel, al poniente de la capital y uno de los sitios más golpeados por las lluvias del domingo, se había seguido el mismo guión: montó el podio presidencial en la zona de desastre, habló ante la comunidad, volvió a criticar a quienes considera bloquean su gobierno.

Antes de la entrega de los paquetes alimentarios, Bukele reconoció que no es fácil enfrentar dos emergencias: una por las lluvias y la otra por el coronavirus, pero que su gobierno trabajará sin descanso, pese a que los funcionarios están extenuados por la atención que han dado a la pandemia.

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Mientras la gente lo escuchaba y a su alrededor había desastre, el presidente siguió con su discurso político centrado siempre en un continuo cuestionamiento a sus opositores, y sobre todo a los diputados, a quienes señaló de bloquear su gobierno, que ellos quieren que su gobierno sucumba y que la población ya lo sabe. “A los diputados no se les puede aborrecer más”, espetó.

Después de más de media hora de discurso, el presidente pasó a entregar las bolsas con comida. Aunque la gente beneficiada pasó una por una, periodistas y funcionarios se aglutinaron alrededor del mandatario.

En otras ocasiones, el gobierno ha generado este tipo de concentraciones. Un ejemplo clásico es cuando el mismo presidente Bukele convocó a las personas a buscarse en una plataforma digital y corroborar si era beneficiario de los $300 y que si no se hallaba en el sistema se abocara a los Cenade.

La aglomeración de personas no se hizo esperar; al siguiente día del anuncio presidencial, miles de personas hicieron largas filas en los Cenade sin guardar la distancia reglamentaria.
La Corte de Cuentas confirmó que 1.5 millones de ciudadanos se quejaron en los Cenade por no recibir los $300 prometidos por el gobierno.