El país se prepara para participar nuevamente en pruebas educativas internacionales. Esta vez lo hará en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) que se llevará a cabo en 2022.
Es debido a ello que el Ministerio de Educación (MINED) lleva a cabo ya una prueba piloto dirigida a estudiantes que están por culminar la educación media.
Un documento compartido por el MINED en su sitio oficial de Internet precisa que la evaluación preparatoria se dará entre el 12 y 23 de julio de este año.
La prueba PISA, en la que participan 88 países de los cinco continentes, evalúa las habilidades que los estudiantes tienen en Lectura, Ciencia, Matemática.
Durante la edición que se desarrollará el próximo año, además, examinará Pensamiento Crítico.
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PISA 2022 toma en cuenta población estudiantil de 15 años de edad nacidos entre el 1 de abril de 2005 y el 31 de marzo del 2006.
“En la Aplicación Piloto participan 43 escuelas del territorio nacional, donde se evaluarán hasta 56 estudiantes por escuela, donde se espera evaluar aproximadamente 2,000 estudiantes en total”, cita el escrito oficial.
Los alumnos dispondrán de entre tres horas con treinta minutos y cuatro horas con 15 minutos para resolver el examen.
Según la información que el MINED ha divulgado, con respecto a la prueba, los resultados permiten identificar qué tan preparados están los estudiantes para los retos que enfrentarán cuando sean adultos, eso implica “su capacidad para aplicar el conocimiento teórico visto a lo largo de su proceso educativo como una herramienta para los desafíos cotidianos”.
Sin embargo, también permitirá ver en qué áreas se necesita realizar mejoras en las escuelas, en el sistema educativo y el gobierno; además, conocer variables que influyen en el rendimiento del estudiante.
En otro artículo informativo que Educación colgó el mes pasado, en su sitio web, da cuenta de que el 2 de julio comenzó a capacitar, de forma virtual, a 80 personas que aplicarán la prueba PISA en el país.
El gerente de Investigación e Innovación Evaluativa, de la Dirección Nacional de Evaluación de MINED, José Carlos Márquez, dijo, en ese artículo que el personal capacitado son técnicos de asesoría educativa de los catorce departamentos del país, porque “es importante que conozcan los estándares de aplicación de esta prueba, los cuales son bastantes estrictos”.
Márquez aseveró que es la primera vez que el país participará en PISA y subrayó que con el piloto se busca ajustar las condiciones salvadoreñas a las variables de la prueba internacional.
La participación de El Salvador en la prueba PISA, que inicialmente estaba programada para 2021, se dará a raíz de que en julio de 2018 el entonces Ministro de Educación, Carlos Canjura, firmó un convenio con Andreas Schleicher, el presidente de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), entidad que coordina la aplicación de esta evaluación.
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Este programa PISA fue diseñado para ofrecer información detallada que permita a las naciones que participan adoptar decisiones y políticas públicas que se necesiten para mejorar el sistema educativo.
La idea de que el país entrara en estas mediciones estandarizadas se planteó en la gestión de la exministra de Educación, Evelyn Jacir de Lovo.
Sin embargo, fue ya en la gestión de la exministra Darlyn Xiomara Meza que El Salvador participó una vez en el Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (SERCE 2006), durante el que se evaluó el desempeño de los estudiantes de tercero y sexto grado de educación básica en lectura, matemática y Ciencias.
El SERCE es organizado y coordinado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa (LLECE).
Para 2007, también en la misma administración, el país se midió en el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS, por sus siglas en inglés).
Se había dejado de participar en pruebas educativas internacionales desde 2011, cuando asumió el primer gobierno del FMLN y fungía como viceministro de Educación, Eduardo Badía Serra.
Badía Serra argumentó, en esa época, que el país se retiraba de esas pruebas no por falta de fondos, sino porque consideraban que tanto la prueba PISA como la de LLECE (SERCE) no se acoplan mucho a la currícula salvadoreña.
“Entonces el niño que se somete a ellas se siente un poco traumado. Es una prueba orientada a reproducir la evaluación en países que están con un nivel educativo mucho mayor. Lógicamente los países que estamos con nivel educativo menor siempre salimos mal”, insistió Badía Serra cuando se le abordó con insistencia sobre el porqué de esa decisión ministerial.