Más de 5,600 cadáveres lanzados a calles y barrancos en 15 años

Nueve de cada diez cuerpos eran de hombres. Además, las cifras más altas de estos hallazgos se dieron en años posteriores a la tregua entre pandillas, entre 2015 y 2016.

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En la zona es frecuente que las autoridades encuentren cadáveres, los cuales son tirados en la noche o en la madrugada. Foto/ Francisco Campos

Por Jaime López

2019-07-15 6:00:42

Un total de 5,659 personas fueron asesinadas en los últimos 15 años y sus cadáveres lanzados a carreteras, terrenos, cementerios clandestinos, pozos y barrancos de distintas zonas a nivel nacional, según registros del Instituto de Medicina Legal (IML).

Por el lugar del hallazgo, estos casos representan el 10 por ciento de la totalidad de homicidios, y de estos, nueve de cada diez son hombres, según refieren las estadísticas.

La cifra, contenida en un informe del Instituto de Medicina Legal de casos desde 2004 al primer semestre de 2018 que El Diario de Hoy consultó, refleja además que, de la totalidad de casos, 4,339 cuerpos fueron hallados sobre la superficie de terrenos en sitios desolados del país.

Las cunetas y orillas de vías como la Carretera de Oro, desde el tramo de la Universidad Don Bosco (Soyapango) hasta San Martín; así como en calle al cerro entre Soyapango y San Jacinto, han sido algunos de los sitios en que las autoridades han localizado numerosos cadáveres. Muchos de ellos han sido encontrados dentro de bolsas plásticas, sábanas o vehículos abandonados. Algunos están atados de pies y manos.

Según las estadísticas forenses, los hallazgos de cuerpos en esas condiciones mostraron un constante crecimiento año con año hasta noviembre de 2018. Por ejemplo, 2004 fue el año con menor cantidad: 49 cadáveres, una cifra que en años posteriores se triplicó y hasta se multiplicó hasta por 7 veces.

El mayor número de casos ocurrió entre 2015 y 2016, cuando se registró 634 y 651 cuerpos abandonados respectivamente, según levantamientos de Medicina Legal.

Uno de los hallazgos con estas característica sucedió en la hacienda El Paisnal, cantón Huiscoyolate, en Izalco, Sonsonate, donde el 31 de octubre de 2018 fueron recuperados los cuerpos de dos labriegos hermanos: Nahum Elíseo, de 22 años; y Milton, de 24, ambos de apellido Zetino Moreno.

 

Los dos hermanos fueron llevados a ese lugar desde donde residían en la urbanización El Sauce, de Sonzacate. Como los Zetino Moreno, varias personas fueron asesinadas durante la tregua entre pandillas que apoyó la administración de Mauricio Funes (2009-2014), pero los cuerpos aparecían meses o años después tras la búsqueda de sus parientes o por revelaciones de pandilleros que participaron en los hechos y decidían acogerse a beneficios ofrecidos por Fiscalía para colaborar en las investigaciones de los hechos.

En el período de la tregua, los pandilleros no exponían los cuerpos de sus víctimas a la vista de los salvadoreños, sino que los raptaban y se los llevaban a sitios desolados donde los ejecutaban y luego los enterraban. Esto, para aparentar que mantenían su compromiso de no matar.

Pasaban meses y hasta años para conocer el paradero de estas víctimas.

Cementerios clandestinos

A los cadáveres encontrados sobre la superficie de los terrenos se suman los 1,320 cuerpos semienterrados en tumbas clandestinas, en el interior de pozos y en barrancos.

Uno de esos casos es la desaparición de cuatro soldados en Vista al Lago, el 10 de octubre de 2016, una colonia de Ilopango dominada por pandilleros de la MS. Tras casi tres años, las autoridades localizaron sus cuerpos en un cementerio clandestino en esa zona junto a 11 cadáveres más.

Según el criminalista de la Fiscalía General de la República, Israel Ticas, un cementerio clandestino es aquel que tiene de tres o más tumbas, o huecos en terrenos no aptos para ese fin, donde delincuentes ocultan cuerpo de personas asesinadas.

El experto aclara que él no ha participado en todas las recuperaciones de cadáveres en esos lugares, pero en entrevista a El Diario de Hoy citó que ha trabajado en al menos tres grandes cementerios clandestinos, uno fue donde estaban los cinco estudiantes que por casi un mes permanecieron desaparecidos en Santa Tecla.

El caso de cinco alumnos semienterrados en Santa Tecla

Este hecho conmovió a todos tras ser raptados del Centro Escolar Unión Centroamericana de Santa Tecla, La Libertad, el 21 en octubre de 2012.

Según los investigadores, estos casos no son fáciles de resolver si no se tiene la colaboración de los mismos implicados y eso fue lo que sucedió en este caso. El pandillero con beneficio penal a cambio de colaborar con la Fiscalía, ayudó a que el 19 de julio de ese mismo año hallaran los cadáveres en la zona de la Cordillera del Bálsamo, en la zona de la colonia Las Colinas, en Santa Tecla.

Tras su ubicación y exhumación, los jóvenes todavía tenían sus uniformes, mochilas e implementos escolares en la tumba.

 

Las investigaciones policiales determinaron que los jóvenes fueron sacados de un cibercafé, situado en el segundo piso de un centro comercial ubicado a un costado del parque San Martín, de Santa Tecla, tras salir de sus clases en el turno de la tarde.

Con las instrucciones del imputado, la Fiscalía ordenó la detención de Eduardo Landaverde Larín y Guillermo Alexander Cerón Guardado, ambos de 21 años de edad. Tres años después, el Tribunal Antimafia de Sentencia “B” les impuso a ambos la pena de 40 años de prisión.

¿Por qué raptaron a los cinco estudiantes de un cibercafé y luego los asesinaron? La respuesta del imputado (como testigo criteriado) en el juicio fue que las víctimas formaban parte de una pandilla y que, aparentemente, extorsionaban a otros estudiantes de la misma escuela.

En venganza, los estudiantes fueron engañados a ir hasta el lugar de su muerte, en donde incluso fueron obligados a cavar el hoyo en el que después serían enterrados.

Este tipo de estrategias fueron las que pandillas emplearon mucho durante la tregua entre marzo de 2012 y abril de 2013.

El registro de Medicina Legal en los últimos 15 años refleja que casi nueve de cada diez cadáveres hallados eran del sexo masculino y el resto, menos de 10 %, eran mujeres, lo que refleja que la violencia se ensañó más con los hombres.

De acuerdo con la clasificación que las autoridades hicieron a la hora de realizar los levantamientos de los cuerpos y proceder a realizarles las autopsias, los grupos etáreos más afectados son jóvenes, los que tenían edades entre 20 a 24 años (111 casos), seguido de 15 a 19 años (87 casos), de 25 a 29 años (62 casos) y de 30 a 34 años (54 casos).