La masacre de seis personas la noche del domingo en una zona de la Tiendona, en esta capital, activó todo un dispositivo de seguridad pero evidenció la fragilidad del plan Control Territorial del Gobierno.
El lunes fue detenido Darwin Said Girón Carballo, alias (según la policía) La Seca, de 27 años, según funcionarios de Seguridad, como sospechoso de participar en la masacre de seis personas el domingo, en una cantina que funciona en la casa 204 de la 24 avenida Norte y calle El Tamarindo, colonia La Joya, en las proximidades del mercado de mayoreo La Tiendona.
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Girón Carballo, según fuentes policiales que hablaron a condición del anonimato, es residente de la comunidad Concepción, situada al costado nororiente de La Tiendona y es miembro de la pandilla 18 Revolucionaria.
Entre las víctimas de la masacre, según informes policiales estaban un mecánicos, un panadero, un empleado de una negocio de compra de chatarra, la persona que atendía el negocio de bebidas alcohólicas y otros dos hombres de los que las autoridades no aportaron más detalles.
Las primeras investigaciones indican que todos estaban departiendo cuando de un vehículo se bajaron al menos tres sujetos con armas largas y acribillaron a todos los presentes.
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Muertes violentas fueron registradas el pasado domingo a nivel nacional, según cifras policiales.
Una de las víctimas intentó escapar, corriendo por entre un callejón inmediato, pero falleció a pocos metros debido a la gravedad de las heridas.
Revisión de cámaras de videovigilancia
Las pesquisas sobre la masacre continuaron ayer por la mañana en la escena del crimen, donde investigadores de la Unidad Antihomicidios revisaron las cámaras de vídeovigilancias que hay en el sector.
Horas después, el ministro Rivas Polanco informó en su cuenta de Twiter que habían realizado otras tres capturas de sospechosos y que habían decomisado el automóvil que los criminales usaron para cometer la masacre, aunque no dio más detalles sobre los arrestos y sobre el hallazgo del vehículo.
Entre la comunidad Concepción y el lugar donde fue cometida la masacre, prácticamente solo media la calle Concepción más unos cuantos metros de la calle El Tamarindo.
El lugar donde acribillaron a los seis hombres es territorio controlado por la Mara Salvatrucha (MS-13), específicamente por la clica asentada en la colonia Sánchez.
De acuerdo con fuentes policiales, el sector donde fue cometida la masacre tiene una alta incidencia en la venta de drogas al menudeo, negocio que es controlado por pandilleros del sector.
Además, ese mismo sector representa una buena fuente de ingreso de dinero para la MS-13, a través de la extorsión, pues en la misma zona abundan los negocios de ventas de repuestos, ferreterías y panaderías que sólo venden al por mayor, afirmaron.
Una masacre en zona de guarniciones militares
Tanto la comunidad Concepción y el lugar donde fue cometida la masacre están situados a pocos metros del cuartel general de la Fuerza Naval, del Comando de Apoyo Logístico de la Fuerza Armada (CALFA) y de la Maestranza de la Fuerza Armada.
Mucho más cerca del sitio de la matanza están dos sedes policiales: la Unidad de Educación Vial, de la Subdirección de Tránsito, y otras instalaciones policiales que no tienen mucho tiempo de haberse ubicado en donde funcionaba un hotel, sobre la calle Concepción. Esta no tiene ningún identificativo como sede policial. Solo está pintado de azul y blanco.
En el mismo sector de los recintos militares están las bartolinas policiales conocidas como El Penalito.
A pesar de eso, las fuentes policiales aseguran que los negocios ubicados a lo largo de toda la calle Concepción, la colonia La Joya (donde ocurrió la matanza), la colonia San Judas y los alrededores de La Tiendona son renteados por la Mara Salvatrucha que controla como territorio desde la calle Concepción hacia el poniente hasta la 10 Avenida Norte (las comunidades Tutunichapa son controladas por la Pandilla 18 Revolucionaria) y desde la calle 5 de Noviembre, hacia el sur, hasta la alameda Juan Pablo II.
El carita arrepentida
“Quiero que interroguen a esta “carita arrepentida”, hasta que nos diga quién es la novia, del abuelito,
del tío, de cada uno de los involucrados, quién les pago y por qué lo hicieron” fue la orden que Nayib Bukele dio, en los primeros 16 minutos de ayer vía Twitter, al director de la Policía, Mauricio Arriaza, y al ministro de Seguridad, Rogelio Rivas.
Al decir “carita arrepentida”, Bukele se refería a Darwin Said Girón Carballo, detenido como uno de los principales sospechosos.
El Seca fue capturado hace pocos meses
De acuerdo con fuentes policiales, no se tiene un alto nivel de certeza de que El Seca (Darwin Said Girón Carballo) esté involucrado en el séxtuple homicidio.
Este pandillero fue capturado durante el operativo que fuerzas policiales y militares desarrollaron horas después de la masacre.
Lo atraparon en su vivienda, en la comunidad Concepción, afirman las fuentes.
Girón Carballo fue capturado el 10 de marzo anterior, por unidades especiales, cuando desarrollaron un operativo en busca de extorsionistas de comerciantes del mercado La Tiendona, afirman las fuentes.
Sin embargo, poco tiempo después recuperó su libertad, pues los delitos que le imputaron no eran graves.
De hecho, boletines publicados por la misma Policía indican que aquel 10 de marzo de este año, fue arrestado bajo sospechas de receptación y agrupaciones ilícitas, tras encontrarle varios teléfonos celulares cuya legal tenencia no pudo justificar.
Lamentan la muerte del panificador
José Edwin Trejo Vargas, de 50 años, fue uno de los acribillados el domingo en la noche.
De acuerdo con familiares y vecinos, de lunes a viernes trabajaba en una panadería que hay en la misma colonia La Joya, donde vivía.
El único vicio que tenía era que todos los domingos le gustaba tomarse unos tragos o cervezas. Generalmente lo hacía en unas tiendas cercanas a su casa, pero el domingo anterior le dio por irse a la cantina donde lo mataron.
Sus familiares y vecinos lamentaron que haya estado en el lugar equivocado, pues están seguros de que no se metía en problemas con nadie.
La masacre de las seis personas hizo recordar a vecinos de la colonia La Joya y San Judas, la masacre que a principios de noviembre del 2001 fue cometida en el bar Los Tres nietos, en las cercanías del parque Centenario, donde 10 personas fueron asesinadas, aparentemente por un ajuste de cuentas en negocios de drogas.