Más de un centenar de jóvenes se capacita como programadores

La academia de programación Kodigo se enfoca en becar a jóvenes para que tengan educación tecnológica y formación integral tanto para emplearse como para emprender.

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Los estudiantes del Bootcamp son jóvenes que ya tienen un conocimiento intermedio o avanzado de programación. Fotos EDH / Mauricio Cáceres

Por Vanessa Linares

2019-08-16 9:10:33

Más de un centenar de jóvenes salvadoreños ya iniciaron su proceso de formación para convertirse en programadores y desarrolladores de software.

Con la ayuda de Kodigo, una de las primeras organizaciones sin fines de lucro que funciona como academia de programación y desarrollo de software en El Salvador, se prevé que al final de la capacitación, los participantes no solo tendrán los conocimientos técnicos sino que además serán profesionales que sepan inglés y demuestren habilidades blandas para la vida.

La academia de programación Kodigo nació hace poco más de dos años. Según Álvaro Morazán, director ejecutivo de la organización, surgió con el pleno reconocimiento del valor de la tecnología, sus implicaciones en cualquier ámbito de la vida y, sobre todo, su gran potencial para lograr la empleabilidad y el emprendimiento de los jóvenes; que al final de cuentas, es lo que permitirá un mayor crecimiento y desarrollo económico y social en el país.

Actualmente, Kodigo brinda becas completas y parciales para jóvenes estudiantes que posean “afinidad y pasión por el desarrollo del software”. Ofrece, gratuitamente gracias al financiamiento de organizaciones como la Fundación Gloria de Kriete y Parrandear para Dar, una metodología de enseñanza e instrucción extracurricular (porque es solo para jóvenes que estén estudiando).

En síntesis, la academia va a centros escolares, fundaciones, institutos, universidades, públicos y privados, para buscar talentos a los que apadrinar en sus dos programas de formación: el Full Kodigo (que dura cuatro años), para estudiantes de entre 14 y 23 años, con una currícula de formación diseñada especialmente para jóvenes en estado de vulnerabilidad y recursos económicos limitados, con conocimientos básicos o nulos en el área de programación; y el Bootcamp (12 meses), para aquellos jóvenes mayores de 18 años que ya tienen un acervo intermedio o avanzado de la programación.

Se enseña sobre tecnología y programación front-end (todo lo que ve el usuario final en una web o aplicación móvil), back-end (la arquitectura interna de una web o aplicación móvil) o full stack (las facetas del front-end y del back-end y los diferentes sistemas operativos y componentes que quedan en medio de esas fronteras) y desarrollo de aplicaciones móviles (para IOS y Android).

Además, la organización se preocupa porque los jóvenes tengan habilidades de liderazgo y compañerismo, sepan cómo trabajar en equipo y cómo venderse en el mercado profesional por lo que también ejecuta un pilar de enseñanza de habilidades blandas para la vida.

Y, para complementarlo, también reciben instrucción de inglés como segundo idioma, para que además de poder leer documentación técnica de programación, puedan comprender el entorno y sean más competitivos.

En sus poco más de dos años de operar, Kodigo ya logró trabajar con más de una treintena de centros educativos de nivel medio y superior, tanto públicos y privados y ha reclutado a más de 100 alumnos para la capacitación.

Cada año realiza tres momentos de reclutamiento, por lo que prevé que al cierre de 2019 ya sume unos 250 estudiantes activos de los cuales unos 75 ya se encontrarán en la etapa de opción a emplearse o realizar pasantía o prácticas en una organización. Cabe mencionar que si se pusiera un precio a la capacitación, Kodigo estima que este rondaría los $160 al mes.

Enrique Villeda, ingeniero jefe de estudio en Kodigo, explicó que una de las principales características diferenciadoras de la academia es que es un complemento de la instrucción educativa curricular que ya toma el participante y al tener un contacto directo con la empresa privada, modifica el pensum formativo según las necesidades de las compañías. Según el representante, esto garantiza que, al salir, los jóvenes encuentren un trabajo rápido y mejor pagado, o sean capaces de emprender en mejores condiciones.

“Yo creo que no es que no hay empleo, es que no hay personas que tengan las habilidades para los empleos que hay. Nosotros no somos competencia de la universidad, por ejemplo, somos un complemento que está más actualizado”, dijo Villeda.

Para los representantes de Kodigo, la idea es crear un ecosistema que permita cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados a la eliminación de pobreza, educación de calidad, crecimiento económico y trabajo decente y las alianzas para lograr los objetivos.

 

¿Cómo es el Proceso de reclutamiento?

reselección y solicitud de ingreso
Kodigo visita centros educativos, fundaciones y universidades, públicas y privadas, para buscar talentos y es el personal de estas instituciones quienes recomiendan a jóvenes con potencial para el programa. La solicitud de ingreso se da a los preseleccionados para tomar datos personales y del lugar de estudios, información familiar y hacer un estudio socioeconómico.

Examen de admisión
Para comprobar el nivel del aplicante, la academia comparte un temario a los jóvenes y programa una fecha para que realicen un examen. La prueba evalúa el conocimiento y aplicación de la lógica y matemática y su nivel de lectura comprensiva, valores fundamentales para la capacitación en programación y desarrollo de software. La nota mínima requerida es 7.

Taller pre básico
Antes de comenzar de lleno con el programa, los jóvenes deben cursar un taller pre básico que les da información introductoria como historia de la tecnología, principios básicos de computación, qué es hardware y software, etc. Según Kodigo, el taller, que dura dos semanas, es evaluado, incluye tareas y busca ver la asistencia y compromiso del participante.

Entrevista y firma de carta de compromiso
La última etapa en el proceso de admisión es una entrevista con el joven participante y sus padres. Para un uso más eficiente de los recursos, se pide a la familia que firme una carta de compromiso que garantice asistencia y cumplimiento del programa; mientras que Kodigo se compromete a becar al estudiante durante los cuatro años que dura la capacitación.

“La tecnología fortalece todo lo que uno aprende”

Glenda Morán es una joven bióloga que se enteró del programa de capacitación de Kodigo en una misa. El párroco dijo a los asistentes que aquellos que quisieran aprender sobre tecnología podían aplicar. Ella sabía que superaba el rango de edad pero, aún así, decidió preguntar y aplicar.

“Mi carrera como que no se relaciona, pero siempre se puede ver la manera. Es que la tecnología fortalece todo lo que uno aprende, le da un plus”, dijo con seguridad.

Cursar materias como lógica matemática y lógica de programación, reconoció Morán, le enseñó que “cada cabeza es un mundo” e interpreta la vida y sus problemas de manera diferente, por lo que no importa si un algoritmo o instrucción de programación es corto o largo, si llega a la misma solución es útil y está bien.

Por su carrera, que se enfoca en la conservación de aves en ecología urbana,Morán sueña con crear un programa o aplicación móvil o web que sirva de banco de información sobre El Salvador, sus regiones y departamentos, que contenga en detalle y actualizado todos los recursos (animales y plantas) de los que dispone el país.

“Kodigo también da la oportunidad de emprender”

Josefy García, de 23 años, y Douglas Morán, de 21, se conocieron en Kodigo. La academia los había reclutado en las universidades en que estudiaban y comenzaron una amistad que ahora vislumbra a convertirse en un asocio para emprender.

“El objetivo de Kodigo es reclutar gente, capacitarlo y que lo contraten con valor en su trabajo, pero también da la oportunidad de salir adelante por su cuenta y emprender”, dijo Morán.

Aunque la idea de negocio surgió hace algunos meses, los requisitos legales les impiden dar detalles; sin embargo, ambos jóvenes aseguran que el proceso avanza rápido y ya tienen estructurado su modelo de negocio, ya armaron un equipo, y están en el proceso de diseñar una plataforma móvil, considerando la usabilidad e interfaz del usuario.

Por el momento, Morán sigueestudiando su técnico en desarrollo de aplicaciones móviles; y García se encuentra en su quinto año de la carrera de ingeniería en software. La joven también da clases en Kodigo, imparte lógica proposicional y algoritmo, las primeras materias del curso.