María no sabe de dónde sacará $12,000 para reparar su casa dañada por la explosión

Afectados narran sus historias del día de la explosión de gas en Mejicanos, donde murieron tres personas y hubo varios lesionados, el pasado 12 de julio.

La adulta mayor junto a su esposo tienen ya más de 60 años de vivir en la colonia San Antonio, de Mejicanos, en la casa que está contiguo a la vivienda donde sucedió la explosión.

Por Jonathan Tobías/ Violeta Rivas / David Marroquín

2019-07-20 9:35:20

“Bendito sea Dios porque es quien me ha salvado, porque yo siempre salgo a barrer la acera, y no sé qué me dio de venirme a bañar y fue cuando escuché el bombazo. No se podía caminar en la casa de la cantidad de vidrios por todas partes y trozos de lámina. Vino mi sobrino a ayudarme y nos salimos, fue cuando de la Cruz Roja me vieron sangrando y me llevaron al Seguro (ISSS), porque cuando fue el gran bombazo me cayeron pedazos de lámina en el pie”, cuenta María Mélida Peñate de Martínez, de 83 años.

La adulta mayor junto a su esposo tienen ya más de 60 años de vivir en la colonia San Antonio, de Mejicanos, en la casa que está contiguo a la vivienda donde sucedió la explosión.

Al momento del suceso le cayeron trozos de lámina en el pie derecho, lo que le causó una herida y fractura en un dedo.

“Yo en mi preocupación no vi nada de lo que pasaba afuera, y me llevaron al hospital del Seguro”, comenta la octogenaria.

Cuenta que desde el pasado viernes tiene que usar silla de ruedas para poder movilizarse y usa un zapato ortopédico para poder mantener protegido el pie, el cual tuvieron que comprar ellos ya que en el hospital no pudieron enyesarle el pie debido a la herida.

Además, todos los días tienen que pagar $6 para que le llegue una enfermera a darle fisioterapias en la pierna afectada, ya que al tenerla inmovilizada le causa dolor e inflamación. “Como la debo tener inmóvil (la pierna) me duele mucho, como no he podido hacer ejercicio con esa pierna”, dice la adulta mayor.

Explica que el día del suceso varias instituciones de Gobierno se acercaron para decirles que recibirían ayuda económica, ya que su casa es la que sufrió más daños en la zona.

Cuenta que un ingeniero particular les hizo un presupuesto del trabajo que tienen que realizar en la casa, con un costo de $12,000 para reparar paredes, techos, puertas, cielos falsos y ventanas.

“El trabajo de toda una vida está en mi casita, 38 años trabajé para poder tener bien mi hogar, y ahora ni caso le hacen a uno porque vinieron del Gobierno y no han dado nada, y no podemos tener los cuartos a la intemperie si está lloviendo y se nos mojan las cosas, cómo vamos a estar bajo el agua todo este tiempo”, expone De Martínez.

La ayuda que ha tenido la familia hasta el momento es de parte de la alcaldía de Mejicanos, quienes les han proporcionado láminas, además del personal que está retirando los materiales y colocando los nuevos.

María cuenta que le han ofrecido de la alcaldía colocar los vidrios de las ventanas, aunque por su parte ya compraron algunos, debido a que la casa no pueden estar sin protección.

Otro aspecto es que la casa donde fue la explosión tiene una pared que está por caerse junto a la propiedad de María, la cual puede ocasionar más daños, dice la afectada.

La angustia se apoderó de los padres de los alumnos del kinder

“Las maestras, a las 8:20 más o menos, estaban en la actividad ‘Cuando sea grande yo quiero ser’. Yo estaba afuera de los salones, y otra sección estaba en deportes cuando escuchamos el estruendo. Se sintió como una onda expansiva. Como adultos nosotros pensamos en una bomba, más por los aviones que circularon ese día, y los niños se asustaron porque el techo se levantó un poco y luego bajó y cayó un polvo”, dice Jazmín Sosa, de 36 años, directora del kinder Amiguitos, de Mejicanos, que atiende desde el año y medio hasta los 6 años de edad.

Manifiesta que junto al profesor de deportes salieron del kinder para ver qué había pasado y se encontraron con los vecinos en la calle, todos con la misma duda de lo sucedido. Luego comenta que volvió a entrar a las instalaciones del kinder y revisó si habían daños, pero todo estaba bien.

“Las maestras con sus grupos comenzaron a hacer actividades para entretener a los niños, que es lo que hacemos cuando ocurre un sismo, que es evacuar a los niños y entretenerlos. Todos nos reunimos en el punto de encuentro y hicimos actividades con los niños y vimos pasar un par de aviones, fue cuando nos volvimos a preguntar que si había sido algo muy grave y volvimos a salir y ya vimos el movimiento de personas y nos enteramos de la explosión del local de la venta de gas”, dice Jazmín.

En ese momento comenzaron a llamar los papás de los menores y les dijeron que estaban bien, pero que quedaba a discreción de ellos si los retiraban, “la mayoría sí se retiraron porque se comenzó a percibir el olor a gas.

Nosotros estuvimos como tres horas despachando a los niños, porque venían los papás cuando podían, y sí continuamos sintiendo el olor a gas”, dice la directora.

La docente cuenta que el lunes retroalimentaron a los niños sobre lo sucedido y que les explicaron que no deben tocar los tambos de gas, que son solo de uso de adultos y que no deben de manipularlos.

“Como adultos nosotros pensamos en una bomba, más por los aviones que circularon ese día, y los niños se asustaron porque el techo se levantó un poco y luego bajó y cayó polvo”, Jazmín sosa, directora del kinder Amiguitos, de Mejicanos.

Muere supuesto responsable de la explosión

Nueve días después de la explosión en la distribuidora de gas propano, el propietario del establecimiento, Marvin Rivera Chavarría, murió la madrugada de ayer en el hospital Rosales a raíz de las graves lesiones y quemaduras que sufrió, informó la oficina fiscal de Mejicanos.

Rivera Chavarría, a quien la Fiscalía consideraba como el presunto responsable de la tragedia, falleció a la 1:45 de la madrugada por un paro respiratorio provocado por las graves lesiones y quemaduras que le causó la explosión en la distribuidora situada en la colonia San Antonio, de Mejicanos. Con la muerte de Rivera Chavarría asciende a cuatro víctimas mortales de la explosión.

Carolina Peña Hernández, de 29 años; Katherine Nicole López, de 22 años y estudiante de cuarto año de Diseño Gráfico; y William Alexander López Valiente, de 43 años; murieron el día de la explosión. Peña Hernández y Nicole López iban en el microbús de la Ruta 23 cuando circulaban frente a la distribuidora al momento del estallido.

López Valiente, la otra víctima y quien pertenecía a un grupo de ciclistas, era supuestamente pariente del propietario de la distribuidora donde se produjo la explosión.

Hubo otras siete personas que sufrieron lesiones de distinta gravedad, algunas de ellas ya fueron dadas de alta en los centros hospitalarios donde estaban internadas y otras siguen hospitalizadas, pero se desconoce la cantidad y su situación de salud, según fuentes fiscales.

Las mismas fuentes explicaron que la muerte de Rivera Chavarría, aunque sea considerado el presunto responsable, no impedirá que las investigaciones continúen con el propósito de determinar las causas y si hay otros posibles responsables de la tragedia.

“Hay fuertes indicios que en el lugar trasegaban gas, tenemos información que el incidente se dio cuando de un vehículo estaban cargando o descargando cilindros”, escribió en su oportunidad el Cuerpo de Bomberos en su cuenta de Twitter.

La información preliminar indica que en el local hubo acumulación de gas y alguna fuente, aún desconocida, provocó la ignición. Además la explosión generó una onda expansiva que dañó la estructura y expulsó algunos tambos de gas. Esto afectó vehículos particulares, viviendas y comerciales cercanos, según las autoridades.